Capitulo 31: Hide and Seek

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"Amo tanto tu ausencia como tu presencia,

porque tu ausencia me obliga a recordar lo 

indispensable que eres para mi,

y tu presencia me lo confirma"

Ivon Yerena


06 de octubre (Viernes)

El otoño había llegado al país Nippon, coloreando de rojo y amarillo las hojas de los arboles; con un clima ideal y brillantes días que hacían parecer el calor y las lluvias del verano como un mal sueño. Disfrutando de aquella tarde de viernes, los Mugiwara caminaban a casa luego de una intensa sesión de estudios. La mayoría ya se habían retirado de sus clubes para enfocarse en los exámenes de ingreso a su universidad de elección (Excepto Luffy, que optó por ir a una técnica ya que no le gustaba estudiar)

Charlaban animados sobre sus planes a futuro, cuando el rubio se detuvo en una de las esquinas, despidiéndose del resto.

—Lo siento chicos, tengo algo que hacer así que me separo aquí. Nos vemos mañana.

—Oh, te ves demasiado contento para que sea un recado.

—Jeje, tienes buen ojo, Usopp-kun. Bueno, tengo a una bella peli rosa esperando por mí en un café a un par de calles. ¿Cómo no estaría feliz?

—¿Peli rosa? ¿Te refieres a...?

—Oye, ¿qué tienes que hacer mi hermana con un pervertido como tú?

—Eso es fácil de imaginar, Marimo-kun —bromeó, cabreando al joven.

—Bastardo...

—Bueno, nos vemos —Se despidió el rubio moviendo la mano, empezando a correr; siendo perseguido por Zoro.

—¡Oye, espera! ¡No huyas!

—¡No me sigas, Marimo mierdoso!

—¡Que te den!

—Y ahí van —resopló Nami—. ¿Qué nunca se cansaran de eso?

—Por lo menos se llevan bien.

—Si tú lo dices...

El par de jóvenes corrieron apresurados varias calles, girando en una esquina y adentrándose a un callejón. La pareja se miró un instante intentando recuperar el aliento, antes de soltar una sonora carcajada.

—¡Jajajaja! ¡¿Qué rayos fue eso?! ¡Fue tan ridículo!

—¡Lo sé! ¿Cómo podemos hacer eso a diario? ¡Es tan tonto, jajajaja!

—Pero parece que funciono —habló Zoro, limpiando la esquina de sus ojos. Extendió su mano para entrelazarla con la del sonriente rubio—. Al fin solos.

—Si... —susurró, encogiéndose de hombros. Recostándose a la pared tras él.

Zoro cerró la distancia y besó los labios del rubio con suavidad. Su mano libre rodeó su cintura, atrayéndolo hacia él; recorriendo con sus dedos la fina línea de su espalda hasta sus caderas.

Sanji enredó sus dedos en la verde cabellera, abriendo su boca a la escurridiza lengua del peliverde. Su corazón retumbaba contra su pecho mientras sus labios eran succionados con vehemencia. Ah, como disfrutaba los besos de Zoro. Tan apasionados y a la vez tan gentiles que hacían su cuerpo estremecer.

I Promise (Zoro x Sanji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora