CAPITULO VI

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Hombres lobo

Al fin la hora del almuerzo llega alegrando tanto a alumnos, como a maestros.

Hazel y Helen van a la cafetería, Madeline las recibe con una sonrisa, pero esta vez no detrás del mostrador. Helen no recuerda haberla visto el día de ayer, ya que ella se encargó de robar su memoria, algo que sólo los lobos experimentados saben hacer.

El rostro de ambas demuestra su sorpresa, sus ojos se agrandan y sus ceños se fruncen.

––¿Madeline?–– pronuncian a unísono.

Ella ríe levemente ante su reacción ––Lo se, me veo diferente.

El dúo de chicas abre la boca para decir algo, pero no sale nada de esta, nada más que titubeos incomprensibles.

El cambio radical de Madeline a hecho que luzca mucho más joven, su atuendo la hace lucir un lindo cuerpo con curvas, un vestido algo entallado, largo hasta las rodillas y mangas hasta las muñecas, en un color negro. Sus zapatos son altos, tacón de aguja y el color a juego del vestido.

––¿Como... –– logra articular Hazel.

Suspira ––Bueno, decidí renunciar a mi trabajo–– se encoje de hombros mientras las chicas se sorprenden aún más ––. Amo este trabajo, pero también me consumía demasiado, además... tengo algo más importante que hacer ahora.

––Luces, muy diferente–– dice Helen.

––Me hice un cambio de look y renove mi guardarropa–– dice y da una vuelta en su lugar ––. Creo que funcionó, me veo más joven ¿O no?.

––Te ves muy bien, te queda el cambio–– al fin Hazel logra completar una oración ––. Pero, ¿Ya no te volveremos a ver?.

Madeline se acerca a ellas y las abraza, las chicas inmediatamente corresponden el abrazo. Ambas perciben el delicioso olor del perfume de Madeline, sin embargo Hazel puede asegurar a que marca pertenece, incluso la cantidad que uso.

El abrazo concluye con una amplia sonrisa en el rostro de las tres mujeres.

––Claro que nos veremos, pueden ir a visitarme cuando quieran–– asegura la elegante mujer ––. Aun soy su amiga.

––Madeline–– dice la áspera y firme voz del director detrás de las adolescentes.

Ambas giran para verlo, sin embargo los ojos color miel del director Calvin, están sobre la mujer renovada frente a él.

––¿Podemos hablar?–– agrega.

Madeline siente un escalofrío en todo su cuerpo. Con nerviosismo, alisa su vestido con ambas manos, aunque esto no fuera necesario. Es sólo un acto involuntario por la gran cantidad de nervios.

Aclara su garganta ––Claro. Niñas, nos vemos luego–– se despide de ambas y las rodea para unirse al director.

Como un caballero, extiende su mano hacia la puerta indicando que sea Madeline quien pase primero. Una vez que ella sale de la cafetería, él director la sigue, desapareciendo en las amplias puertas blancas.

––¿Crees que este molesto porque renunció?–– cuestiona Helen.

Hazel se encoje de hombros ––Parece que él director siempre está molesto.

Ambas concluyen con el tema para disponerse a tomar su respectiva comida y dirigirse directamente a la mesa en la que suelen desayunar.

––Creo que deberíamos hablar–– dice Helen.

Alfa: El gran lobo blanco© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora