El último año de instituto iba acabando y con él mis ganas de que llegara el verano para poder descansar y disfrutar de esa época del año en la que mi vida era un autentico caos. Barbacoas en el jardín de casa, quedadas con mis amigos hasta las tantas de la mañana, ver series hasta el amanecer o arrugarme en la piscina como una uva pasa. ¿El problema de todo esto? Que mis notas cada vez iban a peor y sabía que las vacaciones no serían tan de color de rosa.
Tenía demasiados pajaritos en la cabeza y no prestaba nada de atención en clase a pesar de que mamá me advirtió que era mi último año antes de entrar a la universidad y debía aplicarme, pero es que nunca me gustó estudiar y siempre fui demasiado inquieta y soñadora como para tener el culo postrado seis horas de mi vida frente a un profesor pesado.
Quería un futuro, si, pero sin estudiar. Teniendo un golpe de suerte de esos que te cambian la vida.
Ya he dicho que tenía demasiados pajaritos en la cabeza.
Mis amigos y yo tomábamos el sol en mi jardín porque el día estaba esplendido y había que empezar a coger color. Era una medio casper todos los principios de veranos y eso me enfermaba a niveles inimaginables.
Era la típica chica con curvas que no llamaba mucho la atención de los chicos en el instituto y se tenía que tragar comentarios como "Gorda o pedazo de foca" solo por no cumplir con los cánones de belleza exigidos. Tampoco entendía que me lo llamasen porque realmente no estaba gorda, y si era así, no tenía ningún tipo de problema con eso porque me sentía bien conmigo misma.
El calor estaba abrasándome, así que decidí darme el primer baño del año y me metí al agua sintiendo como la libertad del verano poco a poco se colaba por cada poro de mi piel. Esta sensación después de un año entero era increíble. El agua cayendo por mi piel, el sol tostándola, el cielo radiante y la luz que tenía mi casa en esta época.
Simplemente maravilloso.
Después de varios largos y "Despejos de mente", salí y rodeé mi cuerpo con una toalla mientras me sentaba a frente a los sándwich que había preparado mi padre para que mis amigos y yo merendásemos . Le había dado ahora por la cocina y también nos había dejado algo de tarta que él mismo había preparado.
Mientras cortaba un trozo para mis amigos y para mi, noté como estos me observaban con detenimiento con una sonrisa pícara en sus labios. Habían estado hablando de Andy, así que sabía los que se me venía encima.
-¿Que miráis? -pregunté dándole un bocado a mi pastel.
-¿Vas a contarnos que piensas hacer con Andy?- preguntó Logan -El chico lleva esperando que aceptes una salida con él, todo el curso.
Rodé los ojos y suspiré pesadamente.
Andy era compañero nuestro de clase. Nos hicimos muy buenos amigos al principio pero me confesó que le estaba empezando a gustar y eso nos alejó un poco. Sabía que no era correspondido, pero a él parecía no importarle porque no desistió en seguir dándome la brasa para que le diera una cita. Una lástima que los sentimientos no fueran recíprocos porque sabía que Aron no se iba a fijar en mi y quizás era hora de dejar de guardarle fidelidad a alguien que pasaba completamente de mí. El problema era que yo cuando me enganchaba de una persona, no era capaz de fijarme en otra, y eso no me dejaba avanzar por mucho que quisiera.
-No voy a aceptar ninguna salida con él, chicos, sabéis que no lo puedo ver como algo más que un amigo.
-Excusas -Nat movió su mano con desdén -Tu problema tiene nombres y apellidos y estoy cansada de que te estanques por su culpa.
-¿Y que hago? Sabes que Aron me gusta mucho y eso no me deja ver con claridad.
-Pues creo que va siendo hora de que...
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VAS A QUEDARTE. Terminada (Editando)
Teen Fiction"Tuve miedo porque nunca pude reemplazarte, por eso supe que a nuestra historia le hacía falta una segunda parte" El tiempo fue el único que sanó el corazón de Megan, un corazón que tras el rechazo de Aron, quedó destrozado. La distancia marcó sus...