Besos prohibidos.
Oscuros secretos.
Sus ojos cerrándose para siempre.
—En conclusión, y debido a las pruebas presentadas, se le encuentra culpable a la acusada, Anthea Hagi, por ser la autora intelectual de los secuestros y homicidios de: Nicoleta Ardelean, Danielle Dust... —el hombre mencionó desde la tortura de Razvan hasta la muerte de Arlet y casi en última instancia dijo—: Valentín Lassere.
Dorian y Marie estuvieron ahí, en silencio, con la mirada en la línea diagonal al jurado. Los ojos de Anthea se veían distintos mientras se paseaban por la sala. ¿Cómo pudieron no verlo antes?
Jadelie había subido al estrado, con el cabello perfectamente peinado, un bonito suéter blanco y una pequeña cruz adornando su cuello. Nada de oscuro maquillaje ni las uñas mal pintadas que la caracterizaban. Lloró hacia el jurado y declaró los instantes tan traumáticos de aquella noche, exaltando, sobre todo:
—¡Parecía una monstruo!
—¿A quién se refiere, Jadelie? —cuestionó el abogado.
—¡Ella! —Señaló a la chica vestida con el mono naranja—. Anthea dijo que nos mataría a todos. Fingió estar en silla de ruedas y ser una víctima, así nos engañó. Dios, no hice más que rezar esa noche.
Y después de la actuación de Clover, firmaron su sentencia.
|xx|
Esa noche, todos se reunieron en un parque vacío para hablar sobre el veredicto.
Jade se llevó a la boca la botella de whiskey y la pasó. Se puso de pie y los del círculo la miraron.
—Muy bien chicos, ya estoy lo suficiente ebria para hablar de mis sentimientos. —Sonrió brevemente, desordenando un poco su cabello—. Anne, eres estupenda. Si no nos hubieras enseñado esas tácticas no habríamos convencido a ningún juez. —Levantó sus pulgares—. Y, entraré a un centro de ayuda el lunes. No se emocionen, mamá influyó mucho, pero... No me opuse a la idea.
Tomó asiento otra vez, acomodó su cabello tras las orejas y tomó la mano de Vasile.
Él la miró y dijo cabizbajo:
—Ha pasado más de un mes, pero duele como el primer día, joder. No es fácil ser bisexual y tener amigos hombres, por alguna razón todos creen te atrae todo el mundo. —Rio con nerviosismo—. Imagino... Todo diferente. A veces imagino que pude alcanzar a salvarle la vida.
—Yo también —confesó Clover, arrancando el césped con sus dedos—. Pagó por algo que yo merecía.
—No digas eso —agregó Mihaela—. Yo debí llegar antes, o por lo menos estar ahí.
Annette hizo su linterna a un lado, sacó un par de periódicos de su bolso y los esparció en el centro.
—Ahora es una celebridad —dijo señalando un titular—. «Valentín Lassere, el joven que desentrañó lo que pudo haber sido una confusa tragedia y dio su vida por ello» —leyó—. Claro que lo hizo a un costo demasiado alto, pero...—sollozó. Se levantó temblorosa, sosteniendo un periódico contra su pecho—. Val me dio valor, y me hizo cuestionarme todo lo que mi padre me hizo creer sobre cómo debía ser por mi cabello rubio o porque me gustara el maquillaje. No soy como me ven los demás. Espero que donde quiera que esté ya no se sienta culpable. No lo merece después de salvarme —musitó.
Tomó asiento de nuevo, recibió el botellón, tomó un largo sorbo e hizo una mueca de ardor.
—Sí —sostuvo Jade, abstraída—. También salvó mi vida, literalmente.
—Nos salvó a todos —susurró Clover con un hilo de voz y se puso de pie—. Era mi hermano y me hubiese gustado conocerlo más. Yo traje a Arlet a nuestras vidas, así que nunca dejaré de sentirme culpable, pero yo solo... Fui su amiga porque estaba tan herido... Dios. —Tomó asiento de nuevo, cubriendo su rostro.
Mihaela la atrajo a sí para abrazarla y aprovechó para decirles:
—Toda mi vida intenté ser perfecta y él solo fue auténtico. Es mi jodido ejemplo por seguir. —Sonrió.
Clover sorbió su nariz y quitó las lágrimas de su rostro.
—Ya es hora —musitó.
Fueron hacia las ramas que habían amontonado junto a las hojas secas. Jade sacó unos cerillos para encender la fogata, Vasile puso un casete en la pequeña radio y en cuanto estuvieron alrededor del fuego, Clover habló:
>>Todos tienen que quemar algo. Es simbólico. —Tomó entre las manos su diario rosa y añadió—: empiezo yo. No tiene sentido tener un diario lleno de pistas sin nadie que pueda interpretarlas. —Lo lanzó a las llamas—. Adiós, hermano.
Y el fuego convirtió lo que antes fue rosa en negro, llevándose con él la búsqueda que le costó la vida a Valentín.
Mihaela arrugó entre sus manos el listón turquesa que utilizaba con el uniforme de porrista y lo lanzó.
—Fingir nunca me hizo feliz —confesó, viéndolo volverse pequeño.
Jade bufó, levantando una cuchilla al aire.
—Nunca... Sentí nada al ver mi sangre, Valentín, pero mientras te desangrabas junto a mí. —Desvió la mirada, sintiendo sus ojos arder—. Gracias a ti me arrepiento un poco de las heridas en mis brazos —admitió, tirando la cuchilla al fuego—. La idiot de rămas bun.
Vasile sacó un cigarrillo del bolsillo trasero de sus jeans y jugueteó con él.
>>Creí que sería divertido, porque él no fumaba —confesó Y porque he estado muy triste para pensar en algo mejor. Valentín y yo... Sentimos cómo fue ser juzgados por ser nosotros mismos, y aunque Narcisa haya sido destituida eso no cambia la horrible sensación de estar en esa habitación pensando en: ¡Joder ¿Por qué no nací siendo normal?! —Lanzó el cigarrillo—. Por mucho tiempo creí que merecía ser castigado, o que sentir el dolor me haría ser menos culpable. Ahora creo que ese adefesio que se hace llamar monja puede pudrirse.
Annette levantó la mirada del fuego y los objetos perdiendo forma, miró la fotografía unida con cinta adhesiva en su mano: era la fotografía en que Val y ella se besaban en ese callejón.
—Nunca entenderé por qué moriste a causa de una lunática con ganas de hacer mucho daño junto a un chico que manipuló —declaró en voz baja—. Eras brillante, y...Confieso que siempre tuve ese miedo irracional a perderte. No somos igual a nuestros padres, Valentín. Fuera de todo eso de la manipulación y los secretos solo queríamos amarnos, no lo olvides —sollozó, llevándose el antebrazo a la nariz—. J'espère que c'est dans une autre vie, la bravoure —finalizó con voz cortada.
Le dio un beso a la fotografía y la dejó en el fuego con cuidado, viendo cómo se consumía rápidamente por las llamas, junto a lo demás. El papel arrugado y ennegrecido acabó por desaparecer el beso entre los particulares amantes, ahora distanciados por un plano diferente.
Abrazó con fuerza una libreta con el grabado de Valentín contra su pecho, llena de pistas y anotaciones, sospechas y nombres. Bellos dibujos de personajes en la vida del joven, de un talento que Valentín siempre quiso negar.
Esa noche y quizás para darle un cierre, Annette escribió en la libreta las últimas palabras de Anthea Hagi: «Yo solo tomé algo que veía diario y no hice oídos sordos. ¿Ya ven lo horrible que luce?».
Sfarsit.
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Confusa tragedia
Mystery / Thriller|CORREGIDA| Ambientada en Rumanía durante principio de los noventa, Confusa tragedia es un thriller psicológico que relata cómo un colegio ortodoxo recibe videos en los proyectores de sus aulas por parte de un asesino de estudiantes que se justifica...