Angelical (Yuri)

Capítulo 30: Relaciones

- Rat? - Pregunte al ver su rostro con la cicatriz de la noche anterior, aunque, esta vez, sus ojos eran color miel, muy bellos.

Tenia un chaleco blanco con gorro, el cual cubría su cabello y un poco de su rostro, pero al parecer, su sorpresa al darse cuenta de mi presencia, la obligó a mirarme fijamente y mostrarme parte de el.

Quiso dar la vuelta e irse.

- Creo que ese paquete es para mi, no? - Dije dulcemente, no quería asustarla y mucho menos que se sintiera mal.

Se detuvo y dió la vuelta de regreso.

- La señora Celeste Quarts? - Pregunta sería, con la cabeza agachada, confirmandome, al escuchar su inusual voz, que era ella.

- Es mi madre.

Levanta un poco la cabeza y luego la vuelve a agachar, me entrega la pequeña caja que llevaba en las manos, y me pasa una tabla con una hoja para firmar el recibido, firmo.

- Gracias y hasta luego - Dice, pero yo la sostengo de la mano.

Sentí un cosquilleo en la palma al sentirla, me quedé en silencio y ella tampoco reaccionó, " Que fue eso? ".

- ... Puedo hablar contigo?... Por favor? - Dije mientras sentía como si su energía se transportará desde mi palma, por todo mi brazo.

Se quedó estática y luego ingreso a la casa sin decir palabra, cerré la puerta y voltee a mirarla; me estaba dando la espalda, y miraba de lado a lado la sala.

Nuestro apartamento no es tan grande, aunque tiene tres habitaciones, la principal con baño privado y un baño compartido entra las otras dos habitaciones, una sala, la cocina y la zona de lavadora.

A mi madre le gustan las decoraciones con tonalidades pastel, colores perla, dorado claro, plateado y que sean animales o flores, aparte de los relojes antiguos y los jarrones.

La sala tiene su sed de sofás y comedor sencillos, mientras que la cocina está dividida por una barra abierta para ingresar o salir de ella.

- Te quieres sentar? - Dije.

Al parecer la saque de sus pensamientos ya que se sobresalto un poco y luego se sentó en el sofá grande, con las manos en la rodillas, estaba nerviosa.

Yo me senté a su lado derecho, coloque la pierna izquierda semi cruzada hacia ella para poder verla de frente al sentarme.

Nos quedamos un momento en silencio.

- Yo no me pude presentar ayer, me llamó Querubín... Mucho gusto Rat. - Dije mientras estire mi mano hacia ella.

Ella miró mi mano y la tomo suavemente, de nuevo esa energía inusual, pero esta vez sentí que ella también lo noto, ya que me miró y luego bajo la cabeza de nuevo.

- Mucho gusto... Me tengo que ir - Dijo, pero al intentar levantarse, yo le apreté un poco la mano.

- Tranquila... Solo quiero agradecerte por ayudarme anoche y... Ademas decirte que no debes tener miedo por mostrarme lo que eres, ya que somos casi iguales. - La verdad no entendía porque este deseo repentino de entablar una relación cordial con alguien.

Desde que llegué a Madrid me cerré a tener amigos o conocidos con quienes hablar o salir, quería estar sola, seguir sola, pero ella me transmitió tan buena energía que quise conocerla y creo que mi curiosidad por saber de sus cicatrices ayudaba mucho.

- Casi iguales? - Pregunta.

-Si.... Sabes que es un Caído?

- No... No lo se, yo... - Se quedó en silencio.

- Un angel Caído... Eso es lo que soy- Ella levanto la cabeza de golpe, me miró con sorpresa pero a la vez, veía algo de curiosidad en su mirada.

- Pero... ? - Estaba totalmente desorientada, y por alguna razón su expresión me dió risa, era muy tierna.

Ella frunció el seño y agacho de nuevo la cabeza.

- Perdón... No quise hacerte sentir mal, solo que tu mirada es muy tierna y no concuerda con....

- Mis cicatrices.... - Me interrumpe con voz sería y seca.

- .... Iba a decir con tu presencia, ya que eres imponente y no creo que seas menor que yo, cuantos años tienes? - Pregunte.

Ella se quedó en silencio, quise mirarla pero al tener esa capucha no podía verla, pase mi mano por detrás de su cabeza y agarre la capucha, pero ella puso su mano sobre la mía, me detuvo.

- ... No debes tener miedo de que te vea, créeme, se lo que se siente tener cicatrices que te atormentan, aunque las mías no se ven, pero sí duelen.

Ella levanto un poco la cabeza y luego quitó su mano, pude sacarle la capucha para encontrarme con su cabello corto hasta la nuca, liso y gris desde la raíz.

Levanto la cabeza y me miró, me sorprendió bastante pero controle mi expresión, ya que en todo su rostro habían cicatrices profundas. En la frente, mejillas y la nariz, aunque la más grande atravesaba su rostro desde el lado derecho de la frente, hasta el lado izquierdo del mentón.

- Segura que somos casi iguales? - Pregunta con seriedad, sus ojos transmitían ternura y miedo, como si estuviera esperando rechazo de mi parte.

La tristeza se apoderó de mí y me lancé a abrazarla, pase mis brazos por sus hombros y apreté con fuerza.

Ella quedó sorprendida pero luego sentí sus manos que tomaban los costados de mi cintura con timidez, me separé.

- Perdón, solo que sentí un poco de la tristeza que guardas... Pero quiero que sepas que no me das miedo, ni nada parecido... Me encantaría poder conocerte y saber mas de ti.

- Ya sabes todo de mi, o bueno, lo que yo se de mi - Dice y sonríe con desánimo.

Nos quedamos en silencio y luego continuó.

- Hace ya un buen tiempo, desperté en el apartamento de una persona, una mujer, ella estaba sentada en una silla a mi lado - Comenzó a hablar, me sorprendió pero quería seguir escuchando - Ella me dijo que me había encontrado mal herida en unos escombros y que lo único que sabia de mi es lo que soy.... Lo que ella y yo somos... Somos....

- Licántropos - Dije y ella agacho la mirada.

- No recuerdo nada de mi pasado, no se quien soy, ni donde me encontró, solo se que estás cicatrices son el unico recuerdo que me queda de la yo pasada.

- Pero y tu nombre?... Te dicen Rat... Porque?.

- Porque solo hay tres cosas que se quedaron en mi memoria... Una era ese sonido... Rat, pensé que tenía que ver con mi nombre, así que lo empecé a utilizar y las otras dos cosas están ligadas. - Se quedó en silencio.

- Y que cosas? - Pregunte, " La curiosidad mató al gato, pero bueno ya estoy muerta " Pensé.

Me miró.

- El rostro de una persona que al parecer quise mucho y el deseo inmenso de protegerla de... De mi.......................................

Continuará....................................................