A los doce en punto del 15 de enero, su móvil comenzó a vibrar con mensajes. Sonrió cuando su teléfono comenzó a reproducir los mensajes holográficos en forma de video de parte de Jake y Ava. Estaban juntos y le gritaban un feliz cumpleaños, mientras se turnaban para decirle las razones por las que lo amaban.
-Adoro que siempre estés para nosotros.
-Y que siempre sepas dar los mejores consejos.
Y los cumplidos seguían lloviendo. Grabó rápidamente un mensaje holográfico para sus amigos, agradeciéndoles y diciéndoles lo mucho que los quería, finalmente les dijo que esperaba verlos en la tarde para su reunión de cumpleaños.
Se tiró en su cama con un suspiro, listo para dormir y despertar por el olor de su desayuno favorito.
_
*
_No fue el olor de su desayuno de cumpleaños lo que lo despertó, sino unos humedos e insistentes besos. Sonrió lánguidamente al sentir la colonia de Damon en su nariz, olía tan varonil y delicioso. Abrió los ojos con pereza y luego se los talló.
-Feliz cumpleaños -le susurró el vampiro con una pequeña sonrisa de lado.
-Gracias -pronunció con voz adormilada, aceptando de buena gana los mimos que le daba el hombre más grande.
-No te vayas a molestar, pero... -sacó una caja, simple y de color azul oscuro. La simpleza de la envoltura lo soprendió, pues Damon generalmente no reparaba en gastos en lo que concernía a Casper. Así que, si la envoltura era sencilla, era porque seguramente el regalo costaba una pequeña fortuna.
-Damon... -comenzó a regañarlo.
-Sí, ya sé, ya sé. En mi defensa, no pagué absolutamente nada por él, es una especie de reliquia familiar.
Desde que Damon le regaló oro, plata y minerales reales aquella vez en su último cumpleaños, Casper le había prohibido regalarle cosas extravagantes. Le había pedido explícitamente que si le quería regalar algo, que tendría que esforzarse por darle algo con significado, algo que no fueran cosas materiales. El vampiro había accedido a regaña dientes. Frunció el ceño cuando no pudo distinguir lo que era al agitar la caja.
-¿Qué es? -le preguntó. Damon volvió a tomar la caja y la abrió, mostrándole a Cas un bonito reloj de pulsera. Se veía antiguo, como de los 40, era un Cartier muy muy bonito.
-1942, regalo de Stefan. Todos estaban vueltos locos con los primeros relojes de pulsera -le dio esa sonrisa marca registrada de Damon Salvatore, esa que curvaba la comisura de sus labios hacia un solo lado y que dejaba salivando a Cas. Se tiró sobre el vampiro y lo besó con fuerza, ahogándose en su sabor y gimiendo contra su boca.
-Es perfecto, me encanta -le encantó tanto, que terminó dejándolo olvidado en algún punto de la cama para poder dedicarse a comerle la boca a Damon, quien sólo pudo jadear contra la boca de Cas.
Terminó dejando a Damon bajo él para poder subirse a su regazo y enredar sus dedos entre su cabello negro y poder besarle a placer, con más profundidad. Pero Damon se contenía, no le estaba tocando, simplemente sujetaba su rostro y se dejaba besar, soltando alguno que otro sonidito de gusto cuando sentía la lengua del chico contra la suya. Frustado, Casper tomó las manos de Damon y las llevó hasta su cintura, incitándolo a tocarle debajo de la playera. Damon se separó de él con un siseo.
-¿Qué estás haciendo, Cas? -susurró casi con dolor, porque a Damon también le estaba costando cada día el resistirse a los encantos del brujo.
-Es mi cumpleaños -se quejó el ahora rubio chico. Damon se mordió el labio al verlo lucir como un pequeño ángel pecador, con sus bonitos labios entreabiertos y brillosos por la saliva, viéndose absolutamente lascivo-. Por favor...

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Teen Wolves [En Edición]
FanfictionAdvertencia: Esto NO es Sterek. La pareja sólo aparece brevemente en un par de capítulos Ser un adolescente de por sí es bastante complicado, pero ser un lobo adolescente lo es aún más. Sobre todo cuando perteneces a la familia Hale-Stilinski, donde...