Desierto De Amor (Zoe Seacrest) (COMPLETO)

Zoe, mi Regalo más Grande

Hoy era el primer cumpleaños de Basim, el aniversario que siempre me recordaría que los milagros existen y que aunque todo pareciese perdido, no había que perder la esperanza. Nuestro hijo, que ahora se abalanzaba sobre la tarta de chocolate que la mujer de Mohammed había preparado para él  (¿a quién se parecía?)era la viva imagen de que los sueños se cumplían.

-Parece, cuñado, que tu hijo se parece a su madre. No hay más que ver que no ha podido esperar a soplar la vela para lanzarse a comer su postre.

-Lo sé, Hakim. Era algo demasiado latente para que se quedase dormido en la genética.

-El gen Seacrest lo llaman algunos.

-¿Deciaís algo de los Seacrest?.

Mi cuñada y Zoe nos miraban con cara de pocos amigos. Eran demasiado sensibles respecto a las críticas sobre su apellido.

-Decíamos que a pesar de querer matarnos sin motivo alguno ahora mismo, os amamos igualmente.

-Buena, cuñado. No cuela pero buena salida al fin y al cabo.

Me reí con el comentario de Rose. Cierto era que nos veíamos poco pero Hakim y Rose eran gente muy especial en nuestra vida.

Casi finalizado el cumpleaños, recibí una llamada al móvil que me hizo ausentarme. Llevaba prefijo de España.

-Faisal Maalouf al teléfono.

-Buenas tardes, señor Maalouf. Le llamo de la Universidad de Cádiz. Ha quedado una vacante en nuestro campus de filología y nos complacería tentarle con que se uniese a nuestro equipo en calidad de catedrático de literatura y director .

-¿Director?. ¿Se está riendo de mí?.

-Nada más lejos. Para nosotros sería un honor.

-¿Hay algún problema en que la llame dentro de una hora?. Me gustaría discutir el asunto con mi esposa.

-Tómese el tiempo que desee. Espero su llamada.

Cádiz, la ciudad preferida de mi Zoe pero¿ lo sería al punto de querer irse de Qatar?.

-Zoe, me gustaría hablar contigo.

-¿Pasa algo grave?.

-Nada grave y muchas cosas agradables pero me gustaría discutirlas antes contigo. ¿Qué pasaría si fuésemos a vivir a Cádiz?.

-¿A Cádiz?.

-Me han ofrecido el puesto de director de la facultad de filología.

-¿Es una itinerancia o sería para siempre?.

-Me temo que hasta que yo considere oportuno.

-Menos mal. ¿Sabes? Me fastidió mucho irme de España la última vez. Era una sensación de pertenencia muy rara, como si hubiese vivido allí en otra vida. ¿Has aceptado?.

-Aún no. Quería preguntarte antes. Ahora que Ibrahim y Gigi están aquí en Doha, no quería privarte de tus amigos, ni de tus estudios.

-Mis amigos seguirán siendo mis amigos siempre y es más que evidente que podré seguir estudiando en Cádiz así que, ¿dónde está el problema?.

-Ha sido más fácil de lo que esperaba.

-¿Crees qué te negaría una oportunidad como esta, Faisal?. Has luchado mucho por ello y tu triunfo me hace tan feliz como a tí o más por no mencionar que no tengo pensado separarme nunca de tí.

-Zoe, no se como agradecerte lo feliz que me haces.

-Ahora llama y acepta tu trabajo. Ya hablaremos de agradecimientos y celebraciones después. ¿Crees qué aprovechar que mi hermana está aquí para celebrarlo es ser mala madre?.

-Por supuesto que no, Zoe.

Sonreí mientras devolvía la llamada y es que a veces sus comentarios eran como los de una niña pequeña. Sorpresivos y graciosos.

Convenimos que me incorporaría al trabajo en septiembre del siguiente curso escolar por lo que tendríamos todo el verano para hacer la mudanza y arreglar todo el papeleo relacionado pero eso empezaría al dia siguiente. Hoy Zoe y yo saldríamos a cenar, a disfrutar se unas horas a solas y celebrar nuestra nueva vida.

-Hace tanto que no salimos juntos que me da la sensación de que me falta algo a mi lado.

-Te entiendo perfectamente, Zoe. Esa personita loca que tenemos por hijo y que se ríe de nosotros se ha hecho un hueco demasiado grande en nuestro corazón.

-Al igual que tú, Faisal. Si miro atrás y veo todas las pruebas que el destino se empeñó en ponernos, me doy cuenta de que sólo pudimos salir adelante porque nuestro amor es más fuerte que cualquier dificultad y me gusta saberlo.

-Linda Zoe, ¿quién me iba a decir qué aquella niña alocada que llegaba tarde y me insultaba iba a ser mi esposa?.

-En realidad lo sabías pero te negabas a asimilar que te gustaba. Eres cabezota, Faisal Maalouf.

Sonreí y después la besé con ternura. Cenábamos en una terraza bajo la luz de la luna que estaba siendo testigo de nuestro juramento silencioso, de aquel que estábamos sellando con nuestro beso y que unía nuestros corazones por la mismísima eternidad.

-Zoe, mi regalo más grande. Te seguiré  allá a donde vayas.

Y lo haría, vaya que lo haría.