CAPÍTULO 1

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-¡¡Hija!! ¡Vamos levántante, llegaremos tarde a misa!

Pego un salto de la cama. Mi alarma había vuelto a fallar. Me enfundo rápido mi vestido beis largo y liso y bajo las escaleras. Me gusta, es sencillo, como yo.Mi hermana Kim ya estaba lista esperándome y mis padres terminaban de comerse unos croissants recién traídos de la panadería. Olía bien.

-Kim, colócate bien el lazito anda, eres un desastre -La digo poniéndoselo recto y alisándola el pelo mientras sonrío. Siempre tan descuidada, inocente. He de cuidar de ella, tiene 7 años.

Avanzamos con el coche, la Iglesia solo queda a cinco minutos, diez si vas andando. Debes vivir cerca cuando tu padre es el Pastor. Me encanta ir y escuchar sus sermones después de haberle visto preparándolos en casa mientras habla con mi madre haciendo la cena.

-Hola Jess. -Me saluda mi amiga Amy- ¿Qué tiene preparado tu padre hoy?

-Mh, ya lo verás -Le respondí con una sonrisa pícara. Al instante las dos nos reímos y entramos juntas. La Iglesia ya estaba llena, suerte que yo tengo asiento en primera fila. Es lógico supongo.

-Me ha gustado mucho el sermón de hoy. Dale la enhorabuena a tu padre- Me dice Jake una hora después. Es un cielo de chico, no sé que haría sin él. Nos conocemos desde que tenemos cinco años. Es moreno con ojos grises, la verdad es que es guapillo, pero nunca podría verlo como algo más que un amigo.

-¡¡¡¡Uuuuuhh siiiii!!!!! Dale la enhorabuena Jeeeess.- Me giro y me encuentro a un grupo de tres chicos y dos chicas burlándose al otro lado de la carretera. Supongo que serán los idiotas del instituto público. Cada día doy gracias a Dios y a mis padres porque no me hayan metido ahí, me da miedo.

Creo que me pongo roja, no estoy acostumbrada a que me hablen así, y menos unos extraños. Decido girarme y caminar hasta casa. Me considero diferente a la mayoría de los adolescentes. Música demasiado alta, fiestas hasta tarde...no va conmigo.

Llego a casa y me tumbo sobre mi cama. Esta es mi vida, esto es lo que conozco. No me gustan los planes sobre la marcha y las decisiones inesperadas. No me gusta que me hablen demasiado alto ni las emociones fuertes. Me giro y veo las tareas que mi padre me ha dejado de la parroquia. Estoy demasiado cansada, después las haré. Me giro y me vuelvo a dormir.

Otra parte de mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora