Alfa: El gran lobo blanco©

CAPITULO XIV

Conexión

Al terminar las clases, Hazel fue directo a casa. Sus padres aún no volvían, como de costumbre, vuelven hasta tarde, por lo que Hazel comió rápido y fue directo a la casa de Madeline.

––¿Entonces como fue que te controlaste?–– pregunta Alexander al escuchar la anécdota de Hazel y Chris.

––Yo... –– permanece en silencio, no se había planteado esa pregunta, sin embargo, sabe que fue gracias a Christian, cuando el apareció y su cuerpo entro en contacto con el suyo, sintió que volvía a ser ella misma, sintió que volvía a ser humana ––Chris apareció y me abrazo–– explica ––. Ahí fue cuando sentí que todo volvía a la normalidad, que todo en mi estaba bien–– se encoje de hombros.

Madeline se pone de pie pensativa y camina a la ventana de la habitación, su mirada indica que ve al exterior, sin embargo, su mente esta pérdida en un mar de pensamientos. Los demás la observan con detención, esperando una respuesta de su parte, algo que explique la situación. Madeline tiene una larga lista de ideas posibles ante el comportamiento de Hazel, sin embargo, por el momento, no hay nada concretó que pueda informar a los jóvenes.

––Es extraño–– murmura ––. Pero es muy poca información como para saber exactamente de que se trata–– se gira para ver a los jóvenes ––. Sólo mantenganme al tanto de todo... creo que por ahora, pararemos con los sentidos, es hora de empezar tu control de temperamento.

Una vez decidido el entrenamiento del día, todos fueron al patio donde se llevaría a cabo. Aunque Hazel acepto las condiciones de Madeline, se siente nerviosa y tiene un poco de miedo. ¿Y si no lo controla? ¿Si lastima a alguien? ¿Si no vuelve a ser la misma?. Hay una gran cantidad de preguntas que rondan su mente, sin embargo, esta dispuesta a tomar el riesgo, si eso hace que tome el control de sus acciones.

––Creo que debemos empezar con algo físico–– dice Nathan.

––¿Físico?–– pregunta Alexander ––. ¿Como golpearla?.

Asiente y se detiene en el centro del gran campo que Madeline tiene como patio. Por suerte, las bardas son altas, por lo que ningún vecino correrá peligro o verá la extraña situación por la que pasarán.

––¿Estas de acuerdo con eso?–– pregunta nuevamente Alexander, esta vez dirigiéndose a Hazel.

Suspira y sacude sus brazos, intentando de algún modo deshacerse del nerviosismo y el miedo:–– Si, no pierdo nada con intentar ¿O si?.

Alexander suspira y retrocede lo más posible, saber que esto es riesgoso para ella y para todos los demás, lo llenan de nervios.

––Será mucho más fácil controlarte en ocasiones que impliquen agresiones verbales o mínimas–– explica Nathan.

––Tengo una idea–– dice Christian caminando hacia Hazel ––. Podemos hacer un entrenamiento doble.

Todos los presentes fruncen el ceño.

––¿Cómo?–– pregunta su mejor amigo.

––Si cubrimos los ojos de Hazel, deberá concentrarse en usar sus demás sentidos, de no concentrarse lo suficiente, recibirá un castigo y es ahí donde deberá concentrarse para mantener el control.

––Eso suena bien–– agrega Hazel ––. Podemos intentarlo.

Nathan suspira ––Supongo que si.

Madeline entra a su casa y después de unos segundos, sale con un pequeño paño rojo en la mano. Se lo entrega a Chris, quien se encarga de cubrir bien los ojos de Hazel. Antes de que este se reúna con Alexander y Madeline en el pórtico de la casa, Hazel lo toma de la mano.