CAPITULO IX

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Práctica

Una vez que Hazel se tranquilizó, Alexander volvió a casa para hacer más investigaciones sobre el interesante tema. Ahora no sólo era ese enorme lobo que ambos vieron, ahora estaba seguro de que Hazel también era uno de ellos.

Mientras tanto, Helen se encargó de hacer un desorden en su habitación, golpeando y rompiendo varias cosas con rabia e impotencia. La venda en su pierna le recordaba su debilidad, su falta de valor y su poco interés en volverse una cazadora, como toda su familia lo fue, como lo a sido.

Su rabia aumentó al ver la decoración de su habitación. Ya casi cumple 16 años, y para su ver, su habitación no es digna para su edad, mucho menos para pertenecer a una próxima cazadora.

Al final del día, Hazel y Helen, quedaron dormidas bruscamente. A pesar de sus grandes problemas y frustraciones, el agotamiento es mucho mayor.

Al amanecer, ambas se levantan sin ganas, no como lo habían hecho el día anterior. Esta vez sus energías están por los suelos, ambas han recibido golpes fuertes por parte de la vida, golpes que han soportado bien para su corta edad.

Una vez que ambas llegan al Instituto, se encuentran en la entrada de este.

––Hola–– saluda Hazel con una sonrisa sincera.

––Hola.

––¿Qué tal tu día de ayer?.

Suspira ––Pesimo, ¿Qué hay del tuyo?.

Frunce el ceño ––¿Qué pasó?.

––Tuve un accidente–– se limita a decir.

Hazel conoce tanto a su amiga que sabe que no dira más, esa es su forma de decir que por su parte, el tema a llegado a su fin.

––Mal–– se encoje de hombros y continúa su camino junto a su amiga.

Una vez que la campana avisó el inicio de clases, ambas amigas se despidieron y se dirigieron a sus respectivos salones. La primera clase de Hazel es historia, la que compartirá con Nathan.

Toma asiento en los últimos lugares, como es su costumbre. Nathan no tarda en aparecer y regalarle una sonrisa mientras camina al pupitre frente al de Hazel.

––Hola–– saluda una vez que la distancia es mínima.

Sonríe ––Hola, lamento mucho lo de ayer.

––No te preocupes, Helen me lo explico–– concluye y toma asiento.

Nathan logra percibir un olor amargo, asociado con la frustración y estrés. El olor es fuerte y sabe a quien pertenece.

Hazel.

Las primeras cuatro clases parecieron eternas para Hazel una vez más. Su agotamiento le resta energía de alguna manera, es un agotamiento mental. Físicamente se siente con la energía suficiente como para correr varios metros sin descanso.

Hazel camina junto a Helen a la cafetería, como siempre, pero esta vez, hay algo diferente en ambas, una especie de tensión e incluso un poco de incomodidad.

––Los alumnos comienzan a creer que intentas salir con Alexander–– comenta Helen.

Entran a la cafetería y van a la barra repartidora.

––La escuela esta llena de chismes–– contesta sin interés ––. Me da igual lo que digan–– se encoje de hombros y toma la bandeja con la comida del día.

Helen hace lo mismo y la sigue, sin dejar de verla con el ceño fruncido.

Ambas toman asiento en la misma mesa de hace años.

Alfa: El gran lobo blanco© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora