Capítulo 4

241 38 0
                                    

Esta no era mi habitación, ni mi cama, ni mi sábana.

Veía confundida alrededor, era un cuarto enorme con un escritorio de maquillaje, un televisor de pantalla plana sobre un mueble, una ventana que ocupaba toda una pared dando vista a un jardín hermoso, paredes florales que me recordaban a Romeo y Julieta, era un cuarto de ensueño.

En el suelo había una colcha rosada con una persona irreconocible durmiendo allí. Más allá en un mueble estaba Natalia con la mitad de su cuerpo en el sofá y la otra mitad casi tocando el suelo, una forma muy irregular de dormir.

¿Qué estaba haciendo aquí?

Refregué mis ojos con mi mano, sentí mis párpados hinchados y un fuerte dolor de cabeza.

-¿Fiorella? -escuché delante mío.

Alejandra se sentó sobre la colcha con un pequeño brillo alrededor de ella, formaba parte de su aura natural y eso me cegaba, amarró su cabello rubio en una coleta desaliñada.

-Buenos días... -susurré.

-Buenos días. -respondieron Alejandra y Natalia al unísono como un canto de aves.

-¿Cómo llegué aquí? -pregunté mirando los rincones del lugar asombrada por lo hermoso y diabético que era, jamás había visto tantos tonos de rosa en un mismo lugar.

-Te drogamos y nos fuimos de fiesta donde te besaste a cuarenta chicos. -respondió Natalia casi cayéndose del mueble.

Me sentí asustada y Alejandra rodó los ojos riéndose.

-No la molestes. -regañó- ¿Recuerdas que ayer me llamaste para que te vayamos a ver al restaurante? Pues llegamos aquí y nos contaste lo que pasó con tu papá y lloraste hasta quedar dormida. -explicó perezosa.

-¿Dónde estamos?

-En mi habitación.

Todo brillaba en este lugar, las tres paredes eran doradas llenas de fotos con marcos color rosa donde ella estaba acompañada de personas desconocidas para mí y en la mayoría de fotografías estaban Natalia y Mateo.

Tenía un mueble color nude en el que estaba descansado Natalia y un puff en forma de labios. Frente a su escritorio había un gran espejo con brillantinas en sus bordes y sobre ella habían unas letras estampadas formando la palabra ''ALEJANDRA''

En la esquina guardaba una estantería de libros y dos puertas color beige que no sabía dónde dirigían.

-Tu habitación es hermosa... -solté.- ¿En serio no eres de la mafia?

-¡Claro que no! Son ingresos completamente honestos y legales. -respondió con una sonrisa sincera.- Y la decoración es gracias a ella.-dijo señalando con el pulgar a Natalia que ya se encontraba en el suelo medio dormida.- tiene un don para la decoración.

De verdad me asombré y sonreí, era un lugar cómodo y amigable, igual a ella. Respiré profundamente y se sintió el mismo olor dulce de ayer, era la escencia de Alejandra, volví a derribarme en la cama para volver a conciliar el sueño, cerré los ojos y aspiré el dulce aroma apunto de caer dormida hasta que recordé.

-¿QUÉ HORA ES? -grité volviendo a incorporarme en un salto.

-Son las 9:35 am. -respondió ella con tranquilidad.

-¡EL COLEGIO! -exclamé.

Mientras estaba tan cómoda no se me pasó por la cabeza que estoy en casa ajena en día de colegio.

-¿En realidad irás a pesar de todo lo de ayer? -preguntó Natalia incorporándose.

-No vayas, además ya es tarde, solo alcanzarías las últimas horas.

A world without them. #1 (Un Mundo Sin Ellos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora