Capítulo 30

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ROSE*
Despierto con un dolor horrible de cabeza, trato de moverme un poco pero siento como si me estuvieran clavando un cuchillo en el costado, donde mierda estoy abro los ojos, la luz me siega por un segundo parpadeo un par de veces para acostumbrarme  miro a mi alrededor y estoy en un cuarto blanco supongo que estoy en un hospital no tengo ni idea que hora es o que día joder que paliza me dieron.
Me levanto poco a poco necesito ir al baño las ganas ya son insoportables bajo mis piernas de la cama, y me pongo de pie lentamente parezco una anciana, llevo una maldita bata de hospital con razón estoy muriendo de frio, siempre he odiado los hospitales son demasiado aterradores, camino a lo que creo que es el baño siento que pasa una eternidad maldición odio esto, entro al baño  y me miro en el espejo J O D E R.
Parezco una puta muerta,  lista para la fiesta de Halloween tengo el labio partido y un moretón en el ojo derecho que destre dios porque me metí en esta mierda de locos, suspiro bueno ya empezamos el juego no puedo echarme para atrás.
Termino de hacer mis necesidades, estoy lavándome las manos cuando escucho que me llaman.
--Pequeña, ¿dónde estás? –Esa voz, esa maldita voz desesperada, respiro hondo ya se lo que viene, no le contesto nada simplemente me mantengo parada no tengo ganas de hablar con él, de que me abrase de nada joder trato de mantener un poco más mi paz, pero me dura muy poco cuando empieza a tocar la puerta, por suerte he puesto el seguro a la puerta.
--Rose estas bien, que pasa porque cierras. –Por su tono está enojándose ruedo los ojos cuando no está enojado, desde que lo conozco no hay un solo día que no esté enojado.
--Estoy bien Klaus, solo estoy usando el baño ya salgo. –Le digo con voz cansada respiro hondo y abro la puerta, ahí está mi tormento personal recargado en el marco de la puerta mirándome todo el cuerpo buscando algo no sé qué, se acerca a mí toma mi rostro en sus manos besa mi frente se queda unos minutos ahí solo sintiéndome, no puedo evitar tensarme nunca voy acostumbrarme a esto.
--Pequeña, no sabes lo preocupado que estaba por ti, voy a matar a los culpables eso te lo juro bebe nadie toca a mí reina y sale ileso. – me dice Klaus cuando habla de esa forma me da tanto miedo, porque sé que dice la verdad.
--Estoy bien, nada del otro mundo ¿qué día es hoy? –Claro que él no dice nada de las palizas que me daba, según el mi entrenamiento maldito hijo de puta.
Me toma en brazos, llevándome a la cama me dejas en ella con toda la delicadeza del mundo, él toma la silla de alado de la cama parece que no ha dormido en días, tiene barba y unas ojeras marca acmé.
--¿Qué día es hoy Klaus? –  solo me mira por un momento creo que no va a responderme, pero lo hace dando un suspiro dice.
--Es jueves pequeña. –No dice nada más, eso significa que todavía no es la mentada junta, aún estamos a tiempo.
--Y que haces aquí, tienes que viajar a Rusia si quieres llegar a tiempo para la junta. –Le digo
--Me importa una mierda esa junta, nada es más importante que tú bebe. –Me dice tomando mis manos entre las suyas dando un beso en ellas, tengo que hacerlo es ahora o nunca.
--Kl..aus, tienes que ir. – Mierda odio hacer esto pero no tengo de otra, tomo su mano y la subo a mi rostro, me recargo en ella miro directamente a sus ojos, esos ojos que algún tiempo me encantaron.
--No voy a dejarte sola Rose, no estoy aun seguro quien te hizo esto no es el mejor momento para viajar. —me dice enojado.
--Ca..riño, puedes llevarme contigo así estaría protegida por ti, creo que sería el mejor momento para alejarme de todo, aun no sabes quién o quienes fueron no sabemos en quien confiar. –Pongo cara de puchero esto siempre funciona con él.
--Si lo que quieres es ir, por esa maldita invitación desde ahora te digo que No Rose esto ya lo hablamos. –Me mira tratando de intimidarme pero a la mierda ya basta.
--Mira Klaus no estaría aquí si no fuera por ti, tengo una ligera idea de quien pudo hacer esto y es Marco quien más siempre te ha tenido envidia. –Trato de sembrar la duda aunque no es del todo falsa ese maldito siempre ha estado detrás de Klaus, me mira arrepentido he dado en el blanco.
--Yo también pensé en él, pequeña perdóname por todo esto sí sé que siempre estás en peligro por mí. –Me da esa mirada de perrito diablos es bueno, él se merece esto y más.
--Él fue Klaus, no quiero darle el gusto por favor déjame ir vamos a dejarle claro quiénes son los reyes de todo esto. – Sé que lo está pensando pero veo otra cosa en sus ojos que no me va gustar lo presiento.
--Muy bien pequeña te llevare conmigo, iras a tu cita pero todo tiene un precio estas dispuesta a pagarlo bebe. –Me dice mirándome a los ojos, dándome una pequeña sonrisa se ve tan loco en este momento.
Es un hijo de puta, no le basta con todo el daño que ha hecho, claro que no  sabía que me pediría algo a cambio lo más seguro es que quiere que sea una espía o algo así, siempre sacando provecho de todo ¡¡mierda!!
--Que es lo que quieres, no te vasta con todo lo que has quitado Klaus eres un maldito te he dado todo de mi bueno me lo quitaste solo porque te obsesionaste conmigo jamás te pido nada creo que merezco esto, me quede contigo después de todo el infierno que es vivir contigo y no dije absolutamente nada QUIERO ESTO Y ME LO VAS A DAR. –No me aguanto y le suelto todo ya estoy llegando a mi limite. Cuando termino de decirle todo estoy respirando fuerte, bajo la cabeza esperando que explote pero no pasa nada no se escucha nada en la habitación el silencio es súper incomodo siento que en cualquier momento va empezar a gritarme y golpearme. Siento su mano en mi cabeza, me estremezco no puedo evitarlo escucho como su suspira.
--Pe...queña perdóname por favor, iremos si  mírame nena jamás agaches la cabeza siempre mírame. – levanto la cabeza y hago lo que me dice lo miro, tiene los ojos llorosos me mira con pena odio que haga eso, si no fuera un pendejo creo que hasta me gustaría pero no podemos cambiar el destino cierto?
--Mírame pequeña te amo demasiado, iremos a Rusia okey hoy mismo saldremos de aquí no quiero que estés así conmigo yo me muero sin ti bebe. –Me dice Klaus con voz triste, me siento un poco mal por el no puedo evitarlo me cambio de tal manera que no puedo ser una perra total, así que me acerco a él y lo beso en los labios, es un beso casto pero veo como se le ilumina la mirada como si se hubiera ganado la lotería toda mujer debería tener un hombre que la mire así, solo que no en estas circunstancias.

RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora