Capítulo 10

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3 Semanas después.

Era una madrugada del 10 de Agosto cuando Mateo y Natalia anunciaron su relación amorosa a todos los jóvenes pertenecientes a nuestro club clandestino.

Estábamos en el 16/20's pero con una temática diferente, más romántica y acaramelada por la nueva pareja, se encontraba decorado con globos de luz redondos colgados alrededor del sitio y cada uno eran de colores suaves, tonos pasteles, el amor flotaba en ese lugar dejando a aquellos solteros y solteras con el corazón roto.

Al parecer ambos, con la increíble  ayuda de Alejandra y mía, planearon esta magnífica velada para clásica en el lugar para decirle a todos que estaban enamorados.

Todo inició desde el beso en mi habitación, así que indirectamente es mi culpa.

A partir de ese día cada vez que nos veíamos con Mateo o nos encontrábamos para salir a comer ellos dos intercambiaban miradas rápidas e inocentes, Natalia vivía sonrojada y Mateo reía como un bobo todo el tiempo sin poder disimular su emoción, y yo fui la fiel violinista quien completó como su amor florecer en secreto y en tan poco tiempo, pero me pareció adorable porque ellos llevaban toda una vida juntos así que no quedaba ni un rasgo que no conocieran del otro, podían quererse con sus virtudes y defectos.

Alejandra se encontraba a mi lado con un vestido Hawaiiano y un clavel decorando su cabello, desde esa fallida fogata ella fue al parque a pedirnos disculpas, prometió que Alexander iba a mejorar y que vería a un psicólogo, eso nos alivió un poco pero no olvidaríamos el tema. Pero también lucía feliz y tranquila de que sus mejores amigos por fin hayan dado ese paso después de tantos años de amistad.

Todos levantamos nuestras copas de plástico y brindamos por mis amigos y su felicidad; a Mateo le brillaban los ojos al verla, pude sentir en su mirada el amor más puro causando que suspire con un poco de nostalgia por mi divina soledad.

Tomé un poco de mi copa de champagne, que sabía tremendamente ácida y volteé al escuchar la puerta principal abrirse, casi derramo el contenido de mi bebida y ahogué un grito de sorpresa.

-Oh no... -murmuré molesta, corrí hasta la entrada como Flash y empujé al sujeto fuera del local antes de que alguien lo viera, el chico cayó sobre la arena sorprendido por mi fuerza brutal.-¿Qué mierda haces aquí? -pregunté enojada.

-Te ves hermosa en ese vestido. -susurró, la melodía de su voz erizó mi piel porque no pude evitar recordar que esa misma frase me la había dicho la noche de mi quinceañera.

Negué con la cabeza varias veces para no perder la compostura frente a él.

-No te dejaré entrar, es una fiesta privada. -dije cruzándome de brazos volviendo a mi expresión enojada.

Joseph se levantó, sacudiéndose la arena de su pantalón negro, pero no desviando la vista de mí.

-¿Acaso está el presidente aquí? -interrogó arqueando las cejas. 

-Es una fiesta de Natalia y Mateo, por su noviazgo.

Esto lo detuvo a Joseph y se puso pálido.

-¿Qué?

-Como escuchaste.

-Mateo se lo dijo... -murmuró y después sus ojos casi salieron de sus órbitas- ¡Se lo dijo! -exclamó riendo.- Al fin mi amigo lo hizo.

Entonces él si sabía de los sentimientos de Mateo.

-Debo de entrar a felicitarlos. -anunció caminando hacia la puerta pero yo lo detuve con mi mano agarrando su chaqueta jean.

A world without them. #1 (Un Mundo Sin Ellos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora