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-¿Me podría quedar contigo? no quiero que estés sola.

-No te preocupes Millie, estaré bien - Dije no muy convencida -.

-No, de verdad quiero hacerlo. Sólo tendría que ir por mis cosas y obvio decirle a mi mamá que me quedaré contigo.

-Gracias Millie, de verdad gracias por todo, tú no tienes porque estar preocupandote tanto por mí.

-¿QUÉ DIABLOS ESTÁS DICIENDO? Claro que me preocupo.-Me miró a los ojos y había un destello de preocupación.- Cariño, eres mi mejor amiga, más que eso eres mi hermana, si tú estás mal yo lo estoy, sabes que siempre voy a estar para ti cuando más lo necesites, siempre juntas en las buenas y en las malas, lo sabes.

-Te quiero Millie.- En este punto me pregunto ¿qué hubiera hecho si ella no estuviera?, en realidad ella es de las pocas personas a quien en verdad a precio. La miré y sonreí.-  Siempre juntas.

-Siempre.

-Vamos.- Digo decidida.

-¿A dónde?

-Por tus cosas.

-Podemos esperar hasta mañana.

-No, sé que no podrás dormir a gusto si no haces tus actividades de la noche como lavar tus dientes, bañarte, ponerte todas esas mascarillas en el rostro, no no y no, vamos a tu casa por tus cosas.

Soltó una carcajada.

-Eres increible amiga.

-No tanto como tú , pero vamos.

-De paso, ¿Podemos ir por comida? Muero de hambre.

-¿Pizza?

-TACOS.- Las dos gritamos al mismo tiempo.

-VAMOS POR ESOS TACOS.

-Vamos.- Salimos del departamento para ir por las cosas de Millie y por los tacos.

Subimos al auto y conduje hasta la casa de Millie, no tardamos mucho y fuimos por la comida.

-Hm... No lo sé, ¿Tú que dices? ¿Vainilla o chocolate?

-Yo digo que vainilla y chocolate.- Me reí. - No se complique la vida Señorita Brown.

-Perfecto, vainilla y ¿Jaeden?

-Sí, vai... ¿Jaeden? - Dije algo confundida.

-Oh! Hola chicas.- Saludo nuestro amigo.

-Hola Jae.- Dijimos al unísono.

-¿Qué hacen?

-Fíjate que vine a pasear a mi perro al super.

-Pero... Millie, tú no tienes perro.

-Puues obvio vinimos a comprar tarado, a que se viene al super.

-Ah! pues disculpe... doña...

-Ni se te ocurra Martell.

-No digo más, viendo su carrito hay noche de chicas.

-Si, iremos por tacos.

-Yo quiero tacos.

-Pues vamos por tacos.

-¿Vienés Jae?

-Claro sólo le marcaré a mi madre para avisarle.

-Perfecto.

[....]

-¿Por qué te cambiaste? ¿Tienes problemas con tus padres? Sabes que puedes contar conmigo para todo aquí estaré.

-Con mi madre no, con mi padre pues algo así.

-¿Y Finn lo sabe?

-Uhm! Ya no estoy con Finn.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Te hizo algo ese imbécil? Dime que no o te juro que le part...

-No tranquilo Jae, sólo que.- Suspiré.- Estoy embarazada.

-¿DE ESE IMBÉCIL?

-Sí.

-Déjame adivinar, lo negó ¿Verdad?

-Sí.- Dije triste.

-Es un estúpido, mereces a alguien mejor, yo te ayudaré en todo lo que ocupes pañales, leche, ropa.

-Un padre para el bebé.

-MILLIE.- Le reclamó él.

-Uy! ¿Qué? pues perdón, Jae ya no están juntos sólo dicelo y ya.

-¿Decir qué?.- Pregunte un poco confundida.

-Nada.

-Jaeden se lo dices tú o se lo digo yo.

-¿ALGUIEN ME PUEDE DECIR DE QUE DIABLOS ESTÁN HABLANDO?

-Tengo que confesarte algo.

-Iré a la habitación me llevo los tacos, las papas, la nieve, las cocas.

-Sí Millie llévate todo ya!

-Ahg! ya me voy.

-Ahora dime eso que me tienes que confesar 

-_____, me... me...

-¿Te?

-Me gu...-Justo cuando iba a decirlo sonó el timbre.- Ire a ver quién es.

Jaeden se alejó y yo recosté mi cabeza en el sofá.

-¿QUE MIERDA?.- Se escuchó que gritó Jae

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