Danza

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-¿Recuérdame por qué los eventos de etiqueta son tan importantes?-preguntó en un pequeño susurro.

Si Allura le escuchaba, estaba muerta.

-Al parecer, desde que los partidos políticos de los Galra se reúnen en estos tipos de bailes nocturnos-a su lado, Keith tampoco lucía muy feliz. Eran agentes de campo, o por lo menos, él lo era. Su trabajo en esa fiesta del castillo era vigilar como seguridad y protección de la gente más importante del imperio. Por su parte, esta era su tercera misión, nunca salió del departamento de comunicaciones internas. Esta era su primera oportunidad-. ¿Nerviosa?

-No, en lo más mínimo-odio que su voz lo traicionara, sonaba como una clase de niña insegura-. Solamente este vestido es algo...corto.

El muchacho bajo la mirada para observar el vestido verde enebro de lentejuelas, una pierna dejada al descubierto. Cuando se dio cuenta que la miraba, la oculto.

-Para nada.

Ella lo lanzó una mirada de advertencia. Se conocían desde hace poco tiempo, unos meses en realidad, cuando fue asignada como su analista y hacker de sistemas, presentada por el consejero Coran en el castillo de Altea. Katie lo asistía desde la seguridad de su computadora en cuanto las misiones con Hunk al lado suyo, molestándola con que algo se cocinaba entre los dos como le gustaba decir, pero le gustaba pensar que solo era sano compañerismo. "Nunca combines la vida sentimental con el trabajo", le había dicho su padre, un alquimista condecorado. Katie trato de aferrarse a sus palabras como un buen consejo de vida. Keith Kogane era un amigo suyo casi íntimo en lo que podía decirse como alguien con quien solo se reuniría en estas misiones y nunca podría llevar a cenar a casa de su madre en Olkari. No podría mirar aquel misterioso miembro de BOM con otra mirada. Ella solo esperaba que los sentimientos que afloraban desaparecían y que solo tenía que ser paciente.

«Enfócate, Katie–pensó, removiendo su cabeza todo pensamiento que no fuera beneficiosa para la misión-. Recuerda, debemos encontrar al traidor, puede ser un Alteano que conoce demasiado bien nuestros sistemas de la nave castillo o alguien en este salón logró hachear el sistema de seguridad durante la primera misión diplomática del príncipe».

Lo cual era imposible porque Katie había trabajado duro día y noche en aquel sistema, si lograban encontrar a uno de los miembros de la organización que operaba por debajo de sus narices, entonces hallaría al culpable de la pérdida del príncipe en su primera misión diplomática.

Los pedazos de la nave destruida no eran suficiente evidencia para darlo por muerto.

Ella encontraría al príncipe y lo traería sano y salvo a casa.

Y con ello, traería a su hermano, el consejero real de menor monarca.

-Lo piensas demasiado-dijo, colocando una mano sobre su hombro y ella ahogó un grito mental por el rozamiento de la piel expuesta-. A veces, debes dejar fluir las cosas. Pensar con la cabeza fría.

-¿Y funciona?

-Shiro me lo enseño-dijo, haciendo un nombramiento a su exmentor-. Ayuda a mantener la concentración-enfatizó, tocándose la sien con los dedos. Su mirada volvió la multitud de personas que se encontraban en el gran salón, un destello morado fue lo que llamó su atención-. Espera aquí.

-¿Qué?-se crispó, la idea que la dejara sola sonaba casi impensable-. No puedes dejarme sola, somos un equipo.

-Volveré en un segundo-se retiró rápidamente antes que ella pudiese seguir protestando.

★  Space and Geeks...[Kidge] ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora