Las mujeres somos bellas, astutas, inteligentes! Por eso nos temen..
¿Creen en el destino?
Serás feliz me dijo el destino... pero primero te enseñaré a ser fuerte.
**Prohibida su cópia, sin autorización ten imaginación y no robes la de los demás.*...
Mientras pienso las posibilidades de enfrentarme a alguien
que me supera en peso considerablemente, klaus toma la
decisión por mí. Me suelta el pelo y me agarran de la camisa que
Tengo puesta, no lo dejo hacer, si acaso la agarro con más fuerza. Y entonces
hago algo vergonzoso.
Suplico. —Por favor —le digo con desesperación—, por favor, no lo
hagas.
Vuelve a sonreír. —¿Por qué no? —Todavía con las manos en mi camisa de forma lenta y pausada. Sé que lo está haciendo para alargar
la tortura. Podría arrancarmela de un solo tirón. —No quiero hacer esto. —Apenas puedo coger el aire
suficiente para respirar y de repente mi voz suena más jadeante.
Klaus tiene aspecto de estar divirtiéndose, pero tiene un brillo
oscuro en la mirada. —¿No? ¿Crees que no noté cómo reaccionabas ante mí en el
bar?
Niego con la cabeza. —No reaccioné de ninguna forma, te equivocas… —digo con
la voz espesa por las lágrimas que contengo—. Yo solo quiero irme de aquí. En ese momento noto cómo levanta la mano y me agarra por
el cuello aprieta y mira directo amis ojos comienzo a temblar Siento la violencia que emana y me aterra.
Se inclina sobre mí. -- tú JAMAS te vas a ir de aquí escuchaste-- sólo puedo quedarme mirándolo, no puedo moverme siento como mi corazón va a mil por hora-- dije que si ESCUCHASTE!-- grita klaus, y saltó en mi lugar,siento que aprieta su agarre en mi cuello y entro en pánico-- s..si-- le digo en un susurro. Me limito a asentir porque estoy demasiado asustada, Me suelta el cuello. —Bien —dice más suave—, ahora, quítate la camisa Quiero
verte desnuda otra vez.
¿Otra vez? Tuvo que ser él quien me desnudó.
intento pegarme aún más a la pared sin quitarme la camisa Klaus suspira.
dos segundos más tarde, la camisa está en el suelo. Como
había supuesto, no tengo ninguna posibilidad si él decide usar la
fuerza.
Me resisto de la única forma que puedo. En lugar de quedarme
quieta y dejarlo contemplar mi cuerpo desnudo, me muevo por la
pared hasta quedarme sentada en el suelo con las rodillas contra
el pecho. Las envuelvo con los brazos y me quedo quieta con todo
el cuerpo temblando. El pelo, grueso y largo, me cubre la mitad
del cuerpo y me cae por la espalda y los brazos.
Estoy tan asustada de lo que
me vaya a hacer ahora, se me saltan las lágrimas y empiezan
a resbalar deprisa por las mejillas. —Rose —dice con dureza en la voz—, levántate. Levántate
ahora mismo.
Sacudo la cabeza sin mirarlo. —rose, esto puede ser agradable para ti o puede ser doloroso y créeme que lo será tú decides.
-- ¿Agradable? ¿Pero este está loco? Me tiembla todo el cuerpo
por los sollozos. Ala mierda piensa rose, muevete Haz algo, estoy paralizada jamás pensé que me pasará esto ami no puedo dejar de llorar.
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