Capitulo 38: Si supieras...

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"El dolor más tenebroso es aquél que permanece en silencio"


18 de diciembre (Lunes)

Una inesperada y fría lluvia bañaba la vibrante ciudad de Tokio, sumiéndola en un lúgubre y deprimente ambiente que no concordaba en absoluto con el aire festivo de la navidad que se aproximaba cada vez más. No obstante, coincidía a la perfección con el estado de ánimo de Sanji. Su cabeza era un monumental desastre debido a los pensamientos que entraban y salían, dejando ideas y preocupaciones a su paso.

Y ni qué decir de su corazón, al igual que las gotas que resbalaban por el cristal; él mismo parecía llorar y encogerse en su pecho cada vez que recordaba aquella conversación con su abuelo. Misma que se repetía una y otra vez en su mente como una película sin fin, atormentándolo cada vez más. Todo aquello no pasó desapercibido para su pareja; quien solo recibía evasivas y miradas esquivas, aumentando su ansiedad.

Pero, ¿cómo podría decirlo? ¿Cómo romperle el corazón a Zoro cuando era tan feliz después de mucho tiempo? No podía ser tan cruel.

Para cuando las clases acabaron, la lluvia también se había detenido. Aun así, la humedad en el aire causó un alarmante descenso en la temperatura; por eso, cuando Ace apareció en el salón junto con Sabo, ondeando unos tickets para chocolate y panecillos en una cafetería del centro, todos aceptaron ir más que encantados.

—¡Ah, siento mi alma reconfortada! —exclamó Nami, mientras daba un nuevo sorbo a su taza—. Sí que eres oportuno, Ace

—Bueno, para un día tan frío como hoy, que mejor que chocolate caliente.

—Pero, ¿cómo los conseguiste? —preguntó Usopp, dando un mordisco a su dona.

—Me los dio un senpai del trabajo.

—Vaya... Así que por eso no te dejabas ver. Quien diría que fueras tan trabajador —comentó Franky con burla, a lo que el otro negó con la cabeza.

—No, te equivocas. Estaba estudiando —confesó con orgullo, inflando el pecho, recibiendo la incrédula y sorprendida mirada de los presente. Todos pasaron sus ojos a Sabo quien asintió, confirmando sus palabras. Los chillidos de asombro y gestos preocupados no se hicieron esperar.

—Oh, por Dios, Ace... ¿Qué es lo que tienes? —preguntó Nami, al borde del llanto—. ¿Estas enfermo?

—¿Quieres que te revise? —habló chopper alarmado, tomando su mano—. Un diagnóstico temprano puede salvarte la vida.

—Está muriendo. Debe ser eso, no hay otra razón —musitó deprimido Usopp, mientras Franky y Brook secaban sus lágrimas.

—Esto es tan triste. No pensé que perdería a un amigo tan joven.

—¡¿Ace vas a morir?! —chilló Luffy con ojos cristalizados, abrazándose al cuello de su hermano—. ¡Ace, no quiero que mueras!

—¡Oigan, están exagerando demasiado! —replicó el pelinegro avergonzado, tratando de respirar entre el abrazo de Luffy, sacándole una risotada a los presentes.

—Jajaja pero...es que eres un flojo sin remedio. ¿Qué esperabas?

—Debes estar enfermo o muriendo para que te atrevas a tomar un libro.

—Todos ustedes son... —masculló irritado, antes de cruzar los brazos sobre su pecho con suficiencia—. Pronto seré un universitario así que debo empezar a estudiar como corresponde.

—Esto es increíble.

—Creo que el mundo acabara mañana —comentó Robin, con una sonrisa.

—Wow, el poder del amor sí que es impresionante —susurró Zoro, por lo bajo haciendo resoplar al pecoso. Sin embargo, sus oscuros ojos se afilaron con malicia y una sonrisa perversa apareció en su boca.

I Promise (Zoro x Sanji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora