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En la entrada del centro comercial que da a la Diagonal estaba parte de mi grupo de amigos. Pedro fue el primero en verme llegar y enseguida me saludó. Raquel estaba junto a él pero no dijo nada. Después saludé a Jordi que estaba hablando con su mejor amigo, Iván. A Iván lo conozco de la facultad, estudia con Jordi y conmigo, y aunque cae bien la mayoría, a mí nunca me ha dado buena impresión. Es reservado, serio y poco sociable, es de ese tipo de personas de las que nunca me fiaría.

Ana estaba hablando con Edurne, una chica que no sé si realmente pertenece al grupo, porque igual la ves cada día, que igual desaparece por una buena temporada, pero bueno, es una gran amiga de Ana desde que iban juntas al instituto y encima fue novia de Pedro. Me acerqué a saludarlas.

- Hola Edurne, cuanto tiempo sin verte.

- Ya te puedes imaginar he estado superliadísima con los exámenes, un palo de verdad. Si es que ya lo dicen, Filología es un palo, pero ya ves, me encanta. Bueno, ya sabes que mi madre es profesora de Literatura en un Instituto de Tarragona y la pobre viene y va, y no sé... pues digo yo que para que te den una plaza tan lejos igual no merece la pena... y ya ves, me he comprado hoy un bikini en el Bershka que es total, total...

- ¡Edurne! –Gritó de repente Ana cuando mis oídos ya habían desconectado de la conversación con Edurne- Tendrás tiempo de hablar con Juan durante todo el fin de semana... jeje. Tranquila.

- ¡Hay! Perdona hija, es que tengo tantas cosas que contaros. Porque no sé si os he dicho que ¡el hermano de mi novio me ha tirado los tejos!

- Edurne –interrumpí yo de repente- ¿nos dejas un segundo a solas? Luego hablamos si te parece.

- ¡Ay! Perdona, os dejo que tenéis muchas cosas de las que hablar. –Y dicho esto se fue hacia su siguiente víctima.

- No sé como la puedes aguantar. Vaya fin de semana que nos espera. Pero me alegro de que hayas venido, tenía ganas de tener tiempo para estar a solas los dos. –Dije yo totalmente esperanzado al no ver a Toni por ninguna parte.

- Yo también tengo ganas de hablar contigo y aclarar las cosas, pero ahora termina de saludar, no vaya a ser que se moleste la anfitriona. –Me dijo Ana con una sonrisa en los labios.

Así que me acerqué a saludar a Jesús y a su novia. Ruth es una chica rubia de innegables encantos, muy bronceada, de piernas largas y con unos pechos capaces de provocar un eclipse si se interponen entre el sol y la tierra. Es hija de un pez gordo de la banca aunque nunca he sabido mucho más sobre su vida familiar. De lo que sí se habla, y mucho, es que con pareja o sin ella, Ruth es una mujer muy accesible para cualquier hombre que se le ponga delante. Nunca me he atrevido a decirle nada sobre el tema a Jesús porque intuyo que lo sabe y se conforma con un tipo de relación digamos abierta. A pesar de todo, Ruth no es mala chica, además es muy constante, tanto que se está sacando la carrera de Arquitectura, que compagina con sus pinitos como "modelo".

- Hola parejita. ¿Estamos todos o no? –Pregunté yo esperanzado.

- Hola Juan –contestó Ruth con una sonrisa en la cara- Pues creo que no, falta mi hermano Javier que ha ido a buscar a Toni. Ya ves, no lo sabía pero estudian juntos y se conocían de vista.

- Bueno, igual de algo más... jeje. -Bromeó Jesús.

- Pensé que no faltaba nadie. –Dije yo totalmente abatido por la desafortunada noticia.

- Pues no pienses tanto que es malo. –Añadió Jesús, y cuando Ruth se separó un momento de nosotros para hablar con las chicas, añadió- Y nada de comentarios homófobos tío, que mi cuñado también entiende y sólo falta que Ruth se cabree ¿entendido?

the life of anotherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora