A world without them. #1 (Un Mundo Sin Ellos)

Capítulo 24

-Tu eres Santiago. -aseguré frunciendo el ceño y entrecerrando los ojos hacia el descubrimiento de América: el rostro de AllSeenTuveGY.

-¿Cómo lo sabes? Ah, si, mi drone. -susurró sonriendo.- Soy Santiago, el único y original. -respondió mientras saludaba con una reverencia medieval que me causó gracia, volvió a su postura original y guardó la tablet en su maleta que cruzaba sobre su pecho.- Así que... ¿Tú aparecías en mi vídeo aficionado? -preguntó arqueando una ceja.

-¿Me reconoces? -murmuré intrigada.

-¿Cómo no hacerlo? Fue un espectáculo fantástico el de tus amigos y tú, todos ustedes corriendo y haciendo lo que sea que estaban haciendo, música, gritos, ¡bim bam bum! Quedé conmovido. -se puso una mano sobre su pecho como si se sintiera afligido- Solo faltaban los fuegos artificiales para que luciera un perfecto espectáculo de unos adolescentes vampíricos, pero tu te detuviste casi al final de la carrera y no se porqué.

-Es algo largo de explicar. -empecé sin tratar de darle importancia al asunto, no quería decirle que me detuve porque vi a Joseph y a Adam, ambos dioses griegos en una batalla campal, uno contra otro por un solo objetivo: el corazón del Summit, bueno tal vez yo dramatizaba un poco las cosas pero preferiría recordarlo de esa manera en vez de pensar que frené cuando vi a mi primer y único ex corriendo junto con mi corta ilusión, ambos volviendo al lugar que estoy empezando a amar gracias a mi rompimiento con Joseph.

-Chiquita, yo tengo tiempo. -guiñó un ojo con una expresión divertida, distrayéndome de mi repentina nostalgia.

-Tiempo para grabar vídeos en medio de la madrugada. -declaré con sarcasmo.

-Y también tiempo para escaparme de casa a plena noche para correr por unos edificios como desquiciada. -respondió cruzándose de brazos.

Touché.

Pablo no toleró ese comentario de Santiago y avanzó hasta él sin ninguna buena intención pero lo detuve agarrándolo del brazo.

-Tenemos que hablar. -dije obteniendo una postura seria, levanté mi barbilla en modo de superioridad y continué.- Deberías de estar agradecido que te encontramos nosotros porque si hubiese sido cualquier otro grupo seguramente estarían moliéndote a golpes sin piedad.

-¿Me están buscando? ¿Por qué?-preguntó y luego de pensarlo mejor empezó a reír.- Ya me imagino, no quieren que se enteren...

-Porque ese vídeo nos está afectando a mis amigos y a mí. -interrumpí antes de que dijera lo que tanto me aterraba, Dios no quiera que algún padre o autoridad haya descubierto el vídeo aún.

-¿En qué sentido? -ya estaba empezando a perder la paciencia.

-Por favor, Santiago. -intervino Pablo tratando de tranquilizarse.- Esto es algo grave, no solo para nosotros dos, sino para docenas de chicos que andan detrás de tu cabeza para hacer que elimines ese vídeo a la fuerza, así que por favor, escucha lo que tenemos que decir.

Santiago se rascó la nuca y alzó la vista al cielo, como cuestionándose que hacer o como actuar, luego de unos segundos nos volvió a mirar.

-Los escucharé. -admitió suspirando repetidas veces, se aproximó a nosotros con nerviosismo mientras recogía su drone, lo había estacionado frente a mí y luego sonrió.- Un gusto extraños sujetos, me llamo Santiago Alvear y soy el dueño del drone.

Pablo refunfuñó finalmente y se acercó más a mí en modo protector, tal vez creyó que Santiago me haría daño o algún otro disparate pero yo me reí por su preocupación.

-Me llamo Fiorella Ramos, un gusto. -me presenté dando un paso adelante de mi amigo, Santiago agachó la cabeza levemente.

-Y yo soy Pablo Martinez. -intervino mi acompañante endureciendo su voz con exageración.