Capítulo 7

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Llegué a mi casa a las 6:47 de la mañana, Mateo me enseñó cómo escalar para llegar a mi ventanal y es muy fácil, el edificio al lado de mi casa tiene una escalera floral con un balcón.

Cuando entré a mi habitación lo primero que hice fue cambiarme a mi pijama y quedarme en coma luego de la agotadora noche de ayer.

Si mi mala suerte no es suficiente, sonó la alarma de mi celular a las 8:30 am. Con amargura apagué el sonido y traté de levantarme porque la tradición familiar era que siempre desayunáramos en familia los domingos a las 9:00 am, y no entiendo que desayuno familiar vamos a tener el día de hoy porque no podía disimular el desagrado de ver a mi padre durante la comida, pero no podría inventar una excusa razonable porque esos desayunos se dan contra viento y marea.

A regañadientes me di un baño rápido y cepillé mis dientes, todo con movimientos lentos y pereza sobre mi espalda, como si fuera alguna clase de zombie, rodeé mi cabello con una toalla y salí del baño para ir donde mi armador a escoger el vestido que me pondría, elegí uno suelto de color salmón que me llegaba a las rodillas, acompañado de un abrigo café claro que llegaba a la cintura, creo que nunca me acostumbraré a esta clase de atuendos que no son de mi estilo, pero como solemos ir a las presentaciones de mis padres sobre sus trabajos y proyectos tenemos que cargar atuendos elegantes, como diría mi madre: "ropa formal y de señorita", aunque prefería mil veces utilizar el conjunto de ayer pero a ella le daría un patatus al verme con un estilo rockero.

Sin embargo no tenía ánimos para arreglarme o ponerme bonita, sobretodo porque me sentaría en la misma mesa que un hombre deshonrado, quisiera haberme quedado más en el 16/20's y no tener que enfrentar esta clase de cosas.

Salí de mi habitación con el celular en mi mano cuando veo que mi mamá corre por el pasillo tapándose la boca y llorando fuertemente.

-¿Mamá? -pregunté asustada, ella se detuvo a mirarme y me abrazó.

-Lleva a tu hermano a la sala y llama a tu hermana. -dijo y bajó las escaleras, veo de la habitación de mis padres salir al que era mi admiración, miraba al suelo y suspiraba profundamente. Mi corazón se llenó de ira y lo ignoré, fui al cuarto de mi hermanito que se encontraba luchando por ponerse su sueter favorito de leones.

-Fiolella. -gritó sonriendo.

-Yo te ayudo mi vida. -dije y le puse el sueter correctamente. - Mi mamá nos quiere en la sala así que por eso vengo a buscarte, vamos juntos ¿si?.

El asintió ligeramente y agarró mi mano, cerré la puerta de su cuarto y fui al de mi hermana mayor que estaba al final del pasillo.

-Oye. -dije tocando la puerta aunque esta se abrió sola, encontré a un chico semidesnudo en su cama durmiendo y a ella en sostén revisando su celular, le tapé los ojos a mi hermano antes de que presenciara la vida sexual de nuestra hermana, entrecerró los ojos sumamente molesta y caminó hacia nosotros.

-Ya te divertiste, ahora vístete, mi mamá quiere hablarnos abajo.

-Nunca entres a mi cuarto de nuevo. -gritó cerrándome la puerta en la cara.

No la aguantaba, bajamos con Alberto y vimos a mi mamá sentada en el mueble pequeño mirando al piso llorando. Mi padre estaba en otro mueble pequeño con sus manos juntas sobre sus rodillas.

-¿Mami? -susurró Alberto preocupado.

Nos sentamos en el mueble grande, mi hermanito se apegó más a mí, estaba muy confundido y asustado por el llanto incontrolable de su madre, destrozada en un mar de lágrimas sin explicación alguna.

Oí que mi hermana bajaba y se quedó parada al lado del mueble.

-¿Qué pasó? -fue la primera en hablar.

A world without them. #1 (Un Mundo Sin Ellos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora