Capítulo XXIX

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La junta tuvo lugar a las 2:48 p.m. mientras todos llegaban y dejaban todo listo en sus lugares de trabajo para reunirse en la sala respectiva. Allí, se encontraban todos los empleados del oso Daniel junto con los miembros del comité de recursos humanos. El oso tomó el micrófono y se sentó en el estrado para abordar los temas de ese momento.

—Buenas tardes tengan todos ustedes y espero que estén disfrutando de lo que queda de este día. Hoy los he reunido para comentarles que habrán ciertos cambios en la empresa, debido a que ahora la exigencia será mayor y que prescindiremos de algunos empleados. Una de las razones por las cuáles se ha llegado a este consenso con el comité de recursos humanos es que han habido ciertos comportamientos inadecuados dentro de sus áreas de trabajo, lo cual está causando que perdamos productividad y eso no es para nada factible. Así que en vista de todo lo que se ha observado y notado, debemos optar por no contar más con aquellos empleados que tienen dicho comportamiento. —comentaba el oso para luego mostrar un sobre blanco.

Todos los presentes se notaban preocupados porque cada uno sabía que aquello era la manera por la cual eran seleccionados los empleados que no continuarían trabajando nuevamente en aquella empresa.

—Como ya saben, con este método entrego la respectiva notificación y liquidación a aquellos empleados que han tenido dichas conductas y les deseo buena suerte al lugar donde vayan. Por tanto, estén atentos porque les haré llegar su sobre respectivo. A los que no les entreguen dicho sobre, podrán continuar trabajando aquí y espero que lo sigan haciendo con ese esmero que los caracteriza. Por ahora, eso es todo y pueden retornar a sus labores.

Cada empleado retornó a su trabajo y todos habían pensado en cuáles serían aquellos empleados que despedirían al día siguiente. Cuando la jornada laboral terminó, Daniel se reunió con Jacobo para explicarle algunas cosas.

—Te pido la completa confidencialidad de lo que quiero decirte, Jacobo. Tú y tu padre han sido para mí personas de mucha confianza durante mucho tiempo y siempre han brindado un apoyo indispensable para mi empresa. Sin embargo, existen algunos empleados que tienen ausencias injustificadas y no deseo contar con sus servicios aquí. —le comentó el oso para posteriormente hacer entrega de un sobre en el cual se encontraba un nombre que lo sorprendió bastante.

—Dejémonos de rodeos. —dijo con una actitud seca la pantera—  ¿despedirás a Oriano no es así? —preguntó Jacobo en medio de la conversación.

—La verdad sí. —respondió el oso de manera directa— Es por ello que preferí hacer una reunión de carácter general que individual. No quiero que después piensen que tengo alguna preferencia.

—Entiendo bien lo que dices pero te hubieses ahorrado la molestia. Lo que no comprendo es porque contabas con él a pesar de todo lo que papá te dijo sobre Oriano.

—Contaba con él porque quería ver como se desenvolvía profesionalmente en su cargo, sin embargo me siento defraudado. Hablé con tu padre semanas atrás y le comenté la situación, por lo cual me dio referencias sobre su comportamiento y por eso tomé esta decisión. —comentó el oso Daniel en un suspiro prolongado— No fue fácil separar a Oriano de su cargo pero con su actitud hacia Ulises y sus constantes fallas e irresponsabilidades no sólo afecta la relación interpersonal entre ambos, sino que también baja la productividad en la empresa y eso no es para nada conveniente.

—Lo entiendo bien, Daniel. Oriano se comporta como una persona inmadura con todos y si deseas despedirlo, entiendo bien el por qué de tu decisión.

—Te lo agradezco. No quiero que pienses que hago esto por querer.

—Para nada. Aunque Oriano es mi hermano debe aprender a respetar a los demás.

Jacobo salió de la empresa y mantuvo discreción con lo que Daniel le comentó. Todos los empleados estaban aliviados al no ser despedidos, con excepción de Oriano que había sido el único al cual le habían entregado un sobre, así que al enterarse de que era el único al que habían separado de su cargo, armó un escándalo enorme en las afueras de la oficina.

—¿Qué? ¿Cómo puede ser esta mierda posible? ¡Me han despedido a mí! ¡Al hijo de una persona tan importante en la sociedad! ¡Daniel, te pido una explicación por esto! —exclamó la pantera yendo hacia la oficina del oso pero Ulises no lo dejó pasar tras colocarse en el medio.

—No te permitiré que te acerques así al jefe, Oriano. Y deja tu escándalo, si te echaron es por no tomarte enserio la labor que te encargaron.

—¡Quítate del medio, estúpido cuatro ojos! Este es un problema entre Daniel y yo. Él no puede echarme así como así. —decía Oriano con tono altivo.

—Pudo y quiso, aquí todos sabemos que venía a trabajar muy tarde o cuando llegabas lo hacías en estado de embriaguez. Nunca me entregabas los informes a tiempo y los que les entregabas al jefe no satisfacían sus necesidades. 

—¡Eso es una maldita mentira, rinoceronte malparido! —gritaba Oriano con rabia.

—¡No es una mentira y lo sabes! Te quedaste sin trabajo, pantera puta y envidiosa. Todo por actuar con mala fe.

Oriano estaba enojado por lo que había pasado y quiso agredir a Ulises, sin embargo el rinoceronte esquivó el puñetazo de la pantera cuando tomó su puño y echó su brazo hacia atrás torciéndolo.

—¡Aghhh... suéltame! 

—Deja de comportarte como un cretino, Oriano. Deja de pensar que el universo debe moverse a tu alrededor y que la gente debe hacer lo que a ti se te plazca.

Como pudo la pantera se liberó del agarre del paquidermo y manoteo hacia los lados.

—Te juro que esto no se quedará así. Maldita sea la hora en que te conocí Ulises. Eres un desgraciado hijo de puta y te aseguro que me voy a cobrar con creces todas las que me has hecho.

—No te he hecho absolutamente nada, todo esto te lo has buscado tú mismo por no apreciar lo que tienes. Por comportarte como alguien inmaduro, irresponsable, cretino e idiota. 

Oriano al escuchar aquellas palabras se abalanzó contra Ulises y ambos rodaron por el suelo. Ulises mientras rodaba esquivaba los golpes de Oriano, no sin antes darte unos buenos puñetazos al rostro de la pantera que a pesar de su oscuro pelaje claramente se le notaban los moretones.

—¡Pero qué diablos está sucediendo aquí! —exclamó el oso Daniel al observar el alboroto que ambos tenían.

—Daniel...Ulises comenzó a insultarme y a agredirme al enterarse que tú me habías despedido...mira como me dejó además—decía Oriano intentando victimizarse, limpiando su ropa de trabajo y sintiendo los moretones.

—No es cierto, jefe. Oriano estaba armando tremendo alboroto por su despido, quiso agredirme y yo me defendí. —comentó Ulises ante lo que había pasado.

—¡Eso no es cierto! ¡Te andabas burlando de mí! Pero si yo me voy, también te irás. Daniel, échalo. —decía la pantera mirando al oso esperando que siguiera su orden.

—Él no se irá. —dijo el oso seriamente.

—¿Qué? ¿Pero por qué? —preguntó la pantera sorprendida y adolorida.

—Observa tú mismo. —dijo el oso para luego revisar desde su celular una de las cámaras que habían captado todo— Guardaré mis comentarios con respecto a lo que vi y ya tomé una decisión. Ulises ve a seguir trabajando y no quiero más pleitos, en cuánto a ti Oriano mi decisión ya está tomada y tienes que irte. Recoge tu sobre, te deseo lo mejor y ojalá des más de lo que hiciste aquí. 

—No me puedes hacer esto...Daniel...

—Señor Daniel para ti. Ahora vete.

Y dando media vuelta el oso se fue hasta la oficina mientras la pantera sentía una enorme desazón por lo que había escuchado. Oriano no tuvo más remedio que recoger sus cosas con rabia y tristeza, luego de haber visto sus moretones frente a un espejo y haberlos curado, marchándose de aquella empresa con sus cosas metidas en una caja. Con la cabeza baja y siendo observado por sus compañeros, no decía absolutamente nada pero gruñó al ver a Ulises quien estaba cerca del ascensor. La pantera suspiró entre lágrimas cuando bajó hacia el primer piso, tomó un taxi al darse cuenta que comenzaba a llover fuertemente y giró la cabeza para observar por última vez el lugar donde había trabajado.

Confesión [Furry Bara] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora