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- Claro... –contestó Damián mientras saltaba de su cama y se acercaba a nosotros.

Se quitó los boxers dejando a la vista un precioso pollón moreno rodeado de un oscuro vello rizado. La polla de Damián comenzaba a despertar. Al tiempo que tomaba asiento en mi cama, Marc le cogió la polla y empezó a pajearla. El chico parecía tener ganas de polla, o más bien de pollas.

Nos estaba masturbando a los dos con absoluta dedicación. Sentí que debía corresponderle, cogí de nuevo su polla y continué con la paja. Damián tenía los ojos cerrados y se acariciaba el pecho disfrutando de lo que le estaba haciendo su mejor amigo. Marc soltó mi polla y se concentró en disfrutar de mis caricias.

La polla de Marc empezaba a rezumar líquido preseminal. Movido por al excitación se inclinó sobre Damián y sus labios y su lengua empezaron a jugar alternativamente con los pezones de su amigo. Inclinado, dándome ligeramente la espalda, el precioso culo de Marc quedó a la vista. Redondeado, firme, sin un solo pelo. Sin dejar de pajearle empecé a jugar con uno de mis dedos en la entrada de su ano. Marc no lo rechazó, más bien al contrario, me apartó la mano de su polla y se acomodó abriendo más sus piernas. El muy cabrón estaba empezando a dilatar. Mi dedo se perdió sin esfuerzo en aquel apetecible culo. Marc suspiró mientras su lengua seguía recorriendo el pecho de Damián.

No pude resistirme y le metí otro de mis dedos. Arrastrado por el placer que empezaba a sentir en su culo, Marc descendió por el pecho de Damián y su lengua rozó el glande de la polla de su amigo.

- ¿Qué haces tío? –Dijo Damián mientras abría repentinamente los ojos.

Marc no se detuvo. Su boca empezó a mamar y a succionar la polla de Damián. No hubo más quejas. Damián volvió a cerrar los ojos y empezó a acariciar con suavidad el pelo de su amigo.

- Ufffff... no sabía que te gustaba comer polla... –murmuró Damián.

Retiré mis dedos del culo de Marc y le ayudé a ponerse a cuatro patas mientras él seguía mamando la polla de Damián. Su culo abierto quedó ante mis ojos. Separé con las manos sus nalgas haciendo que su agujero quedase totalmente expuesto. No pude resistirme, mi lengua se paseó por la parte interior de sus nalgas.

- Mmmmmmmm... por favor cómeme el culo...

Comencé a comerle el culo con desesperación, me agarré la polla y empecé a pajeármela. Con la otra mano separaba aún más sus nalgas intentando que mi lengua penetrara aquel virginal ano.

No podía aguantar más. Dejé su culo y me puse de rodillas sobre la cama, junto a Damián. Mi polla quedó cerca de la boca de Marc. Su cara se encendió al ver dos pollas ante él. Liberó la verga de Damián y empezó a comerme la mía.

- Muy mal, muy mal... un buen comedor de pollas puede con dos vergas a la vez –dijo Damián mientras volvía a acercar su polla a la boca de su amigo.

La respuesta de Marc no se hizo esperar, abrió bien la boca y empezó a chupar, aunque con alguna dificultad, nuestras dos pollas.

- Así me gusta chupapollas... –dijo Damián satisfecho.

Notar como los labios de Marc hacían presión sobre nuestras pollas, notar su lengua jugando entre los dos capullos, notar el roce de mi verga contra la de Damián... la sensación era brutal. Pero quizás lo que más me excitaba de aquella situación era ver a Marc ensartado por dos pollas, comiéndoselas con un hambre insaciable.

- Quiero que os corráis en mi cara... –soltó Marc mientras dejaba de mamarnos las pollas y se estiraba en la cama.

Damián y yo nos colocamos uno a cada lado de Marc y los tres empezamos masturbarnos.

the life of anotherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora