Capitulo 29: Más que perfecto

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"Mientras puedas mirar al cielo sin temor, sabrás que eres puro por dentro, y que, pase lo que pase, volverás a ser feliz"

Anne Frank

París (Hace 5 años)

Sanji dejó escapar un leve gemido respirando agitado. El calor que sentía su cuerpo parecía quemarle desde adentro a causa de la fiebre. El dolor que sentía en su espalda y caderas no era comparable al que existía en su corazón. Lo que había perdido, no podría recuperarlo nunca.

—¿Cómo te sientes, Sanji? —Giró el rostro a la voz preocupada de su abuelo, intentando divisarlo tras su nublada mirada.

—Hace...demasiado calor.

—Ya han sido demasiados días. Si tu fiebre no baja tendremos que llevarte a un hospital.

—No... Se darán cuenta...

—Tendremos que arriesgarnos —advirtió, levantando su cabeza para que bebiera la medicina—. Trata de dormir.

El rubio asintió aunque sabía que era imposible; no cuando vería la cara de Éloy en cuanto cerrara los ojos. Cuando aún tenía tan fresca la sensación de sus manos en su cuerpo. No pudo evitar sentir arcadas y chasqueó la lengua.

—Maldición...

Esa había sido una semana de perros. Sumado a la débil condición en la que se encontraba, estaba la reticencia de Sanji a comer. Todo le recordaba a él: la comida, la cocina, el sonido del cuchillo cortando sobre la tabla de madera, el chisporrotear del aceite en la sartén, todo. Él estaba ahí.

Las largas y amargas noches de lágrimas solitarias estrujaban el corazón del pequeño, haciéndole sentir miserable; sucio y culpable de que su cuerpo hubiera respondido a aquel toque. Como si de verdad lo estuviera disfrutando cuando no fue así. ¿Por qué tenía que haberle pasado algo así? ¿Por qué él?

—Si solo pudiera desaparecer...

La mañana llego con inesperada rapidez. La luz del sol filtrándose por las cortinas de la ventana iluminaba la habitación. Sus ojos pesaban, su cuerpo dolía y su mente era mierda.

8:45 am, se había despertado bastante temprano considerando que el sueño lo había vencido pasada las 3:00 am. Saco su cuerpo fuera de la cama y se tomó su tiempo en la ducha restregándose la piel con fuerza. La sangre no se iba, esa esencia blanca aún recorría su cuerpo y ese olor... era insoportable.

Bajo las escaleras y vio a Zeff en la cocina tomando una taza de té mientras intentaba leer el periódico. Se sorprendió al ver a Sanji de pie, eso significaba que su fiebre había bajado lo suficiente.

—Buenos días —saludo sentándose a la mesa.

—Buenos días. ¿Cómo te sientes?

—Mejor.

—Ya veo, te prepare algo. Toma algo de té.

—Sí.

Zeff se levantó con lentitud y con maestría preparo un ligero desayuno para su rubio nieto. Sanji hice una mueca al ver el plato y recordó haberlo preparado para su agresor luego de conocerlo, incluso podía ver como este sonreía mientras lo comía. Sacudió la cabeza tratando de sacarlo de su mente, no tenía permitido estar ahí.

—¿Qué pasa?—La mirada preocupada de Zeff, como pocas veces la había visto, lo saco de sus pensamientos.

—Nada, gracias por la comida.

I Promise (Zoro x Sanji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora