Rodamos sobre el colchón riendo como dos niños pequeños intentando ganar la partida de quien lleva el mando pero ninguno esta dispuesto a perder. Nuestras risas se oyen por toda la habitación, y cuando no podemos más de tanto reír acabamos tumbados boca arriba recuperando el aire. Después de un rato nos miramos complices, ya no hacen falta palabras seguimos lo que habíamos dejado a medias hace unos minutos.
Sus manos me recorren de arriba a bajo dejando fuego a su paso, miles de sensaciones llegan a mi vientre, las mariposas revolotean desesperadas por salir al exterior. Mi cuerpo vibra con cada uno de sus toques hasta hacerme perder la cabeza. Mis manos sin nada de experiencia se mueven tímidas por su pecho sin saber muy bien donde ir.
La poca ropa que teníamos va desapareciendo poco a poco y los nervios vuelven a mi. Cuando su mano tira del lazo del sujetador para desatarlo contengo el aliento, le ayudo a sacar la prenda por mis brazos y cuando estoy demasiado expuesta intento tapar mi pecho con mis brazos.
- Mi amor mirame, no tenemos que hacer nada que tu quieras. Te esperaría el tiempo que hiciera falta cariño.- levanta mi cabeza y me mira a los ojos y eso hace borrar las estúpidas inquietudes que volaban por mi cabeza hacíendome dudar.
- No, yo quiero hacerlo. Pero tengo miedo de no estar a la altura.- una sonrisa muy dulce se dibuja en sus labios.
- Princesa dejate llevar, solo con rozarme ya me haces sentir cosas que no había sentido nunca.- con esas palabras ya no pienso más, solo me dejo llevar por las sensaciones.
Separo mis brazos para dejarle continuar, delicadamente sus manos llegan a mis pechos, los llena de caricias, su boca baja hasta ellos y me hace enloquecer.
Recorro con mis manos su espalda hasta llegar al elástico de sus boxer, mis manos tiemblan, intento bajarlos pero estoy demasiado nerviosa y me cuesta conseguir mi propósito.
- Tranquila, despacio cariño tenemos toda la noche para estar juntos.- sus manos me ayudan y cuando desaparece de su cuerpo intento no pensar en ello. Noto su erección contra mi parte más intima, sus labios bajan lentamente dejando pequeños besos por todo mi cuerpo y cuando llegan a la tela de mi tanga levanta su cabeza para mirarme. Me esta pidiendo permiso para seguir y eso me hace quererle aún mas, sin decir una palabra asiento a modo de afirmación y le animo a seguir con una sonrisa.
Tira de los lazos a la vez y baja lentamente todo junto a los ligeros hasta dejarme como mi madre me trajo al mundo. Mis mejillas toman un color rojo, no se si por la vergüenza o por estar tan expuesta a el. Sin darme cuenta sus labios llegan al punto mas sensible de mi cuerpo y si todo lo demás me había echo enloquecer esto le gana con creces a todo lo anterior.
Estoy como en otro mundo, estoy a su merced, soy toda suya. De repente se sienta sobre la cama y me mira nervioso.
- Jessy yo no sabía que iba a pasar todo esto y no he venido preparado.- agacha su cabeza avergonzado por primera vez y eso hace morirme de dulzura.
Tranquilo mira el primer cajón yo si he venido prepara, no sabía de que tipo lo ibas a necesitar así que he cogido unos cuantos de cada..- cuando abre el cajón y ve que esta lleno hasta arriba me mira con la boca abierta
- Todo esto es demasiado...- al mirar dentro me doy cuenta de que si hay muchos pero no sabía de que tipo los iba a necesitar así que cogí uno de cada, imaginaros la cara de la farmacéutica cuando empece a pedir una caja de todos los tipos que tuviera, era un cuadro y yo pase mas vergüenza que nunca.
Al encontrar los que parecen de su agrado se lo coloca y vuelve a poner su cuerpo sobre el mío. Noto su miembro en la entrada, sus brazos están apoyados en el colchón aguantando su peso para no aplastarme. Poco a poco se va introduciendo en mi interior, un dolor que reconozco al instante me hace clavar un poco mis uñas en su espalda.
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Enamorada De Mi Guardaespaldas #PGP2024
RomanceEl amor no rige de edades ni de clases sociales. El amor es ese sentimiento que llega sin más, ese que nos hace soñar, reír y hasta llorar. Y cuando llega no te puedes escapar porque aunque quieras no podrás. Acompaña ha Jessica y Jorge en esta hist...