Capitulo 10: Enigmática atracción

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"Lo que esta destinado a suceder, 

siempre encontrará una forma única, 

mágica y maravillosa para manifestarse"



27 de Mayo (sábado)

Sanji miró la puerta de caoba frente a él y no pudo evitar resoplar con tristeza, dejando caer sus hombros agobiado. ¿Por qué la vida se empeñaba tanto en juntarlo con Zoro? ¿Acaso alguien le había echado una maldición o algo? Sacudió su cabeza y golpeó sus mejillas dándose ánimo. No todo estaba perdido; aún podía ver a la peli rosa. Haciendo gala de su ropa —un entallado jean azul pálido, una camisa manga larga azul cobalto con delgadas lineas azules, una chaqueta blanca para amortiguar un poco el frío y juveniles botines marrón oscuro—, y a la hora acordada, el rubio se disponía a tocar el timbre de la puerta de Roronoa cuando esta se abrió de repente.

—¡Sanji-kun!

—¡Hola Perona-chan! —saludó animado—. ¿Cómo has estado?

—¡Genial! Pasa —invitó, haciéndose a un lado.

—Gracias. Con permiso.

—Es raro verte por aquí solo.

—Bueno, me gustaría decir que vine a invitarte a otra cita de ensueño, pero tengo que hacer un trabajo con el Marimo.

—Ah, por eso estaba en el estudio ayer. Espera un momento, lo llamare.

—No es necesario —habló Zoro, bajando las escaleras—. ¿Qué haces ahí? Pasa de una vez. La computadora está en la sala. Perona, no llegues tarde.

—¿Eh, vas a salir? —preguntó, arrastrando sus palabras con pesar. La joven solo sonrió encogiéndose de hombros.

—Sí, iré al cine con unas amigas y tú deja de darme órdenes —apuntó al peliverde mirándole amenazante. Volvió a sonreír agitando su mano antes de salir—. Me gusto verte, Sanji-kun, adiós.

—Ah, ahí se va mi única razón para venir a tu casa.

—Deja de mirar a mi hermana y siéntate. Acabemos esto pronto —musitó con hastió dándose la vuelta. Sanji cerró la puerta y caminó hasta la sala mirándolo con fastidio. ¿A que venía esta actitud tan hostil? Si no lo quería en su casa, él no hubiese tenido problema en ir a una biblioteca.

Sanji se maravilló con la belleza del lugar. La ventana triple de la sala iluminaba todo el lugar con luz natural, empotrada a ella un acolchado banco gris lleno de hermosos cojines de colores. La enorme televisión fijada en la pared era el centro de atención. Debajo había un alargado estante con lo que parecían películas y CDs, además del resto de componentes del teatro en casa. Un enorme sofá en forma de L rodeaba la pequeña mesa de cristal en el centro uniendo todo el conjunto. Justo al lado se podía divisar el hermoso juego de comedor de 6 puestos, el respaldo y asiento negro de las sillas contrastaba con el transparente y brillante vidrio de la mesa, y más atrás una maravillosa cocina moderna con una amplia isla y maravillosas encimeras de mármol blanco.

«Parece la casa de un ricachón», pensó.

Sanji se alegró por Zoro. Había perdido todo en el pasado a causa de su madre y ahora vivía en una magnifica casa. No podía imaginarse la alegría de la familia cuando se mudaron.

El rubio se sentó en la alfombra apoyando su espalda en el enorme sofá y se acomodó frente a la computadora, encontrándose con un texto en Word y varias páginas de internet abiertas. Al parecer había estado investigando. Zoro se sentó junto a él y Sanji de inmediato se alejó mirándolo con recelo.

I Promise (Zoro x Sanji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora