Capítulo 21

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Luego de jugar a CSI Guayaquil y tratar de descifrar el Código TuveGY sin tener grandes resultados durante la tarde; caí rendida sobre mi cama cuando llegué a mi casa, si bien no tuvo fructuosos hallazgos, pudimos descubrir ciertos detalles de nuestro delator: se llama Santiago y tiene 24 años. ¿Cómo descubrimos esto? Gracias al increíble método de hackeo que tenía Mía escondida bajo su manga color gris. Alrededor de las 5 de la tarde, ella movió ciertos contactos que tienen relación con las cuentas de Youtube, estuvo preguntando a media humanidad sobre quien era este atrevido sujeto.

Pensé en darme una ducha antes de preparar la cena para Alberto pero ya era tarde así que con esfuerzo me levanté, aún con uniforme bajé hacia la cocina. Ya eran las 7:15 cuando encontré a mi adorado hermano menor coloreando su cuaderno sobre la mesa del comedor y como siempre, me recibió con una gran sonrisa.

-Adelina se fue a las 7:00. -informó luego de que me disculpara por haber llegado tarde.

Revisé en las gabetas por si se me ocurría alguna idea para la cena de esta noche y pensé que a Alberto le gustaría comer pollo frito con puré, usualmente a los niños les gusta comerlo con papas fritas pero él era la excepción, como siempre es el único.

-Fiolella. -llamó cuando empecé a sacar los ingredientes para empezar a cocinar.

-¿Si mi vida? -respondí desde la cocina.

-Estlaño a Estelanía. -trató de decir pero su pronunciación de la "X" y la "R" no eran su fuerte, sin embargo su esfuerzo conmovió mi corazón.

-Pronto la veremos cuando salgamos con papá. -aseguré yendo hasta donde él estaba, corrí y lo abracé, es tan pequeño que no entendía porqué su familia no estaba junta, o tal vez si lo sabía pero le resultaba extraño todas estas situaciones, hasta a mí se me hace complicado manejar todo esto.

-¿En selio? -se alejó un poco de mí y me enfrentó con sus esferas color cielo que me causaron escalofríos por miedo de no estar en lo correcto.

-Si mi vida, ¿Que dices si vamos a la playa el fin de semana? Vamos a ese parque inflable que tanto te gusta y hacemos castillos de arena. -dije tratando de evadir el tema, ante esta propuesta, él se emocionó muchísimo.

-Si, pol favol, vamos. -gritó alzando los brazos al aire para luego estrecharme fuertemente con su pequeña anatomía que era mi razón para luchar con lo que sea que me rete la vida.

Lo dejé en la mesa para que siga con sus dibujos y regresé a la cocina para empezar a hacer la cena para él.

Cociné el pollo y herví las papas para el puré, como me enseñó Adelina hace mucho tiempo, siempre hay que aplastar bien las papas cuando esten aguadas, que quede en una textura espesa firme y de allí empieza la magia, Adelina me enseñó dos maneras de hacer el puré de papa: con leche o con caldo de pollo; pero el favorito de Alberto es el del caldo así que lo preparé, un cucharadita de sal, una cucharada de mantequilla, 1/4 de taza de caldo de pollo previamente hervido y !Vuala!

-Albertito, ya está la cena, lávate las manos por favor. -grité desde la cocina mientras le servía su comida en un plato en forma de carro.

-Ahi vooooo. -dijo subiendo las escaleras, yendo a su baño, también serví mi plato pero no tanto como el de él porque no tenía hambre, aparte me encantaba ver comer a mi hermanito.

Una vez instalados ya en la mesa, empezamos a comer, él le sonreía al plato, era su comida preferida y le agradó mucho que la hiciera.

-¿Está rico? -pregunté.

-Mucho. -afirmó asintiendo con la cabeza, su boca estaba embarrada de puré asi que le extendí una servilleta para que se limpiara.

Me partía el alma pasar solo un par de horas con él antes de su hora de dormir, pero me reproché a mi misma porque fui yo la que llegó tarde, confirmé una vez más que él se merecía una hermana mejor, que esté más pendiente y más preocupada.

A world without them. #1 (Un Mundo Sin Ellos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora