CAPITULO XXXIII

487 56 0
                                    

Noche de cacería

––¿Significa que no hay nada que hacer por ella? ¿Es lo que tratas de decir?–– pregunta Nathan exaltado.

Helen toma la mano del chico y entrelaza sus dedos, haciendo que este suelte un largo suspiro y apriete aún más sus manos unidas en una cálida muestra de apoyo por parte de la jovencita.

––No–– dice su padre con frialdad al observar el acto de la joven ––. Lo único que digo es que estamos en grave peligro.

Frunce el ceño ––¿Que estás ocultándome?.

––¿Podemos hablar un momento?... a solas.

Helen sonríe e intercambia una mirada con Nathan, quien parece confundido y planea negarse ante tal petición de su padre. Sin embargo la joven se aleja antes de que él varón pueda reprochar.

––¡¿Que diablos hace ella aquí?!–– exclama su padre en susurros.

Su hijo no hace más que llenarse de mucha más confusión ante el repentino cambio de humor proveniente de su padre.

––Es amiga–– dice obvio ––. Además, lo sabe todo.

Rueda los ojos ––Por supuesto que lo sabe todo, es una cazadora.

Asiente ––Lo se.

Alza ambas cejas y se cruza de brazos ––¿Y aún así arriesgas tu vida conviviendo con ella?.

Da un paso hacia el frente ––Papá ella no es como los demás.

––No, por supuesto que no lo es, ella es peor, es una Rogers, la familia Real de los cazadores de todo el mundo.

Niega ––No, no lo entiendes, ella busca ayudarnos.

––Lo que entiendo es que te gusta una cazadora, y no sabes que gran error has cometido al hacerlo–– dice con decepción y desprecio.

––Papá escucha...

––Vine tan pronto como pude–– avisa Layla una vez que esta cerca del dúo varonil.

Él señor Black pasa sus manos por su cabellera y suelta un largo suspiro antes de tomar asiento en una de las incómodas sillas que el hospital brinda.

––¿Esta bien?–– pregunta Layla.

––No hay noticias nuevas–– dice con tristeza ––. ¿Le dijiste a mi hermana?.

Niega ––Me pediste que no lo hiciera–– se acerca y apoya su mano derecha en el hombro izquierdo del joven ––. Pero no deberías de seguir ocultandole cosas, ya sabes las consecuencias de eso.

Suspira y sonríe de lado ––Necesita alejarse de los problemas al menos por unas horas, se lo haré saber más tarde.

––Traje café–– dice Helen acercándose nuevamente al grupo.

Él señor Black se pone de pie inmediatamente y se aleja de la sala, escapando por uno de los pasillos sin decir ninguna palabra.

Las jóvenes lo miran con preocupación, sin embargo su hijo se encarga de tranquilizar a las chicas.

––Esta bien, solo un poco afectado por lo que esta pasando, él y Madeline son muy buenos amigos.

Helen asiente y sonríe mientras les ofrece los cafés que preparo en la cafetería del hospital a sus amigos.

Luego de dormir unas horas, Emily se levanta de la cama dispuesta a tomar una ducha, sin embargo, un ruido proveniente de la planta baja, la alerta.

Alfa: El gran lobo blanco© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora