El pasillo de la derecha lo guio a las inclinadas escaleras que subió para llegar a uno de los torreones.
—¡Pero miren quién vino! —Sonrió Vasile con un cigarrillo entre los dientes.
Las chicas lo saludaron y Jade le tendió un cigarro.
—No fumo —respondió el joven y esta lo miró como si le hubiera dicho alguna barbaridad.
—Tú te lo pierdes, yo...
—Te lo ahorras, sí. ¿Todos ustedes usan las mismas frases?
—¿Te ocurre algo? —Mihaela rio mientras se cruzaba de brazos.
Valentín desvió la mirada. Desde una de las ventanas, observó la espesa niebla que cubría al acantilado y agradeció la luz de día. Acabó contándoles después de tomar aire y valor: sobre lo que había visto, la información del diario de Clover, el por qué Annette había aparecido en la escuela de repente.
—Incluso fui a esta dirección. —La mostró escrita en el diario de Clover—. Y una loca hizo un comentario sobre un homicidio o algo así.
—¿Por qué escogerte a ti? —le preguntó Vasile con lentitud, mientras tenía la cabeza fuera de la ventana para exhalar el humo—. Trátame de cotilla otra vez, o intenta intimidarme con tu hombría, pero no niegues que tenemos derecho a saberlo. Ella era nuestra amiga y tú ni la conocías. ¿Por qué no nos pidió a nosotros buscarla?
—Porque ya yo había vivido esto antes —declaró—. Nada relacionado con asesinatos, pero algo similar. Dráck se la llevó por algo que ella no tuvo la culpa, o eso dice.
Seis pares de ojos lo miraron, expectantes, deseosos porque continuara. En un gesto que dedujeron como nervioso, Valentín se abrazó a sí mismo.
—En mi escuela anterior todos creían que Annette y yo salíamos en secreto.
Escuchó un aliento contenido, unos ojos lo miraron desorbitados y Jade soltó una risita por lo bajo.
—El incesto no es malo, pruébalo con tu hermano —murmuró y Mihaela le dio un codazo.
—Y, ¿es cierto? —le preguntó Vasile, mientras su cigarrillo se deshacía sobre el antiguo suelo.
—No —susurró el muchacho tomando asiento en el piso, indicándole con la mano que hicieran lo mismo—. Yo... Siempre he sido bastante listo y cuando cumplí doce gané una beca para ir a un internado en Rodez; a unas seis horas de París. No volví a casa hasta hace un año, más o menos, porque Annette me llamó. Papá no pintaba nada bueno, mamá viajaba todo el tiempo y ella estaba... Encontré muy mal a Anne.
—Sus cortadas —agregó Jade. Él asintió.
—Sí, sus cortadas. Entre tantos problemas que tenía, había un chico que la molestaba e insistía demasiado, así que me quedé para cuidarla. Las personas empezaron a inventar muchos rumores sobre el chico callado que había venido de un internado en las montañas. Claro que no lo entendían: Annette es feliz, sonriente, popular. ¿Por qué necesitaría a su aburrido hermano cuidándola? Pero así era, sobre todo por ese chico... Llegaba a casa borracho por las noches, la llamaba en la madrugada para dedicarle poemas, canciones, qué sé yo.
—¿Nunca le dijeron a nadie? —preguntó Mihaela.
Valentín asintió.
—Fue cuando le dijo a todos que ella y yo estábamos juntos. Para ese entonces mis padres ya tenían pensado mudarse porque mi madre no conseguía casos buenos y mi padre no encontraba la inspiración que decía necesitar. Los planes se adelantaron debido a mi expulsión.
—¿Qué pasó? —preguntó Jade.
—Un día en la escuela él nos gritó. —Un mal sabor de boca le llegó de repente y tragó en seco— que éramos unos incestuosos. ¡Me molesté tanto! Todo se salió de control. Lo llevaron al hospital... Tuvieron que... Nadie reconocía su rostro. Tuvieron que operar su rostro.
Jade soltó un silbido por lo bajo.
—¡Eh! —gritó alguien que empezaba a subir las escaleras—. Salgan de ahí. ¡Y no se hagan los listos, que he escuchado voces! Bajen si no quieren meterse en problemas.
Valentín se puso de pie, y antes de irse, les preguntó tras sacar de su chaqueta la fotografía del diario.
—¿Lo conocen?
—Clover tiene un par de fotos con él en la pared de su habitación. Creo que nacieron en el mismo vecindario —explicó Mihaela.
Valentín asintió.
—Necesito que me ayuden a resolver esto —murmuró antes de irse.
Consideraba inteligente la decisión de contarles: se permitió confesarles una historia real, ocultando detalles que no lo eran y ahora le ayudarían a entender con más rapidez aquello que le quitaba el sueño.
—¿Quién lo ha hecho? —reconocieron aquella voz como la de Narcisa y se acercaron al círculo de personas que rodeaban el pozo de agua.
Los cuatro jóvenes corrieron hacia el espectáculo y se adentraron entre las personas para poder ver con claridad el cordón de oración vino tinto puesto sobre el pozo, encima de él, gotas de sangre todavía fresca habían sido derramadas.
—¿Cómo... Pudo ser Dráck? —escuchó Val a Mihaela y un escalofrío le recorrió.
¿De quién es la sangre? fue en lo único que pudo pensar.
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Confusa tragedia
Mystery / Thriller|CORREGIDA| Ambientada en Rumanía durante principio de los noventa, Confusa tragedia es un thriller psicológico que relata cómo un colegio ortodoxo recibe videos en los proyectores de sus aulas por parte de un asesino de estudiantes que se justifica...