...Entonces te vi, y todas las canciones de amor tuvieron sentido.
Algo extraño estaba pasando. Ivankov podía sentirlo. Desde hace días, Sanji se comportaba de manera extraña. Salía cerca de las dos de la tarde y regresaba después de seis de la noche, hecho un auténtico desastre; pero eso no era todo. Lo que más le preocupaba era que salía vistiendo los vestidos que había comprado para él y con cestas de mimbre llenas de comida. Si bien le alegraba que sacara su lado okama, también podía significar algo más. Un ejemplo seria su pelea de esa mañana: justo cuando Sanji plantaría una patada en su cara, de repente está cambio de dirección y le dio el triunfo a la reina de las hormonas.
—Perder a propósito para usar mis trajes, salir y llegar a la misma hora —murmuró para sí el peli morado. Apartó un poco la cortina de la ventana junto a él y observó con curiosidad el frondoso bosque—. Según el localizador su recorrido siempre es el mismo: de la casa al dōjō y del dōjō al río. ¿Se está encontrando con alguien?
La reina okama miró el parpadeante punto en la pantalla marcando la ubicación de Sanji. En el río como siempre a esa hora.
—Iré a espiarlo un poco. No quiero sorpresas después.
Había pasado una semana desde que el rubio y el peliverde empezaron a encontrarse, y debía admitir que habían sido los mejores días de su vida. Trepando, escalando, corriendo, peleando. Se sentía tan libre que a veces no podía controlarlo. Incluso había cambiado sus clases de cocina con Ivan-san para perderse en el bosque con el Marimo, no podía reconocerse a sí mismo.
Dio un nuevo mordisco a su emparedado mientras hablaba con su compañero de aventuras. Habían pasado tanto tiempo juntos que sentía que se conocían de toda la vida.
—¡Está delicioso! —balbuceó Zoro, relamiéndose los labios, haciendo reír al rubio.
—Porque tiene salsa BQ. En verdad te gusta la carne.
—Claro, soy un chico en crecimiento. Aunque prefiero tus onigiris. Por cierto —comentó, mirándole de reojo—, deberías comer más, estás muy delgada.
—Así estoy bien. ¿Te gustan las chicas con curvas?
—Quien sabe —dijo lamiendo los restos de salsa en sus dedos—. Por cierto, ¿a dónde deberíamos ir mañana? Ya exploramos esta parte del bosque.
—Mañana... —susurró Sanji, mirando su emparedado sin ganas. Había perdido el apetito de repente.
—¿Qué pasa?
—Mis padres regresan mañana y tal vez no pueda venir.
—Ya veo. Bueno solo será un día. —El silencio de Sanji llamó su atención—. ¿O no?
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I Promise (Zoro x Sanji)
Roman d'amour¿Que harías si solo tu peor enemigo, sabe la ubicación del amor de tu vida? Zoro conoció a la chica de sus sueños en un campamento de verano durante su infancia. Sin embargo, diversas circunstancias los hicieron separarse, con la promesa de una fut...