Capítulo 37. Terrorificamente inesperado

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1 mes después...

Eso de disfrazarme siempre había sido lo mío, por eso Halloween era mi época favorita del año.

Visitar casas abandonadas, pedir caramelos y ver películas de terror con mis hermanos, siempre había sido mi plan perfecto en estas fechas, y aunque ahora de mayor solo solía ir a fiestas de disfraces, aún me picaba el gusanillo de ir a alguna casa a pasar miedo, pero ni mi novio ni mis amigos querían acompañarme, así que ahora estaba frente al espejo vestida de monja y pintándome la cara de blanco para ir a la fiesta de Halloween que organizaba Inferno esta noche.

Nathalie y John no pensaban venir porque Nat no tenía muchas ganas y tampoco era muy conveniente para el embarazo, así que habíamos quedado con el resto del grupo para pasar una noche divertida todos juntos.

Aron para hacer la gracia se vistió de cura. Llevaba una túnica negra que se compró hacía unos años y un alzacuellos que se había fabricado con un trozo de cartulina.

Mi novio estaba en mi cama sentado esperando a que yo terminara de maquillarme jugando con una pelota de tenis.

-¿Erick viene esta noche? –Preguntó Aron tirando la pelota a la pared.

-¡Aron, pareces tonto! –Me di la vuelta y lo miré enfadada.

-Perdón, se me ha escapado –Sonrió y se mordió el labio.

-Si, viene esta noche –Dejé el maquillaje encima de la mesa y suspiré –Aunque creo que Logan y él no están bien.

Frunció el ceño y se levantó para dejar la pelota en mi estantería.

-He notado a Logan raro este último tiempo atrás y a Erick lo he visto muy distante.

-Bueno, tendrán una mala racha como todas las parejas, no creo que lo vayan a dejar.

Hice una mueca –Eso nunca se sabe. Se quieren mucho pero Logan no se casa con nadie.

-¿Y Logan no te cuenta si están mal?

-No nos suele contar sus mierdas, es bastante reservado para eso.

-Pero sois amigos…

-Hay amigos y amigos, amor.

Y así era, Logan a pesar de estar siempre, no solía contarnos cuando a él le pasaba algo, prefería lidiar con la situación solo y cuando se reponía, contarnos que le había pasado, siempre y cuando el tema ya estuviera solucionado, claro. No era normal teniendo en cuenta que era nuestro mejor amigo, pero cada persona es un mundo, y nosotros respetábamos que fuera así.

Metí mi móvil en el pequeño bolso que llevaba debajo del disfraz y me eché perfume dado por terminado mi look.

Me giré para que Aron me diera su opinión. Al verme se incorporó un poco en la cama y apoyó los antebrazos en ella.

-Terroríficamente sexy, señorita Goxwell –Sonrío y se levantó para besarme.

Me aparté y sonreí –Voy a mancharte, tonto.

-Ven aquí anda.

Aron puso una mano en mi cintura, y acercó su boca a la mía para fundirnos en un beso de esos que te quitan literalmente la respiración. Yo puse mis brazos alrededor de su cuello, y me alcé un poco para estar más cómoda. No quería ir a más porque sabía como acabaría esto y terminaríamos por no ir a la fiesta, así que me aparté de mi chico casi sin quererlo y pasé mi pulgar por sus labios para quitar los restos de pintura que había dejado en ellos.

-Me has puesto caliente.

Reí y rodé los ojos –Voy vestida de monja, Aron.

Se encogió de hombros -¿Y? Con más razón, sería una fantasía sexual interesante.

VAS A QUEDARTE. Terminada (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora