Capitulo 1: Erase una vez, en verano...

14.4K 588 321
                                    


Hoy era el día. Sanji lo sentía, podía olerlo; además del ligero olor a quemado. Bueno, un error lo cometía cualquiera. Tal vez 2 o 3, incluso 10. Era normal para un cocinero.

—¿Sanji? ¿Qué estás haciendo?

—Oh, buenos días, madre, padre, llegan justo a tiempo.

—¿Un nuevo platillo?

—El mismo de ayer. Descubrí lo que le faltaba.

—Te he dicho miles de veces que es peligroso —replicó el hombre cruzando los brazos—. Nana-san, le dije que no lo dejara acercarse a la cocina.

—Me dijo que era esto o cocinar con leña en el jardín.

Good job —respondió el caballero alzando el pulgar, siendo imitado por la anciana. Era una bendición tener a esa mujer a su lado, sabía que sobre todo no dejaría mal parado el apellido Vinsmoke.

—Luce bien, probemos como esta...

—Cariño, eres muy permisiva. Además, dejaste que tú padre lo influenciara demasiado. No debió pasar esas vacaciones con él en París —se lamentaba el apuesto rubio de ojos marrones.

—No te preocupes, es bueno que tenga un pasatiempo.

—¡No es un pasatiempo! ¡Seré chef profesional!

—Por lo menos ya sé cuánto invertiremos en sus estudios —comentó el padre, probando la Tarta Saint Honoré (1) de Sanji.

El rubio soltó un suspiro mirando a su progenitor. Siempre sacándole provecho a todo. Por algo era un reconocido empresario en Japón.

—Madre, por favor tú también —suplicó con ojos de cordero degollado, iguales a los de la dama. Su madre era la mujer más hermosa que había conocido. Más allá de su físico, su inteligencia y elegancia la habían hecho protagonista de portada en múltiples revistas empresariales. No por nada era líder de investigación de una de las mayores farmacéuticas en Europa.

—Muy bien, veamos que tal esta —aceptó, tomando uno de los profiteroles (2) y llevándolo a su boca.

—¿Y bien?

—¡Oh! Inesperadamente bueno; a pesar del olor no sabe a quemado. Aunque parece que no has acertado el ingrediente secreto de tu abuelo.

—¡Ah, el relleno esta delicioso! Es tan suave y ligero, pero falto dorarlo un poco más. No lo escuche crujir cuando lo mordí.

—Que paladar tan exigente, pero me gusta que no me la pongan fácil.

—De eso se trata el éxito, superar obstáculos; y será mejor que nos vallamos o llegaremos tarde —dijo el hombre de rubios cabellos, tomando la mano de su esposa.

—¿Trabajo?

—Secreto.

—Eso me da más curiosidad —replicó el pequeño, cruzándose de brazos.

—Esa es la idea. Estaremos lejos una semana así que pórtate bien.

—Entonces, yo también me retiro.

—Cierto, hoy empiezan tus vacaciones Nana-san. Que te valla bien en Shizuoka, toma muchas fotos.

—Eso haré, Sora-sama. Gracias por sus buenos deseos.

—¿Tienes tu equipaje listo? Te llevaremos hasta la estación.

—Se los agradezco.

—¿Me quedare solo en casa? —preguntó un pequeño Sanji de 9 años algo ansioso. A su edad, cualquiera lo estaría.

I Promise (Zoro x Sanji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora