Capítulo 2. Cambios

858 68 3
                                    

Dos meses habían pasado desde la muerte de Luke y mi cabeza aún no había asimilado lo que estaba pasando. Todavía iba a casa de mi hermano a buscarlo porque me parecía mentira que no lo volviera a ver. Tenía que ser una broma del destino, pero no. No iba a volver. No iba a ver su sonrisa cada vez que me veía, ni me iba a regañar por suspender cuatro. Esto estaba doliendo demasiado.  

 A penas salía, me quedaba todo el tiempo en casa encerrada en mi cuarto, leyendo. Mis amigos venían de seguido a hacerme compañía y a contarme de sus vidas y con ellos era casi con los únicos que me relacionaba. No querían salir mucho, porque querían acompañarme en mi dolor, pero les había pedido que disfrutaran del verano sin pensar en nada más.

 Con Aron las cosas no iban, directamente. A pesar de que casi podía decirse que vivía en mi casa, nuestra relación seguía siendo fría y distante. A veces intentaba mantener una conversación cordial conmigo, y yo por no ser borde la seguía, pero me costaba verle como antes. No lo había dejado de querer. Aún sentía ese revoltijo en el estómago cada vez que lo veía, pero recordaba que él no sentía lo mismo e intentaba controlarlo.

Me acababa de duchar. Me estaba secando el pelo cuando mi padre gritó mi nombre para que me acercara al salón. Alguien había llamado y era para mí. No tenia ni idea de quien podía ser porque las llamadas que hacían a casa nunca iban para mi, así que me extrañé un poco. 

Al salir del baño iba tan sumida en mis pensamientos, que no me di cuenta y me choqué con Aron, que venía a ver a mi hermano. Tragué saliva y me mordí el labio, nerviosa.

-Meg...-sonrió algo nervioso -¿Que tal estás? -se alborotó el pelo y ladeó la cabeza.

Fruncí el labio y suspiré -Bien ¿y tú?

Puso esa sonrisa ladeada que tanto me gustaba y se cruzó de brazos. Me sorprendía a mi misma la capacidad que tenía de no desmayarme ante la situación, y estoy completamente segura de que notó como las piernas me temblaban. Mi corazón no había forma de controlarlo pero tenía que ser fuerte y mantenerme fría.

-Bien, estoy bien -asintió e hizo una pausa, en la cual estuvimos mirándonos hasta que reaccionó, rascando su nuca -Oye, tu hermano y yo vamos a ir a dar una vuelta por Phantom Lake, ¿Te apetecería ve...

-Mi padre me llama... -interrumpí -Lo siento.

Seguí mi camino hasta el salón con los ojos cerrados y la respiración agitada. No quería ir con ellos a ningún lado porque las cosas ya no iban a ser como antes, y aunque me doliera, tenia que seguir manteniendo las distancias para poder olvidarme de él.

Sonreí al ver a mi padre y agarré el teléfono.

-Es el abuelo Patrick ,mi vida, quiere hablar contigo -mi padre me dio un beso en la frente y se sentó en su sillón.

-Abuelo ¿Qué tal? -contesté.

Mi abuelo casi nunca llamaba a no ser que se tratase de alguna urgencia. Siempre estaba viajando y nunca tenía tiempo para llamar. A pesar de eso, siempre fue alguien importante para mí y manteníamos una relación muy estrecha. La última vez que nos vimos fue cuando pasó todo lo de Luke, pero ni siquiera pasó muchos días aquí, solo vino a despedirse de mi hermano y se marchó.

-Bicho, llamaba porque hace mucho que no hablamos. Echo mucho de menos nuestras charlas, y la última vez no tuvimos mucho tiempo de nada.

 Sonreí -Yo también echo de menos hablar contigo, abuelo. ¿Dónde estás ahora?

-En Egipto. Estaba dando una vuelta y todo me recordaba ti, por eso decidí llamarte incluso antes de llegar a casa.

-¿Te recuerda a mi? ¿Tan horrible es Egipto? -fruncí el ceño.

VAS A QUEDARTE. Terminada (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora