Capítulo Trece. Perdida

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-Ibrahim, ¿qué es lo que haces aquí?.

¿Van a venir a verme hoy todos mis ex?. Quizás mañana tenga cola en la puerta de mi casa.

-Tu hermana me ha dado un permiso para venir a visitar a mi familia. Está de especial buen humor desde que la pequeña Rose ha nacido.

-Ansío el momento de conocer a mi sobrinita.

-Es clavada a su padre pero tiene el carácter de Rose.

-¿Cómo si no?. La mala leche siciliana es un gen dominante.

-Eso dice Mohammed.

-¿Mohammed?.

-¿Recuerdas al hombre misterioso?. Pues parece ser que es el tío de Hakim. Si los Seacrest os creáis gente peculiar, nada tiene que ver con los Fawaz.

-¿Quieres pasar y tomar algo? Me gustaría que me pusieses al día.

-A eso he venido, Zoe. A contarte buenas nuevas.

-Créeme que me hacen falta, Ibra.

Entramos en casa y tras servirnos un vino, comenzamos a hablar de nuestras cosas.  Si algo podía agracederle a Faisal es que ya era capaz de mirar a Ibrahim sin sentirme destrozada. Un clavo saca a otro clavo como suele decirse.

-¿Qué tal te trata la vida ,Zoe?.

-Podríamos decir que bien.

-¿Podríamos?.

-Bueno parece que la familia Seacrest está condenada a sufrir por amor. Ya sabes lo que le pasó a Rose con Hakim.

-Sin embargo  han sido capaces de crear una de las historias de amor más lindas de cuantas se han escrito.

-Lo sé pero parece que ese no está siendo mi caso.

Me emocionaba mientras hablaba circunstancia que no se le escapó a mi amigo.

-¿Qué te han hecho, Zoe?.

No lo pude evitar. Me abalancé a sus brazos en busca de cariño.

-Zoe, preciosa confía en la vida. No se qué es lo que te ha pasado pero todo va a salir bien. Tan sólo debes mostrar tu linda sonrisa y todo volverá a retomar el orden adecuado.

-Lo amo, Ibra.  Y no soy capaz de desterrarlo de mi mente.

-¿Te cuento un secreto, Zoe?.

-¿Cuál?.

-Llevo dos semanas conociendo a una chica que te confieso me tiene loco pero no de amor sino de quebraderos de cabeza. Es por eso que le pedí los días a Rose. Me da más sufrimientos que alegrías.

-¿Entonces qué haces con ella?.

-Aún no lo sé, Zoe. Te confieso que hubo momentos en los que te eché de menos.

-Ibra....

-Te eché de menos por tu corazón. Sólo tú sabes como comprender a la gente.  Si fuíste capaz de perdonarme a mí,  ¿Por qué no serías capaz de perdonarle a él?.

-No se, Ibra. Supongo que cómo tú muy bien dices, el tiempo pondrá las cosas en su lugar. ¿Te apetece cenar conmigo?.

-No estará mal cenar con una buena amiga.

Cenamos juntos. Por suerte, había comprado suficientes hamburguesas para los dos y es que muchas veces cargaba con más cosas de las que podía comerme por simple gula. Gracias al cielo, nunca engordaba. Al menos tenía suerte en eso.

Esa noche durmió en el sofá de mi casa, era tarde para volver a la suya y yo era una anfitriona amable. En realidad, Ibra me hacía una compañía que necesitaba demasiado.

-Te invito a desayunar fuera, Zoe. Es lo menos que puedo hacer para agradecerte tu amabilidad y tu buena conversación.

-Tanto tiempo cerca de las Seacrest que ya has descubierto su punto débil, ¿verdad?.

-Desayunos dulces con tortitas.

-Te odio.

-Eso me dice tu hermana cada día.

Puse los ojos en blanco y tras darme una ducha y vestirme, salimos de nuevo a la calle. En el pasillo del edificio, me pareció ver una sombra. ¿Faisal?. Me giré para mirar pero no vi nada. Quizás tan sólo fuesen mis ganas de volver a verlo.

El desayuno con Ibra fue exquisito y aprovechamos para pasear por Doha hasta cerca del mediodía.

-Me alegra mucho volver a verte, Zoe. ¿Te espero  en la boda de Rose?.

-Claro que sí, Ibra. Estamos en contacto.

Le dí un abrazo de despedida y después regresé a mi casa pero parecía que el día no estaba dispuesto a dejar de darme sorpresas. Justo debajo de la puerta había un sobre con mi nombre escrito con una excelente caligrafía. Era la letra de Faisal.

"Querida, Zoe,

He intentado retomar el contacto contigo,darme a mí mismo la oportunidad de explicarme pero me ha resultado imposible.

Hace varios años, mi familia y la de Gigi concertaron un matrimonio entre nosotros dos. Siempre ne sentí a gusto a su lado pero ambos sabíamos que lo que nos unía era una relación fraternal, de dos amigos que habían crecido juntos. Nunca nos atrevimos a romper el compromiso por miedo a nuestros padres. Hasta que apareciste tú, Zoe y no me quedó más remedio que romper el compromiso. La misma Gigi podría confirmarte mi versión. Esa noche no estaba en ninguna fiesta sino en su casa hablando sobre tí.

Como sabrás, me he ido a Barcelona por los próximos dos meses. Volveré el treinta de junio fecha en la que te esperaré en mi casa a las ocho de la tarde. Si no te veo ese día, comprenderé que no quieres saber nada conmigo y te dejaré para siempre.

Aún no han pasado dos días y ya siento mi mundo desmoronarse a mi alrededor".

¿Y si Ibrahim tenía razón? ¿ Y si debía perdonarle?

Desierto De Amor (Zoe Seacrest) (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora