Capítulo 1

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La última campanada indicaba el comienzo de mi huida de ese lugar. La jornada de clases había terminado.
Ni regresé a recoger esa pluma que se cayó en mi sobresalto, mucho menos guardé bien todas mis cosas dentro de la mochila, sólo corrí lejos de ese salón lo más rápido que pude.
No podía soportar un segundo más de compartir el mismo espacio con ese idiota.
En mi torpeza, chocaba con medio mundo amontonado frente a la puerta principal.
Recordando la ira y la humillación atravesada el día de hoy pude sentir como las lágrimas volvían a mi rostro, mezclado con la rabia de no poder salir rápido de aquí.

Encontré a mi novio, bueno, ahora ex, enrollandose con una chica de un curso inferior al nuestro, siendo más específicos, besándose con ella dentro del salón durante la hora de receso. Lloré como Magdalena de recordarlo.
Cuando abrieron la puerta me escabullí entre la multitud hasta estar lejos de allí, estaba segura de que él me buscaría para darme una explicación.
O tal vez no, se estaba besando con alguien más, qué me hace creer que vendrá a buscarme.

Con toda una nube negra sobre mi aura, empecé a caminar sin rumbo alrededor de las calles que rodeaban al colegio que está ubicado en medio de una zona residencial. Lo bueno de este lugar es que las casas tienen un diseño hermoso y acogedor, cómo pequeñas mansiones cuya decoración costaban una fortuna pero que eran dignos de ser admirados. Habían de todos los estilos, y la mayoría ya tenían dueños, siempre que pasaba por allí me quedaba impresionada por los grandes trabajos arquitectónicos que hay alrededor de estás casas, pero hoy era la excepción, todas las casas se tornaron grises ante el dolor interno.

Buscando un lugar en el cual refugiarme, me dirigí al centro de la zona donde hay un gran parque con juegos para niños y sillas oxidadas sin una limpieza o remodelación desde el día de su instalación. Miré a ambos lados de la calle y corrí hasta la entrada del lugar, siempre me ha dado miedo cruzar sola porque sé que soy una persona sumamente despistada. Llegando al parque me di cuenta, para mi consuelo, de que estaba completamente vacío por lo que caminé hasta una silla de madera oscura y me desplomé sobre él con cansancio. Esta era la oportunidad perfecta para llorar sin interrupciones por todo lo que pasó hoy.


Definitivamente el día de mi cumpleaños se convirtió en el peor.

Llorar en espacio público podía resultar abrumador a veces, podías caer en la pesadísima broma de ser grabada infraganti por una persona que le diste pena y seas publicada en alguna red, para que ese vídeo se viralice por la lástima que das y personas de todo el mundo lo compartan con miles de canciones tristes, era increíble que me pusiera a pensar en esa posibilidad mientras mi nariz se tapaba de todos los mocos que surgían al llorar de esta forma.
Entonces imaginé el escenario increíble de que ese vídeo llegaría a él y se sentiría pésimo por lo que me hizo, entonces me buscaría para redimirse y rogarme por una segunda oportunidad.

En serio estoy pensando bobadas.

Intenté limpiar mis lágrimas y con un gran esfuerzo revisé mi celular para ver la hora porque mi familia no deseaba que llegara tarde a la casa ya que deseaban celebrar mi cumpleaños, hasta que veo mi fondo de pantalla la foto de nosotros dos celebrando nuestro sexto mes-aniversario en la playa, retomé mi llanto conteniendo las ganas de lanzar mi celular contra el suelo pero era una de las pocas cosas que sostenían mi estabilidad emocional como para arruinarlo en un ataque de dolor.

No dudé en entrar a la galería y poner un nuevo fondo de bloqueo y de inicio, tenía que borrar desde ahora cualquier rastro de él dentro de mi vida. Qué mejor manera de reemplazar su cara con unas fotos de Lana del Rey y su vestido blanco, sin dudas ella era la única que podía relajarme en esta clase de momentos. Me limité a suspirar fuertemente con nostalgia, todavía era difícil de creer todo lo que estaba sucediendo.

A world without them. #1 (Un Mundo Sin Ellos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora