*KLAUS*
Hay días en que el impulso de herir, de matar, es demasiado fuerte para ser negado. Días en que es imposible ignóralo a la menor provocación revelar el monstruo que llevo dentro, hoy es uno de esos malditos días, trato de mantener mi temperamento a raya por que la tengo conmigo en mis brazos donde pertenece. Después de que esos imbéciles me apuntaran con un arma a mí, debo de decir que sabiendo quien era lo hicieran, tienen huevos suficientes para estar en mi organización, pero no lo son aún, primero tienen que demostrar que pueden con todo lo que conlleva estar en la mafia. No confió en nadie mi vida solo en mi pequeña no sé cómo pude pensar que me dejaría, aprieto mis brazos alrededor de ella,
alejando todos esos pensamientos negativos que no hacen nada bien.
Siento como Rose se remueve en mi regazo dando un suspiro, miro hacia ella dios la amo tanto no sé qué sería sin ella, es una obsesión de saber dónde está, que hace, que siente, todo. Quisiera fundirme en ella para ser uno mismo, para que nada le pasara y siempre estuviera conmigo.
--Klaus donde estamos. —Me dice adormilada. —Nos dirigimos a casa nena, pero primero iremos a el hospital quiero saber qué tan mal te encuentras. – le digo de forma calmada a pesar de que me hierve la sangre. Ella solo asiente y vuelve a poner su cabeza en mi pecho cuando creo que ya está dormida escucho su suave voz. – Gracias por rescatarme, por venir tenía mucho miedo Klaus. –Siempre iré por ti pequeña no importa que sea en el maldito infierno, nunca te dejare sola. –Le digo, sus palabras hacen que mi corazón se oprima, me mata todo lo que paso, beso su frente me mantengo unos momentos ahí simplemente oliéndola sintiéndola.
Llegamos al hospital después de 15 minutos, Enzo abre mi puerta tomo a Rose en brazos y salgo del auto voy directo a urgencias, me acerco a una enfermera y le comento lo sucedido ella sabe qué hacer, no es la primera vez que estamos aquí recuerdo una vez en particular tuvimos un problema con un cargamento y nos emboscaron, Salí herido si no fuera por Enzo no estaría aquí.*RECUERDO*
Odio cuando los cargamentos se atrasan me hacen quedar mal, después los imbéciles se sienten con derecho a reclamarme algo e tenido que matar a algunos idiotas por creer algo que no es.
Este cargamento en particular me tiene algo nervioso desde el principio, no me da buena espina nada de esto, estamos estacionados a unas cuadras del lugar de la entrega pero llevan 10 minutos de atraso no sé qué los pudo atrasar esto me huele al FBI, llevan años y años detrás de mí que tontos parece que no entienden jamás encontraran nada, no por nada estoy en la maldita sima, me pregunto porque siguen detrás de mí.
Veinte malditos minutos, soy un poco maniático de la puntualidad esto va terminar con alguien muerto como siempre, lanzo un suspiro cansado de esta mierda, como quisiera estar con mi nena acurrucados bajo las sabanas donde la deje dormida como un ángel , diablos me estoy poniendo duro solo de pensar en ella pero no puedo evitarlo.
–No me gusta nada esto jefe que quiere que hagamos. –Enzo me saca de mis pensamientos, tiene razón y siempre sigo mis instintos.
--Lose, pero quiero ver hasta dónde llegan, yo voto por los malditos del FBI que dices hacemos una apuesta compañero que te parece que sean mil de los grandes esta vez para que sea más interesante está perdida de tiempo. —Le digo a Enzo riendo, sé que voy a ganar siempre gano de una forma u otra.
Después de que nos ponemos de acuerdo con los demás sobre la apuesta, Enzo nos pone alerta de un auto acercándose a nuestra ubicación, se para a unos metros de nosotros, no pierdo más el tiempo y bajo de la camioneta escucho como se abre la puerta del conductor y Enzo baja siempre a mi lado, caminamos unos cuantos pasos y paramos enfrente del auto.
El silencio es interrumpido por el sonido de vidrios romperse y los gritos de Enzo dado órdenes Alguien cae sobre mí presionándome sobre el piso siento que me empujan, gimo cuando caigo al suelo me recupero de inmediato y camino agachado hacia la camioneta para cubrirme de la lluvia de balas, que mierda está pasando trato de ver de dónde viene.
Todo está mal, tan rápido como comenzó el desastre se terminó, manteniéndome alerta con Enzo alado, avanzamos hacia atrás de la camioneta, varios de mis hombres tomaron la iniciativa de disparar de vuelta, algo me huele muy mal no son solo los pendejos del FBI hay alguien más aquí.
Cárganos nuestras armas listos para lo que viene, sé que no están aquí solo por las amas vienen por mí, y no se irán hasta matarme, eso es algo que no voy permitir, los disparos empezaron de nuevo, caen sobre los cristales de las camionetas obligándonos a ir al suelo. Miro alrededor buscando un lugar donde cubrirme mejor pero no hay nada joder porque tuve que escoger este lugar al aire libre, le hago una seña a Enzo y comenzamos a disparar al auto enfrente de nosotros, pero en ningún momento hubo respuesta del auto negro nada, tal parece que es blindado dado que no le hacemos nada.
--Tenemos que largarnos de aquí jefe. –Me grita Enzo disparando al único edificio que hay en el lugar de ahí provienen los disparos, pero mierda no voy a huir como una rata.
--NO, acabemos con ellos Enzo hay que enseñarles que pasa cuando nos acorralan. –Le digo, con la adrenalina corriendo por mis venas vamos hacer pagar a estos hijos de puta.
Organizo a mis hombres de modo que ellos nos cubran a Enzo y a mí, mientras acabamos con todos los francotiradores, no nos detenemos creyeron que éramos presa fácil malditos imbéciles, estoy tan centrado en la batalla que de repente siento un ardor en el hombro, pero le quito importancia no tengo tiempo para eso ahora, después de lo que parecen horas creo que los terminamos con todos los malditos, hago una seña del alto al fuego.
--¿Cuantos heridos?—Le pregunto a Enzo.
--Tres muertos, Dos heridos. –Me mira y abre los ojos sorprendido, --Bueno parece que son Tres heridos. –Dice señalando mi hombro, y es ahí cuando comienzo a sentir el ligero dolor, mierda odio que me disparen duele como la mierda.
Le hago señas a uno de mis hombres, le digo que me pase un arma larga, cuando me la pasa la cargo, seguro a fuera y me dirijo al maldito carro quiero saber quién es responsable de eso de una maldita vez ya perdí demasiado tiempo, apenas doy dos pasos y mi teléfono comienza a vibrar en mi bolsillo, lo ignoro pero cuando estoy cerca del auto Enzo viene corriendo y me entrega su teléfono. –Toma Klaus es de la Mansión, Boris. – Lo tomo y lo pongo e mi oído.
--Que pasa Boris, está todo bien en mi jardín. –Es la clave que uso para preguntar por mi pequeña no quiero que nadie sepa de ella, que nadie crea que pueden llegar a mí a través de ella.
--Señor, Están atacando la mansión, en este momento estamos en los túneles llevo a la señora al bunker? –Mierda y más mierda Siento como me hierve la sangre esto es solo la distracción para lo que de verdad quieren estoy a punto de darle las coordenadas a donde tiene que llevar a mi pequeña.
--Escucha Boris Ves a... – Cuando repentinamente el auto Explota aventándonos contra el suelo, los cristales incrustándose en mi pecho.
--¿Qué carajos? –Susurre mientras me retorcía de dolor todo lo que sentía es DOLOR en todo mi cuerpo no hay una parte de él que no me duela, trato de mirar a mi alrededor y todos están muertos joder esto o está pasando.
--Enzo. —Toso un poco de sangre mierda eso no es nada bueno de tener algún órgano perforado, Se acerca a mí con dificultad esta mejor que yo, él se encontraba detrás de mí cuando estallo el auto así que me llevo todo lo feo por así decirlo.
Ya nos encontrábamos de pie cuando hubo un disparo que cayó en mi pierna haciéndome jadear, pero inmediatamente fui cubierto por Enzo ya listo para disparar. Mierda estaba difícil que sobreviviéramos, éramos al menos veinte y todos estaban muertos ahora antes de siquiera pensarlo agarro un arma que estaba tirada y disparo al perro, parece que no se espera eso porque parce sorprendido cuando le doy en medio de las cejas, me dejo caer al suelo diablos voy a morir ese fue mi último pensamiento antes de que todo se pusiera negro.
Recuerdo que desperté justo cuando llegamos al hospital Enzo me saco del lugar y me trajo, antes de que me llevaran lo tomo del brazo y le digo.
--Ves por Rose, y tráela aquí. –Es lo último que le digo antes de que me ingresen.
*FIN DEL RECUERDO*
ESTÁS LEYENDO
Rose
RomanceLas mujeres somos bellas, astutas, inteligentes! Por eso nos temen.. ¿Creen en el destino? Serás feliz me dijo el destino... pero primero te enseñaré a ser fuerte. **Prohibida su cópia, sin autorización ten imaginación y no robes la de los demás.*...