Alfa: El gran lobo blanco©

CAPITULO XXII

Encontrarte

El viaje de Layla y Nathan transcurrió en completo silencio. Ambos se concentraron en encontrar aunque sea una pista mínima que los lleve o al menos los acerque a Christian.

Al llegar a la escuela, el joven conductor estaciona el auto junto a la puerta de entrada y ambos bajan de este. Nathan olfatea la camisa de su amigo y luego se la entrega a la rubia, quien hace lo mismo.

––El olor es lejano, desde que acabaron las clases salió de aquí–– menciona él varón.

––¿Crees que vinieron por él aquí?.

Se mantiene en silencio y observa el asfalto. Sus fosas nasales le permiten percibir el olor de su amigo y junto a este, uno desconocido.

––Sin duda vinieron por él–– comenta sin despegar su vista del suelo.

Layla lo mira en silencio, pensando si debería hacer o no la pregunta que ansia por ser expulsada y recibir una repuesta. Sin embargo, no está muy segura de que tan prudente sea y si recibirá una repuesta que calme su sed ante la curiosidad, o sólo recibirá una mirada de repulsión.

Durante largos segundos de lucha mental consigo misma, se acerca al chico y aclara su garganta llamando su atención. La mira confundido, pero paciente ante las próximas palabras que saldrán de su boca.

––¿Porque no me dejaste ir con Hazel?.

Suspira y baja la mirada, no concentrándose en el suelo y en el olor que este tiene, si no evitando ver los espectantes ojos de la rubia, quien espera por una respuesta que seguro no podrá dar. Al menos, no una sincera.

––Es un asunto complicado–– se limita a decir.

Se muerde el labio inferior levemente y suspira ––No debí preguntar, lo siento.

La mira y sonríe de lado ––Esta bien, sólo...

––No quieres hablar de eso–– completa.

––Quiero hacerlo, pero aún no es tiempo.

El silencio nuevamente se adueña del lugar, pero no un silencio incómodo, si no uno que llega con un mar de buenas ideas. Nathan percibe el olor de su amigo desde varias fuentes, lo cual le lleva a deducir lo siguiente:-No encontraremos nada aquí.

Layla frunce el ceño y lo mira ––¿A qué te refieres?.

––Sabían que intentariamos esto, escondieron su rastro, no será tan fácil.

––Creo que algo que debemos mencionarles.

––Así es–– dice mientras saca su móvil del bolsillo de su pantalón.

Durante el tiempo que Hazel a caminado por el bosque evadiendo ramas y grandes rocas por el suelo, siguiendo el rastro de su Mate, Tyler a permanecido en silencio ayudando a la joven con su agudizado sentido del olfato.

Hazel se detiene al sentir su celular vibrar dentro de su bolsillo. Con prisa lo saca y observa la llamada entrante de su amigo lobuno. Sin dudarlo un segundo, toma la llamada.

––¿Encontraron algo?–– pregunta con desesperación, anhelando que la respuesta sea positiva, esperando que la pequeña chispa de esperanza que descansa en su pecho, se encienda como una fuerte llama y haga arder todo su ser en felicidad.

––Sólo que tienen un plan, encontrarlo no será tan fácil.

La pequeña chispa de esperanza parece hundirse un poco más en la amarga oscuridad de su tristeza. Su agonía parece consumirla y la presión comienza a martirizar su afligido corazón.