Aprobación

894 78 48
                                    

-¿Te gusta mamá?

El expaladin rojo deja de pensar en tratar de buscar una forma de rastrear la celula rebelde en el nuevo castillo una vez que se hubiesen dado cuenta que debía ser alguien de los suyos conspirando desde la sombras. Kogane ah pasado tanto tiempo con este niño que lo conoce como la palma de su mano. Él sabe que siempre viene con preguntas difíciles de contestar, como de que está hecho una nebulosa o cuánto tiempo tiene una estrella.

Baja la mirada para encontrar con ese par de ojos azules que lo miran con tanta atención.

-¿De donde sacas eso?-preguntó, observando al niño pequeño que se vuelve a recostar sobre sus brazos cruzados en la barandilla del nueva nave castillo.

Era increíble el parecido que tenía con su padre, Keith podía jurar que podía tratarse de una réplica exacta sino fuera por tres excepciones importantes que uno podía saber qué no se trataba de una versión joven de Lance Mcclain, sino de su hijo.

Luke era niño sorprendentemente listo para su edad, con una naturaleza callada, muy diferente a lo que su padre había sido en su juventud y con tendencia retraída, pensando en silencio en aquellos engranajes de su cabeza que pensarían en una solución sencilla para un problema complejo. El niño se le había pegado como una lapa después de la muerte de su padre y Keith pensó en primer lugar que no era una figura lo suficiente ejemplar para los niños tanto porque la idea que fuera un reemplazo de Lance era imposible.

Lance era bueno con los niños, adoraba a su hijo por encima de todo y pensaba cada día en la promesa que le hizo cuando respiro su último aliento.

Cuida de ellos, por favor.

Retiro ese recuerdo de su mente, no necesitaba su mente plagado de hechos amargos y errores en su vida.

-Se como la miras, es la misma mirada que papá le dedicaba cuando ella trabajaba o lo regañaba por cometer algo tonto-dijo el niño con una sonrisa débil.

A veces, le parecía que era demasiado maduro para su edad, como si fuese más bien un adolescente con el que hablaba y no un niño. Keith odio que un niño pequeño de seis años pudiera descifrarlo tan bien y pensó que era un don de las personas que mejor lo conocían en el universo.

Si creyó guardar ese secreto tan bien como creía, no tardó en pensar  que alguien más podría saberlo o deducirlo.

-Tranquilo, no se lo dije a nadie-le aseguró, como si fuese una promesa de meñique y tuviera su completa lealtad-. Bueno, tal vez a la tía Verónica, pero ella es genial y no le dirá a nadie.

-Gracias.

Keith, realmente, se lo agradecía.

-¿Es tan obvio?-preguntó.

-Bueno, un poco. Pero supongo que no es malo que quieras a alguien. Papá quería mucho a mamá, incluso si ella lo tratara de tonto y le reclamara que no era un bueno para nada, solía hacerla feliz-bajo su mirada-. Extraño a papá, creo que era su forma de decirle que la quería.

-Tu padre era una buena persona-revolvió su cabello y él niño soltó una risa por el gesto-. Te pareces a él, enano.

-Ya-tiro su brazo sin mucha brusquedad-. ¿Entonces, la quieres?

Y pensó en las ocasiones en que las cosas habían cambiado entre ellos, cuando ella buscó un apoyo y él estaba dispuesto a dárselo. Eran amigos y más, camaradas de una pérdida insuperable, pero que se ayudaban mutuamente en el dolor. Recordó en la forma en lo que lo hacía sentir, las risas, las conversaciones durante las largas noches y la forma en que dejaría caer una manta sobre ella en sus largos turnos nocturnos.

Él la amaba.

-Si, lo hago.

Luke le sonrió, como alguien que le alentaba hacer su mejor esfuerzo.

-Buena suerte.

-¿Para qué?

-Para lo que pienses hacer.



























¡Lo siento!, se que esto no es ninguno de los pedidos para las personas que están esperando. Últimamente, quisiera dedicarme más a esto, pero son mis últimas semanas finales de estudios, así que debo esforzarme un poco más.

¿Comentarios?

★  Space and Geeks...[Kidge] ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora