Después de aquel momento tan vertiginoso que ambos disfrutaron, la relación entre ambos con el pasar de los días fue creciendo. Estando ya a mediados de septiembre, la feliz pareja se había encontrado en la playa un viernes por la tarde al terminar sus labores cotidianas y desocuparse un poco más temprano de lo habitual.
—Me alegra que te desocuparas más temprano que antes, Uli. Quería mostrarte nuevos lugares que descubrí durante el fin de semana y este es uno —dijo el tigre quien portaba una camiseta sin mangas al estilo militar y gafas de sol azuladas, con un short verde y bebía un mojito.
—Y sí que me sorprendiste al traerme a este lugar, mi guapo tigre —dijo el rinoceronte al encontrarse en un gran kiosko adornado con flores tropicales y beber una rica piña colada mientras vestía un short de color magenta y una camisa ajustada blanca con gafas de sol.
—Quise traerte porque las puestas de sol desde acá se ven hermosas y porque también sería un buen lugar para traer a los chicos en sus próximas vacaciones con nosotros —dijo el tigre para luego pedir un par de bebidas.
—Sí, es un bonito lugar puedo decirlo aunque también quisiera preguntarte algo que me causa mucha curiosidad —dijo Ulises mientras miraba al felino.
—Pregunta lo que gustes, Uli —decía Ramsés en confianza.
—¿Por qué piensas tanto en mí como en mis hijos? —preguntó sin rodeos el paquidermo y añadió— Es extraño que cuando uno salga con alguien piense en los hijos de la pareja.
Ramsés pensó atentamente cada palabra antes de pronunciarla y de una manera tranquila suspiró un poco ante lo que había escuchado.
—Pienso en los chicos porque me agradaron desde que los vi. De hecho, Eduardo es muy bueno con los números y se defiende muy bien en cuanto a cantidades se refiere. Misael también tiene sus dotes al ser muy bueno dibujando a pesar de ser un niño con una edad prematura todavía —respondía el felino.
—¿Pero por qué tanto interés en ellos, amor? ¿Por qué los cuidas como si fueran tuyos? —volvía a preguntar el rinoceronte.
Ramsés suspiró un poco más y tomó la mano de Ulises mientras lo miraba hacia los ojos para contarle un gran secreto que el felino estaba manteniéndolo oculto durante años. Sin embargo, tomó valentía y comenzó a confesarlo.
—Uli, lo que te voy a comentar no es fácil para mí y es algo que varias veces me ha mantenido triste durante mucho tiempo. Es algo duro y difícil de contar porque yo no puedo darme ese lujo que tú tienes y que a pesar de todos los problemas por los que has pasado, lo disfrutas como es el de tener un par de retoños que te aman con mucho cariño y amor.
—¿No entiendo? ¿A qué te refieres, Ramsés? —preguntaba el rinoceronte un poco confundido sin comprender bien lo que el tigre decía.
—Lo que te quiero decir es que yo mantuve una vida llena de libertinaje cuando estaba más joven. Sin embargo, cuando sentí que había llegado el momento de sentar cabeza quise hacer formar una familia sin poder lograrlo. A pesar de tantos esfuerzos que yo hacía por engendrar algún cachorro, sentía que todo era en vano. Me hice estudios, gasté mucho dinero en centros especializados pero en todos me comentaron lo mismo y es que no puedo tener hijos... A raíz de ese problema, las mujeres con las que estuve no quisieron estar conmigo.
—Ohhh... Ram... Eso es triste. Realmente no tengo palabras para describir lo que has de haber sentido... —dijo sin saber que más comentar para no herir más la susceptibilidad del felino que tenía las manos empuñadas en la mesa y comenzaba a llorar.
—Lo sé, lo sé y créeme que saber eso fue muy duro para mí. Estuve a punto de mandar la carrera que estudiaba al caño de no ser porque busqué ayuda profesional para mi problema... ya que siempre pensaba en suicidarme o quería cortarme con los cuchillos que habían en la cocina. Sin embargo, un día me detuve y... pensé en que hacer ese tipo de cosas no era la solución porque debía encontrar mi felicidad y haciéndome daño no lo iba a conseguir, así que miré hacia adelante con convicción y me sobrepuse ante la adversidad que me acomplejaba... No es fácil que intentes procrear sabiendo que no engendrarás a nadie —decía el felino bajando su cabeza.
—Vaya... pero tú no te rendiste —dijo acariciando su espalda— Por favor, no llores ni te lamentes. Lamento haber preguntado la razón por la cual te veía cerca de mis hijos.
—No te lamentes, Ulises... —decía el tigre secándose los ojos con un pañuelo que llevaba en uno de sus bolsillos— Eres un padre preocupado por ellos, así que no estaba de más que preguntaras la causa. Muchos hombres e incluso mujeres serían felices si no dieran hijos para hacer lo que quisieran a placer al encontrarse infértiles. Sin embargo, esa no era una opción de vida pensada para mí ya que quería tener a mis pequeños tigritos, quería una familia y por eso considero a tus hijos como míos también... Ellos me dieron algo de felicidad cuando pudimos compartir aquellos instantes juntos los cuatro como una familia, me sentí padre por vez primera...
—Ahora comprendo porque los amas tanto y les caíste bien desde el primer momento —dijo el rinoceronte comprendiendo a su pareja.
—Sí, es por eso que pienso en ellos y me encariñé desde que los vi en la foto que tú me mostraste. Me hace feliz el saber que tenemos dos hijos maravillosos y que los pudimos volver a ver.
—Mis hijos también son los tuyos, amor. Eres un tigre bondadoso y con un corazón muy grande —dijo el rinoceronte para luego darle un gran abrazo.
—No sabes lo orgulloso que estoy tras lo que he escuchado de ti. Me gusta tu comprensión ante lo que te he comentado y espero que seamos felices para siempre, Ulises.
—Sí amor, tú sabes que a tu lado soy muy feliz y que me alegra tenerte conmigo.
—También me siento muy afortunado y por suerte no me dejé absorber por la negatividad de algunas emociones, porque nunca te hubiese podido conocer y saber que la vida así como te golpea fuertemente en el alma, también te da buenos golpes de suerte. Ahora, disfrutemos de la hermosa puesta de sol que se ve en el horizonte —dijo el felino mientras acariciaba el hombro del paquidermo y le daba un sorbo a su piña colada.
Ulises le daba también sorbos a su bebida y sentía que de ahora en adelante la relación que estaba sosteniendo con Ramsés ya no era solamente de dos sino de cuatro, sintiéndose feliz porque Ramsés sintiera y demostrara ese lado paternal para con ellos.
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Confesión [Furry Bara] [Terminada]
RomanceEsta historia trata sobre Ulises Moya de una manera en la que cada capítulo es una parte de su vida. Para el rinoceronte, nada había sido fácil desde la perspectiva de ser aceptado y respetado por su condición sexual. Desde el día que confesó su hom...