Capítulo XII

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Ya había entrado el mes de septiembre y tras haber pasado un par de semanas con sus hijos compartiendo tiempo con ellos en diferentes atracciones y lugares entretenidos, Ulises se sentía más contento que nunca y se despidió de ellos cuando su madre los fue a recoger.

—¿Se divirtieron mucho, hijos? —les preguntó la abada al recoger a sus hijos en presencia de su exmarido.

—Sí, mami. Nos divertimos mucho. Papá nos llevó al centro comercial, nos compró juguetes, nos fuimos a cine, a piscina, viajamos en un globo, visitamos muchos centros comerciales, fuimos a la playa... ¡Hicimos tantas cosas juntos! —sonrió el pequeño Eduardo mientras jugaba con un pequeño aeroplano que tenía en las manos.

—¿Y tú, Misael? ¿También te divertiste? —le preguntó su madre mientras lo cargaba en sus brazos.

—¡Ti! ¡Papito es muy bueno y nos tompró mutas cotas! —decía el pequeño mientras abrazaba a su madre con fuerza.

—Es bueno que se hayan divertido mucho hijos, pero es tiempo que nos devolvamos para Moonwalks. Misael no puede faltar más tiempo a la escuela y mucho menos tú Eduardo.

—Pero mamá... queremos quedarnos más tiempo con papá... —decía Eduardo mientras miraba a su madre.

—No quero irme... —decía el pequeño Misael mientras su padre lo abrazaba y también se acercaba hacia Eduardo para decirles algo.

—Hijos, se que la pasamos muy bien juntos pero por ahora deben obedecer a su madre e irse a Moonwalks. No se preocupen que cuando lleguen las vacaciones, aquí los estaré esperando con los brazos abiertos para construir la nave espacial que tanto planeas Eduardo. Y también el enorme castillo para que salves a la princesa, Misael —decía el padre con una expresión alegre en su rostro luego de convencer a los niños.

—¡Sí! ¡Eres el mejor papi! —exclamaban los niños sonrientes para luego irse con su madre mientras sacudían su mano derecha y se despedían tanto Ulises como de Ramsés—¡Adiós, papi! ¡Adiós tío, Ram!

Ulises al verlos marcharse, estaba llorando un poco y Ramsés que no había dicho nada hasta ese momento, quiso hablar para que su pareja no sintiera la ausencia de sus hijos de nuevo.

—Uli, no te preocupes. En vacaciones los volverás a ver, verás como la pasaremos muy bien los cuatro como en este par de semanas tan entretenidas que tuvimos. Además, me gusta ser el tío Ram —dijo el tigre acariciando las mejillas del paquidermo con una espléndida sonrisa en su rostro. 

—Eso es cierto, amor. Nunca imaginé que verlos jugar y reír con nosotros fuera un momento maravilloso. Eduardo y Misael son tan cariñosos e imaginativos que todo lo que vieron aquí les encantó, además eres su tío favorito jeje —dijo el paquidermo alzando la mirada hacia el felino correspondiendo de igual manera.

—Salieron a su padre, jaja. Tú eres tan maravilloso como ellos, amor —dijo el tigre dándole un beso tierno en la mejilla.

Ulises bajó un poco sus orejas y estaba enrojecido por las palabras y el beso que le había dado Ramsés en la mejilla que lo abrazó fuertemente para corresponderle.

—Además, quisiera contarte algo. Cuando viajé a Moonwalks busqué a Margarita y le expliqué que tú y yo éramos pareja, la convencí de que viniera y logramos al menos darle una buena impresión.

  —¡Wow! Eso no me lo esperaba... Con razón es que ella vino, honestamente nunca esperé que me reencontraras con mis hijos. Te agradezco por eso, amor.   

 —No agradezcas. Como dije antes, yo haría cualquier cosa que estuviera a mi alcance para verte feliz y aunque no fue fácil tampoco fue imposible.

Confesión [Furry Bara] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora