-¿Crees que le guste?-Ni un poco.
-En lo más mínimo.
-¿No está un poco feo?-comentó Rizavi, siempre directa en cuanto sus opiniones y James odio que ella pudiera quizás tener razón.
Ahora que tenía el premio en brazos, ya no se sentía tan seguro, ¿Y si no le gustaba?, ¿Tal vez era demasiado para solo cinco encuentros casuales en la nave?, ¿Quizás debía escoger otro premio?, honestamente, no lo sabía. En su cabeza se formulaba el nombre de la chica con la que quería estar desde hace meses pero no reunía el valor necesario para pedírselo. Además, Kogane tampoco se lo dejaba fácil, apareciendo al lado del paladín verde en varias ocasiones. Si celos de verlos juntos durante el almuerzo no había desplomado sus esperanzas, no supo que lo haría...
Como si el hecho de tener una cita Mcclain no fuera suficiente.
Tal vez, esta era su única oportunidad.
James Griffin siempre conseguía lo que quería, pero por primera vez se trataba algo más allá de premios y medallas, algo tan profundo como el reconocimiento de ser notado. Quería que ella lo viera como lo hacía con su rival de antaño, que le hablara como si fueran dos viejos amigos que no veían hace tiempo y si fuera por él, le daría todo las estrellas y el universo entero con tal de mantenerla feliz. Se dio cuenta que esto no era una simple enamoramiento, a pesar de no haber cruzado ni una palabra de ella que no fuera sobre las misiones o las revisiones estándares del Atlas, James quería que atraparla en sus brazos y sentir que era un chico afortunado por tenerla.
Se dio cuenta con horror lo mucho que daría por intercambiar lugares con Kogane en ese momento. Ese idiota no se daba cuenta lo que tenía y si no lo hacía, muy pronto James aprovecharía esa oportunidad.
-¡Tiene que ser perfecto!-se quejó, observando nuevamente el premio en sus manos. Tenía ser algo que le gustara, que logrará sorprenderla y luego se lo ofrecería discretamente con la intención de que no lo quería. Y BAM, ellos tendrían algo de qué hablar y pasar quizás su última día de diversión juntos antes que retoman de nuevo a la guerra que se cernía sobre sus cabezas-. Tiene que ser algo que la sorprenda y le guste.
-Creo que lo estás tomando muy a pecho-hizo incapie Rizavi, poniendo los ojos en blanco con desesperación por su actitud-. Ya habías frecuentado con otras chicas antes y no tenías problemas. ¿Por qué ahora sí?
-¡Porque no se trata de cualquier chica!-replicó, alzando muy alto la voz y sorprendiendo a sus compañeros de equipo-. Es la hija del comandante Holt, posiblemente el hombre más valiente y asombroso que conozco después de mi padre, tal vez se trata incluso de la chica más lista que conozco, con la mente más brillante y quizás eso es lo que me atrae de ella más que nada, capaz de luchar contra centinelas y es una salvadora del universo.
¿Qué soy yo a cambio?
James se sorprendió lo mucho que podía cambiar ese pensamiento, en la tierra, se sentía seguro que nunca habría nada mejor que ser piloto en la academia, el centro de la inteligencia terrícola y donde las mejores mentes prosperaron allí, ahora, el universo era más grande y su mundo era tan pequeño. Claro, él tenía mucha confianza en sí mismo, pero quería invitar esta chica a salir y la sensación que estaba fuera de su lugar era demasiado.
Por Quiznak, él incluso consideró que nunca habría una chica fuera de su liga, incluso en su etapa de la completa inmadurez, James sabía su familia, que venía de una gran línea de soldados y comandantes, le daba una buena oportunidad de poder conquistarlo todo siempre y cuando se lo propusiera.
Ahora, se encontraba en una encrucijada.
Quería, más que nada, estar al lado de esta chica. Imaginarla en su mente, sonriéndole a la distancia mientras le hablaba sobre el cosmos y las estrellas.
¿Por qué no se había fijado antes?
-Amigo, te lo estás tomando muy a pecho-habló Kinkade, su mejor amigo, colocando ambos manos en sus hombros para proporcionarle confianza-, no eres solo un piloto, eres un MFE Pilot, ayudaste a salvar la tierra de la destrucción y mucho más, estoy seguro que conseguirás todo lo que te propongas aquí y en el futuro-sonrió y James sonrió, parte de su confianza renovada-. Ve por ella o te arrepentirás de no haberlo hecho.
-¡Si!-ánimo Rizavi.
-Además-esta vez, fue Ina quien habló después de un largo silencio. Juro por un momento que se veía afectada por todo el asunto, como si algo no le gustara. Pero pensó que Ina simplemente no era el tipo de persona animosa todo el tiempo-. Cualquier chica sería afortunada de salir contigo.
James genuinamente sonrió.
-¿Enserio lo crees?
Su compañera asintió y fue todo lo que James necesitaba.
-¡Iré por ella!
Se retiró, escuchando un comentario de Rizavi después que comenzara a alejarse.
-¡Ve por ella galán!
Comenzó a recorrer el enorme carnaval, tratando de encontrarla en la multitud y preguntando por ella en múltiples oportunidades. No veía a Kogane por ninguna parte, lo que era un alivio porque siempre llegaba y lo arruinaba todo. Tal vez estaba en una atracción, si tenía suerte. En medio de su búsqueda, se encontró con la familia Holt. Trato de preguntarle lo más casual posible donde se encontraba su hija, pero en cuanto lo hizo, Matt frunció el ceño amenazadoramente, su novia suspiró por su actitud, Sam alzó las cejas confundido y Colleen sonrió como si comprendiera su propia malestar. Oh, al parecer su hija había atrapado a chicos en el camino. James agradeció infinitamente que Colleen lo comprendiera al señalar la carpa principal donde se llevaba la última competencia de pulseadas entre el comandante Shirogane y el último campeón.
Él pudo escuchar al comandante Holt farfullar que Katie era muy pequeña y que no necesitaba meterse en enredos amorosos con toda una guerra viniendoles encima para la diversión de su esposa.
Adentrándose entre la multitud, James trato de buscarla, intentando localizar aquella Cabello castaña y las gafas redondas. La gente gritaba enloquecida por la última competición, James quiso quedarse quieto y prestar su apoyo al comandante Shirogane. El hombre era sin duda más que ejemplar y merecí toda el apoyo, pero se dijo que era más importante terminar su cometido y encontrarla de una buena vez por todas.
Finalmente la encontró, mucho después cuando la competencia terminó y Takashi Shirogane resultó el vencedor, pero lo que vio no le gustó.
Sintió el mundo rompiéndose y desgarrándose ante sus ojos.
En medio de las exclamaciones de júbilo. La encontró, una sonrisa feliz y arrulladora mientras celebraban el haber ganado, entonces, Keith la alzo, sorprendiéndola y elevándola en el aire para girar con ella mientras sus compañeros hacían lo mismo a su alrededor. Ver lo feliz que la hacía, que quizás Kogane no era tan malo como parecía y compartir esa proximidad de la cual James podría ser parte con la misma intensidad le dolió, porque quizás se dio cuenta que sus sentimientos iban mucho más allá de lo llanamente platónico y que la quería más que cualquier otro romance pasado. Que quería un futuro a su lado, tomar su mano y volar juntos, pero aquel sueño era imposible.
Ella era feliz con alguien más.
Ella hizo una elección.
Ella escogió.
No era nadie para competir contra Kogane en una competencia que él había ganado hace mucho tiempo, sin darse cuenta.
Tal vez ellos eran uno para el otro.
Tal vez era hora de tirar la toalla.
Sonrió a pesar de todo, porque se sentía felices por ellos, en realidad.
Se habían encontrado una al otro y eso era más que suficiente para dejarlos en paz.
Era hora de dejarla ir.
Serie: Donde James Griffin es un perdedor y no consigue lo que quiere o tal vez, consigue lo que necesitaba.
Quiero hacer un final bueno y malo para esta serie, porque me doy cuenta que quiero mucho a James y mucho a Keith.
¿Qué dicen?
¿Les gustaría?
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★ Space and Geeks...[Kidge] ★
ФанфикColección de Drabbles & One-Shots entrelazados entre Keith y Pidge, un antes y después de la guerra. Porque entre el rojo y el verde, había algo que sucedía hace mucho tiempo bajo el escrutinio incesante de Lance en esa extraña atmósfera que compart...