Thiago James podía pasarse horas y horas en el hospital o leyendo sobre cosas que ya se sabía de memoria acerca del cuerpo humano hasta que su hermano Jezziel o su hermano John lo obligaban a ir a casa para dormir.
Pero había veces en las que Thiago dejaba los libros, las conferencias y el hospital, y se daba cuenta de que a sus 35 años estaba completamente solo.
Y ver a sus hermanos, primos y sobrinos rodeados de sus parejas le causaban cierto anhelo, porque él aún no tenía a su compañero de vida. A veces se permitía soñar con su guapo príncipe azul o su guapa princesa azul, se permitía imaginar que era perfecto o perfecta, porque él tenía muy claro lo que quería y lo que quería era alguien con quien compartir besos y tomarse de la mano.
Su carrera lo consumía demasiado como para darse el lujo de salir. Su carrera y los momentos con su familia eran mucho más importantes para él que una banal salida a algún bar. Claro, hasta que se encontró a sí mismo un viernes por la noche tirado en su cama viendo el techo.
Su turno en el hospital había terminado antes y eran alrededor de las ocho de la noche. Pensó en pasarla con la manada, pero se retractó, porque todos tenían a sus familias y sus parejas. Su abuelo Stiles le diría que estaba bien quedarse en casa, y su abuelo Derek diría que saliera a bailar o a embriagarse porque el tiempo es oro y hay que aprovecharlo.
Él era el más vivaz de los hijos de Parker y Edward, siempre saltando de un lado a otro emocionado cuando su padre le dejaba curar alguna herida. No sabía en qué momento se había convertido en alguien tan aburrido.
Thiago suspiró y se puso de pie, tomó las llaves de su auto y decidió manejar sin rumbo fijo.
Se encontró a sí mismo en la playa cerca de Beacon Hills, con el trasero apoyado en el capó y las llaves del auto girando en sus dedos. El agua parecía tranquila, pocas olas y cristalina; claro hasta que de la nada y como de película surgió del profundo océano un hombre de cabello negro.
Thiago jadeó en sorpresa y sus llaves cayeron a la arena. El hombre llegaba a la orilla arrastrado por una gran ola. No. No arrastrado. Era como si él controlara a voluntad la ola. El rubio se quedó estático en su lugar al ver como el pelinegro llegaba intacto a la orilla y sin estar mojado.
-¿Qué diablos? -pronunció el rubio, alertando al otro hombre. El hombre lobo pudo escuchar las maldiciones que lanzó el hombre agua al verlo ahí de pie-. ¿Cómo hiciste eso?
-Mierda, puedes ver a través de la niebla -maldijó el hombre agua.
-¿Niebla? No hay niebla, amigo, es una playa y estamos en julio -le dijo Thiago con el ceño fruncido.
-No digas nada de lo que ocurrió aquí. No vuelvas a preguntar ni tampoco investigues. Cosas malas te pasarán si intentas saber cómo lo hice.
El rubio se puso en guardia al escuchar el tono de amenaza del hombre, quien tenía una pluma de ave en la mano y le apuntaba con ella.
-¿Me estás amenazando con una pluma? -arqueó la ceja-. ¿De verdad?
El hombre sonrió sardónicamente y lanzó la pluma, Thiago jadeó una vez más al verla convertirse en el aire en una espada y caer en la mano del pelinegro, quien esta vez lo apuntó con la espada.
-¿Te parece mejor así?
Thiago frunció el ceño cual Derek Hale, sólo que rubio, y se acercó con paso decidido al chico agua. El hombre agua le blandió la espada en la cara pero Thiago siguió acercándose.
-Tu espada no me da miedo, guapo.
-No quiero hacerte daño, rubio, aléjate -Thiago sonrió cuando la punta de la espada quedó en su abdomen-. Estás loco, rubio.
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Teen Wolves [En Edición]
Fiksi PenggemarAdvertencia: Esto NO es Sterek. La pareja sólo aparece brevemente en un par de capítulos Ser un adolescente de por sí es bastante complicado, pero ser un lobo adolescente lo es aún más. Sobre todo cuando perteneces a la familia Hale-Stilinski, donde...