Destroyer

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—¡¿Que hiciste qué?! —gritó completamente histérico. De inmediato se acercó a él para inspeccionar su cuerpo en busca de alguna herida—. ¿Estás bien?

Jasper movió la cabeza en señal de que sí, Damon no lo había lastimado.

—Fue una pelea rápida. Ni siquiera sé porqué le seguí el juego. Estaba retándome. Él quería una pelea.

Stefan se pasó las manos por el cabello y soltó un sonido de enojo.

—¿Por qué lo buscaste, Jasper?

—¡Dijiste que lo extrañabas! Yo sólo quise... —el muchacho se quedó sin palabras, así que apretó los labios con fuerza. Stefan le dio una mirada condescendiente. Jasper no tenía malas intenciones.

—Jasper, hay cosas que por más que intentemos arreglar no podrán repararse. Mi relación con Damon es una de ellas —el vampiro se acercó a su novio y besó su cabello al mismo tiempo que lo abrazaba—. Sé que no lo hiciste con mala intención, pero me quedé aquí en Beacon Hills para no tener que regresar a Fell's Church y ver a Elena con Damon. Y cuando me enamoré de ti tuve otra razón mucho más fuerte que esa para quedarme.

Jasper asintió y se acomodó en el pecho de Stefan.

—No sé lo que hizo Damon exactamente, pero sólo quería devolverte a tu hermano. No creí que las cosas fueran tan graves entre ustedes.

—He intentado hablar con Damon, pero por alguna razón siempre terminamos peor que cuando no hablamos —murmuró el vampiro con su barbilla apoyada en la cabeza de Jasper—. Sólo espero que no te haya seguido.

—No lo creo, no le dije mi apellido.

—De acuerdo.

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*
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Jasper regresó a Los Ángeles en la noche para ir a clases la mañana siguiente. Stefan le dio un beso suave y largo de despedida sabiendo que no lo vería hasta el fin de semana. Vio el Camaro desaparecer en la noche.

Los vellos de su cuerpo se erizaron cuando escuchó la voz de Damon.

—Mmmm. Así que es tu novio —dijo el mayor de los hermanos. Stefan se mantuvo en su lugar con la mirada fija en Damon—. ¿No hay abrazo para tu hermano mayor, pequeño Stefan?

El vampiro hizo un puchero. Stefan apretó la mandíbula.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pronunció entredientes. Damon adoptó una mirada de furia.

—No, ¿qué estás haciendo tú aquí? Nos deshicimos de Silas pero antes nos dijo que estabas disfrutando de un buen baño. Elena te cree muerto; todos te creímos muerto —gruñó el moreno. Stefan soltó una risita irónica.

—Elena no me necesitaba vivo. Tú estabas con ella —dijo el rubio—. ¿Qué quieres, Damon? ¿Qué otra cosa mía viniste a robar?

—¿Yo? —dijo con una risa amarga—. ¿Yo te robé? ¡Tu novio tenía el anillo de Katherine!

—¡Es sólo un maldito anillo, Damon! Supéralo, supera a Katherine porque ella no regresará jamás.

El mayor se acercó a él con su velocidad de vampiro.

—Por tu culpa. Ella no regresara por tu culpa. Tú hiciste que se quitara el anillo en pleno día soleado.

—¡¿Yo?! Ella era infantil, egoísta y codiciosa. No aceptaba un no por respuesta. Tú lo sabes tan bien como yo —dijo Stefan, mientras se hacía unos cuantos pasos atrás—. Y si no puedes reconocer que nos manipuló a ambos es porque tú eres igual a ella.

Teen Wolves [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora