Capítulo 23

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Todo el tiempo estuvo metido en su cama, no decía nada a sus hermanitas que entraban en su cuarto buscando molestarlo, al parecer, enviados por su propia madre para animarlo. Normalmente, Zayn se preocuparía en explicarles que no estaba bien entrar y jugar con sus cosas, pero ahora, ellas hacían lo que querían, y él, seguía tirado sobre su cama.

-Zayn, no tienes nada pero ¿Quieres que llame el médico?

Levantó la mirada, encontrándose con Trisha observándolo, apoyada en el marco de su puerta. Él solo le sonrío sin decir nada.

-Hijo, te estoy hablando, no me gusta verte así.

-Estoy bien, mamá.

-Zayn, no me obligues a traer a Boris.

-Uhm.

-Te desordenará toda la habitación.

-Ya sé, no importa.

-¡Tú tienes algo, hijo!

*

Más a regañadientes que otra cosa, Zayn ya se encontraba bañado, aseado, cambiado y totalmente listo para salir, pero, viendo la televisión de la sala, justo con el mismo animo que en su habitación.

-Bien, al menos lo sacaste de la cama. –Dijo una de sus hermanas, a su madre.

-Lo sé, pero me preocupa. No lo veía tan deprimido desde… bueno, ya sabes.

-Mamá, eso no tiene nada que ver. Seguro solo una chica lo rechazó y ya.

-Amor, perdóname, pero a tu hermano lo han rechazado más veces de las que puedo contar, y jamás se ha puesto así.

No, era algo más. Trisha estaba segura de que Zayn tenía algo grave. Solo una vez en su vida lo había visto así, y esa última vez, fue cuando las cosas realmente iban mal, muy mal. Esa fue la principal razón por la cual se mudaron.

Zayn le había dicho que era por Liam ¿No? Entonces ¿Qué tanto peso tenía Liam en la vida de su hijo? Por lo que estaba viendo, era mucho más del que ella suponía. Para poner a alguien tan optimista como Zayn de esa manera. Liam debía de saber hechizar a las personas, o, de lo contrario, saber hechizar como mínimo, a su hijo.

Pero a pesar de eso, no podía permitirse a sí misma que sus pensamientos pasaran de la amistad de Zayn y Liam. Claro que no, era ridículo aquello que se asomaba en su cabeza como una “posibilidad” No, seguro si se la comentaba al pelinegro, este terminaría regañándola por pensar incoherencias.

Aunque lo que Trisha no sabía, era que lo mismo pasaba por la mente de Zayn.

Incoherencias.

*

Ya estaba anocheciendo, Zayn se encontraba junto a su padre viendo un partido. Mientras sus hermanas hacían distintas cosas y su madre terminaba de limpiar la cocina.

My Bad Guy (Ziam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora