Capítulo XXVI

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Los trabajadores de aquella empresa que se encontraban organizando la fiesta sorpresa, encabezados por Ulises, Jaime y Susana, decidieron realizar la fiesta el sábado por la noche en las instalaciones de la misma, siendo el mismo día del cumplimentado. Pensaron en que todo el mundo llevara una ropa casual para la ocasión y que los invitados podían ir solos o acompañados. Previo al gran momento los tres se encargaron de revisar que todos los pasillos de las oficinas estaban decorados y presentables para la ocasión. Había todo tipo de bocadillos, bebidas y canciones para disfrutar de un buen ambiente.

—¿Cómo fue que te encargaste de todo esto, Susana? —le preguntó Jaime maravillado por todo, girando su largo cuello ante la elegancia y el estilo que podía admirar.

—Sólo fue llamar a mi hermana Selma, quien es una buena decoradora para que ambientara el lugar. Yo sólo le di las ideas y ella puso toda su creatividad y empeño en la decoración días previos jeje. —sonrió la nutria pícaramente.

—La verdad es que tu hermana se lució con la decoración para esta noche. Ojalá pueda acompañarnos en la fiesta. —dijo Ulises contento por lo que veía.

—Lo hará. —aseguró la nutria— Ella quedó encantada con lo que hizo que espera a todos les agrade. —dijo tomando una de las cerezas de la taza donde se encontraban para deleitarse con su sabor.

—¿Y cómo fue que ella hizo todo esto posible? —preguntó la jirafa mientras observaba algunos licores que allí se encontraban.

—Mi hermana es organizadora de eventos y se ofreció a ayudarme. Además, le colaboraré con prestarle mi casa para un babyshower que realizará el mes entrante por el nacimiento de su hijo Carlos Daniel y por lo mismo no tuve que pagar nada. —comentó la nutria sonriente.

—Gracias a ti es que esto será posible. —dijo Jaime observando por la ventana los edificios aledaños.

—Todos aportamos de una u otra forma, así que esto es obra de todos. —dijo la nutria con humildad.

Entretanto, Oriano sólo observaba a través de sus persianas levantadas la decoración, demostrando desinterés en la misma y con la consigna clara de poder ejecutar su plan. Sin que fuese notado por sus compañeros, salió de su oficina y tomó el ascensor hasta bajar al primer piso y dirigirse al exterior.

No sabes cuánto te odio, Ulises Moya. No sabes lo que te espera. —pensaba la pantera con mucho odio dentro de su corazón y con la consigna clara en destruir al paquidermo. 

La pantera desde hace semanas atrás como consecuencia de los celos, la envidia y el rencor que tenía sobre Ulises había contactado a un hechicero, experto en la magia negra y el esoterismo, para atraer el amor de Ramsés a la fuerza a pesar de su rechazo, siendo aquí donde su obsesión cruzó los límites de la ética y la moral.

—Aquí tienes, Oriano. —dijo un tejón bastante anciano y con voz espeluznante— Este es un brebaje que verterás sobre la bebida de la persona de la cual estás enamorada, para que se doblegue ante ti por completo y haga tu voluntad. —explicaba aquel brujo seguro de lo que había echo.

—¡Perfecto! —exclamó la pantera con una expresión de satisfacción al saber que pronto ejecutaría su plan— ¿Cuánto le debo por ésto? —preguntaba la pantera metiendo la mano en sus bolsillos.

—No me deberás nada con tal de que me traigas un pequeño encargo que te voy a pedir. —sonrió maliciosamente aquel anciano de apariencia diabólica y macabra.

—Lo que sea a cambio de tener a Ramsés de mi lado. ¿Pero qué es lo que debo hacer? —le preguntó la pantera con mucha curiosidad al brujo.

—Tú me contaste que la pareja de ese tigre es un rinoceronte, ¿no es así? —le respondió el brujo de una forma avara, vil y taimada.

Confesión [Furry Bara] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora