CAPITULO XXIV

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Sentimientos

Luke tranquilizó un poco a Hazel con ayuda de la recepcionista, quienes trataron de contactar al director, sin embargo ninguno recibió respuestas.

Después de permanecer unos minutos bajo el cuidado de los dos jóvenes, Hazel emprendió si viaje al hospital. Por suerte, en su auto había un poco de maquillaje, el cual uso para cubrir los pequeños moretones que él enorme hombre dejó sobre su cuello.

Despues de conducir por alrededor de quince minutos, Hazel estaciono su auto a unos cuantos metros de la entrada y dando pasos largos, entro al edificio. Siente un escalofrío correr por su espalda y un fuerte olor que revuelve su estómago. Estar en el hospital no es algo que le agradará antes, mucho menos ahora que sus sentidos la hacen sentir todo con mayor intensidad. El dolor, la tristeza, las fuertes enfermedades que tienen en agonía a muchas personas que luchan por quedarse en este mundo, quienes de algún modo luchan contra el mal por su vida.

Inmediatamente la joven es recibida por Layla. La rubia le regala una sonrisa que rápidamente es correspondida. Se acerca de brazos cruzados con pasos lentos y precisos. Su atuendo no es el mismo que el de ayer y esta mañana, por lo que Hazel deduce que los chicos que se quedaron tomaron turnos para cambiarse y poder descansar al menos un poco. Y aunque ella fue a casa, no pudo dormir, pues su preocupación, confusión y miedo, la tienen al borde de la locura.

––Hola–– dice la rubia en un tono bajo, sin emoción o tristeza, en un tono neutro que no dice nada.

––¿Cómo están?.

––Bien, Alexander se prepará para ser dado de alta y a Christian acaban de llevarlo a rayos X.

Asiente ––¿Qué hay de ustedes?.

Suspira y gira su cuerpo hacia el pasillo. Hazel la mira con extrañeza y la confusión nuevamente aparece en su mente invadiendo todo su cuerpo.

Gira quedando de nuevo frente a su amiga ––Nathan luce diferente. Esta preocupado por Christian, pero no creo que eso sea lo único.

––¿No a dicho nada?.

Niega ––Creo que todos la estamos pasando mal ahora que los más afectados han sido los humanos que nos rodean.

Siente un cosquilleo en el pecho y rápidamente una viva imagen de su mejor amiga y sus padres aparece en su mente. El mensaje que recibió hasta hace unos minutos atrás fue contundente, lo suficiente como para dejar en claro que no se detendrán hasta lograr su cometido contra Hazel, cosa que hasta ahora desconocen cada uno de ellos.

Suspira y baja la mirada ––Estamos en ceros–– murmura ––. No tenemos idea alguna de lo que quiere, ni quien es, eso nos deja con las manos atadas- concluye y la mira.

Layla la mira con tristeza, pues sus palabras son completamente sinceras y eso lastima a todos. Sus amigos han salido heridos y ellos no tienen idea de por dónde empezar. Es eso lo que orilla a Hazel a tomar la decisión de asistir a ese tenebroso encuentro sin alguna compañía, tal y como se lo han pedido.

Sus ojos claros caen en el cuello de su interlocutora, al notar una zona enrojecida. Hazel rápidamente baja la mirada dejando fuera de vista la zona afectada. Layla desvía su mirada con disimulo, pero la reacción de su amiga no hace más que preocuparla.

––Todo saldrá bien, empezaremos las investigaciones, pero tu debes mantenerte fuera de peligro. Sabemos que te quieren a ti, Madeline tiene razón, buscarán la forma de exponerte ante ellos.

Aún con la mirada en el suelo y con el miedo latente de que Layla sospeche algo, asiente.

––Iré a ver a Alexander, luego hablaré con Chris.

Alfa: El gran lobo blanco© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora