ROSE*
No puedo creer lo que mis ojos ven, está hablando en serio pero es que estamos locos o que, acaso no ve que no quiero estar con él, que me secuestro, que no puedo estar cerca de el sin tensarme es un maldito monstruo siento la alianza fría en mi dedo, miro mi dedo con terror esto realmente va pasar mierda que hago, piensa Rose.
Con el corazón acelerado, miro hacia mi mano izquierda con incredulidad el anillo parece algo que una estrella de Hollywood podría usar, una fina banda incrustada de diamantes con una gran piedra redonda brillando en el centro, es delicada y muy hermosa y el ajuste perfecto, como si hubiera sido echo para mí.
La habitación desaparece frente a mis ojos, no puedo dejar de verlo es como si me hipnotizara, me doy cuenta que literalmente deje de respirar unos segundos, Desesperada miro a Klaus mi cuerpo empezando a temblar.
--Tu… ¿Quieres casarte conmigo? –Mi voz sale en una especie de susurro horrorizado.
--Por supuesto que sí. –Sus ojos se estrecha ligeramente. –Porque estaríamos aquí pequeña sino fuera para eso.
No tengo respuesta para eso todo lo que puedo hacer es estar ahí y mimarlo fijamente, sintiendo como si fuera a morir.
Matrimonio. Matrimonio con Klaus.
Simplemente no queda.
Matrimonio y Klaus están tan separados en mi ente, que también podrían estar en polos opuestos del planeta, cuando pienso en el matrimonio pienso en el futuro que involucra un marido y dos niños ruidosos, en ese cuadro, hay un perro y una casa en los suburbios, juegos de futbol, picnics.
No hay asesinos obsesivos con cara de ángel caído, ni un monstruo hermoso que me haga gritar, ni secuestradores ni armas ni nada.
--No puedo casarme contigo. –Las palabras salen antes de que pueda pensar mejor. –No puedo Klaus y no quiero hacerlo.
Su rostro se vuelve oscuro, en un instante él está en mí un brazo alrededor de mi cintura presionándome contra él, la otra mano agarrando mi mandíbula de forma brusca y dolorosa.
--Dijiste que me querías, que lo intentarías a mi modo. –Su voz es uniforme pero puedo sentir la rabia oscura debajo.
--¿Eso fue una mentira pequeña? –Pregunta, cada vez más enojado, veo como su rostro se transforma al Klaus que ya conozco.
--¡NO! –Temblando, sostengo la mirada furiosa de Klaus, mis manos empujando contra su poderoso pecho puedo sentir el peso del anillo en mi dedo y eso aumenta mi pánico no sé cómo explicar, como hacerlo entender que lo nuestro está muy mal más que mal, no quiero estar con Klaus para siempre, puedo vivir con él pero el matrimonio es algo que no pertenece a nuestra retorcida relación.
--¡No miento! lo he estado intentando tú lo sabes.
--¿Porque te negarías? –Pregunta el, con los ojos negros de furia su agarre en mi mandíbula se aprieta, sus dedos mordiendo mi piel.
Mis ojos comienzan a arder ¿Cómo puedo decirle que no lo quiero y que tal vez jamás lo hare sin que me mate en el intento? Que s un parte de mi vida que jamás imagine, solo pensaba en fiestas la universidad mudarme a la ciudad vivir solo eso, pero en cambio obtengo esto, que hice para merecer esto no lo entiendo porque de entre todas las personas me paso a mí, sé que suena egoísta pero no me importa.
--¿Porque quieres casarte conmigo? –Pregunto desesperada. --¿Por qué quieres algo tan tradicional? –Odio lo que voy a decir pero estoy desesperada no quiero esto y no lo hare al menos de buena gana.
--Ya… soy tuya... –le digo temblorosa, mierda.
--Si, lo eres. –Se inclina hacia abajo hasta que su rostro está a pocos centímetros de la mía. – Y quiero un documento legal para ese efecto, serás mi esposa y nadie podrá apartarte de mí.
Miro a Klaus, mi pecho se contrae mientras empiezo a entender esto no es un gesto dulce o romántico de su parte, no lo hace porque me quiere o quiera formar una familia. Ese no es modo de Klaus opera, el matrimonio es una forma más de atarme a él legitimar que soy suya reafirmar su posesión.
Es tan simple como eso.
Sería una forma diferente de propiedad más permanente.
--Lo siento. –Digo igual reuniendo mi coraje y fuerza. –No estoy lista para esto ¿podemos discutirlo en otro momento después?
Su expresión se endurece más si es posible, sus ojos se convierten en trozos de hielo abruptamente liberándome, me abofetea tan fuerte que pierdo el equilibrio, cayendo pero antes de que caiga me sujeta del brazo estabilizándome en mi lugar para darme otra bofetada igual o más fuerte, suelto un sollozo tocando mis mejillas que ya deben estar rojas por el maltrato, levanto la mirada para verlo directo a los ojos, el me prometió que no me golpearía mas lo prometió, y yo como idiota le creí que equivocada estaba.
--Está bien. –Su voz es tan fría como su mirada. –Si así es como quieres jugar, pequeña lo haremos a tu manera.
Llegando a su bolsillo, saca un teléfono y empieza a escribir una sensación en mi estómago me dice que nada bueno está por venir.
--¿Qué estás haciendo? –Cuando el no responde, repito mi pregunta tratando de no sonar en pánico como en realidad me siento. –Klaus, ¿Qué estás haciendo?
--Algo que debería de haber hecho hace mucho tiempo. –El finalmente responde, mirándome mientras se mete el teléfono en pantalón.
--Todavía sueñas con volver con ellos ¿verdad? –Mi corazón deja de latir.
--¿Que? ¡No, no lo hago! Klaus, porque dices eso. –Digo desesperada ya se lo que viene. El me interrumpe con un gesto cortante y desdeñoso.
--Debería haberlos sacado de tu vida hace mucho tiempo, ahora voy a remediar ese descuido tal vez entonces aceptes que estás conmigo ahora no con ¡ELLOS!
--Pero que estás hablando Klaus, escúchate estas muy mal como quieres que me acostumbre a ti si siempre me estas ¡AMENAZANDO!
--¡TU ERES MIA MALDICION CUANDO LO VAS A ENTENDER! –Me grita, dios mío estoy perdía que voy hacer no puedo pensar con el tan cerca gritándome, lo único que puedo hacer es darle por su lado por el bien de mi familia.
--¡Estoy contigo! –No sé qué decir, como convencer a Klaus que no lo haga camino hacia él, agarro sus manos el calor de su piel quemando mis dedos congelados.
--Escúchame, solo tú…solo quiero estar contigo Klaus no crees que de no ser así ya me habría escapado. –Su expresión se suaviza, aunque sus dedos se cierran alrededor de los míos aprisionándolos en sus manos.
--Entonces no debería importarte lo que les ocurra.
--¡NO!, no... Que te pasa son mis padres Klaus claro que me importa, así no funcionas las cosas por favor cálmate ellos son inocentes en todo esto y no voy a dejar que los dañes. –Estoy temblando tan fuerte ahora, mis dientes chocando entre sí.
--No merecen ser castigados por mis pecados…
--No me importa lo que se merecen. –La voz de Klaus me golpea como un látigo, mientras usa su agarre en mis manos para acercarme. Inclinándose el grita.
--Quiero que salgan de tu mente y DE TU VIDA JODER ¿Me entiendes?
El ardor en mis ojos se intensifica, mi visión borrosa de lágrimas no derramadas a través de la nube de pánico que nubla mi mente, me doy cuenta que solo hay una cosa que puedo hacer para detener esto pero mierda odio esto toda mi vida se fue a la mierda por culpa de su obsesión por mí, bien me dijo mi abuela la ¡belleza es una maldición! y que razón tenía.
--Muy bien. –Susurro en la derrota mirando al monstruo del cual soy cautiva. –Lo hare… Me casaré contigo.
La próxima hora se siente surrealista, después de llamar a sus perros falderos Klaus me presenta un anciano vestido con una túnica imagino es el sacerdote que nos va a casar, el hombre no habla inglés así que asiento con la cabeza y pretendo que lo entiendo.
Es vergonzoso admitir que mi único español que se, es mi clases en la escuela secundaria, cuando mi presentación ha terminado, Klaus me lleva a otra habitación un pequeña oficina que tiene un escritorio y dos sillas tan pronto como llegamos dos mujeres entran en la habitación, una de ellas trae un largo vestido blanco, mientras que la otra lleva zapatos accesorios y una caja imagino que contiene maquillaje.
Comienzan hacer mi cabello, intentan hacerme platica trato de responder pero solo me salen respuesta torpes el creciente nudo de miedo en mi estómago no me deja respirara ni hablar, el miedo en mi pecho me impide actuar como la joven novia que esperan ver.
Al darse cuenta de mi falta de entusiasmo Klaus me lanza una mirada oscura, luego desaparece dejándome sola con las mujeres, estoy mental y físicamente agotada.
Esta sucediendo, realmente esta sucediendo Klaus y yo nos casaremos.
Había empezado a pensar tontamente que las cosas podían ser diferentes entre nosotros creer que yo tenía algo que decir en mi vida, la mujer que está trabajando en mi cabello me da una sonrisa radiante interrumpiendo mis pensamientos.
--Hermosa señorita, muy hermosa, ahora por favor el vestido y luego hacemos tu maquillaje.
Me dan ropa de encaje muy provocativa para ir debajo del vestido y luego se alejan dándome privacidad, me cambio rápidamente el vestido que como el anillo me queda perfectamente. Después de 35 minutos estoy lista.
--Ve a ver. –Dijo una de ellas guiándome hacia la esquina de la habitación, allí hay una espejo de cuerpo entero, miro fijamente en silencio atónita mi reflejo apenas reconociendo la imagen que veo la muchacha del espejo es hermosa, sofisticada con el pelo bien echo el maquillaje perfecto el vestido estilo princesa, con la espalda descubierta hacen ver su delgado cuerpo sensual y recatado, pendientes de diamantes en forma de lagrima adornan sus pequeñas orejas y un collar a juego ella es todo lo que debe ser una novia especialmente si uno ignora las sombras en sus ojos, mis padres habrían estado tan orgullosos.
El pensamiento surge la nada y me doy cuenta que me voy a casar sin nadie, sin mi familia completamente sola tal como Klaus lo quiere sin nadie a mi lado, solo el mi maldito verdugo.Un golpe en la puerta interrumpe mis reflexiones, las mujeres se apresuran a responder oigo hablar a Klaus en español, volviéndose hacia mí se despiden y salen rápidamente.
Klaus entra en la habitación, no puedo evitar mirarlo vestido con un esmoquin negro que abraza todo su cuerpo musculoso lo hace ver alto y poderoso la perfección él me está estudiando también , su mirada caliente y con tanto deseo, posesión, no logro descifrar que más.--¿No es de mala suerte ver a la novia antes de la ceremonia? –Invoco tanto sarcasmo en mi voz como puedo, tratando de ignorar su mirada en este momento lo odio tanto me molesta tanto que me estoy acostumbrando a él a su presencia. Una pequeña sonrisa tira en la equina de su boca.
--Mi pequeña, creo que tú y yo hemos superado esas preocupaciones no crees ¿Estas lista? –Yo asiento y camino hacia él no tiene sentido retrasar lo inevitable de una forma u otra nos casaremos HOY.
Klaus me ofrece su brazo, pero yo solo paso de largo ignorándolo, escucho como suspira detrás de mí el cura ya nos espera como Enzo que lleva una cámara en sus manos.
--¿Eso es para la foto de la boda? –Me burlo, deteniéndome en la entrada.
--Por supuesto. –los ojos de Klaus brillan con diversión, le divierte todo esto, mi renuencia casarme, todo es una puta broma para él.
--Recuerdos nena, tengo que plasmar lo hermosa y feliz que estas, este es el día más importante de tu vida.
¡HIJO DE PUTA! No le digo nada solo sigo mi camino, Enzo es el único que va presenciar esta farsa de boda.
La ceremonia solo lleva unos veinte minutos, el flash de la cámara me aturde por un segundo trato de dar mi mejor sonrisa pero la verdad parece como si tuviera que ir al baño, Klaus tiene la sonrisa más radiante que he visto el sí está disfrutando esto porque en su maldita cabeza el tiene derecho sobre mí, tan simple como eso.
Después de un largo discurso en español, el padre Díaz comienza hablar con Klaus puedo entender unas palabras, algo de conyugue, amo, protección y entonces escuchó la voz profunda de Klaus respondiendo.
—Sí, quiero. – Dice mirándome con tanta emoción en el que no puedo evitar reír, error de mi parte sus ojos brillan con orgullo, hora es mi turno mirando a Klaus, digo en tono firme sin echarme para atrás demostrando algo que no estoy sintiendo en realidad me estoy cagando de miedo.
--Si, acepto. –y esas palabras sellan mi destino para siempre.*FIN DEL RECUERDO*
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Rose
RomanceLas mujeres somos bellas, astutas, inteligentes! Por eso nos temen.. ¿Creen en el destino? Serás feliz me dijo el destino... pero primero te enseñaré a ser fuerte. **Prohibida su cópia, sin autorización ten imaginación y no robes la de los demás.*...