Capítulo 28. Enana tonta

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El domingo de vuelta a casa había sido un caos. Decidimos salir después de comer, asegurándonos antes de dejar el apartamento en completo orden.

Íbamos tranquilos, cuando el grito de Logan casi nos mata de un susto. Tuvimos que volver porque se le había olvidado su camiseta favorita. También tuvimos que parar un par de veces, porque las resacas estaban pasando factura, y parar  cada media hora para hacer pis.

No había dormido nada, porque Aron y yo después de la fiesta, habíamos tenido una sesión de sexo, interesante, por eso me dedique a dormir en el camino.
Cuando por fin llegamos a Seattle, mi novio dejó a todos en sus respectivas casas, incluida a mí, que no me había bajado de la furgoneta, cuando ya lo echaba de menos. Nos despedimos con un beso que acabó interrumpido por mi padre, y quedamos en hablar cuando llegara a su casa y se quedara tranquilo.

Ahora yo estaba en el salón de mi casa. Ya me había duchado y organizado todo, y le estaba contando a mis padres un poco por encima como había ido el viaje. John estaba sentado viendo la tele, así que pensé que también era el momento perfecto para hablar sobre lo que había hecho Bruno, y sobre mi decisión de quedarme en Seattle.

-¿Te has cuidado, Megan? ¿Usaste preservativo? –preguntó mi madre-

-Por dios, mamá ¿A que viene eso? –me tapé la cara- ¿Puedes no hacer esas preguntas delante de papá? –le di un buche a mi vaso de agua y me senté en el sillón-

-Tiene razón, Annie, hazme el favor de no preguntarle eso delante mía porque voy a acabar odiando a Aron –apretó los labios- ¿Te ha cuidado?

-rodé los ojos- ¡Papá! –me quejé- No pienso hablaros de mi vida sexual, es íntima.

-mi hermano sonrió- Me voy a la cama –se levantó y besó a mis padres- ¿Papá, quieres que te lleve yo mañana a rehabilitación?

-sonrió- Claro hijo, así después me llevas a la oficina a por un par de cosas, tu madre tiene planes.

-De acuerdo, hasta mañana.

-Adiós hijo –mi madre pasó una mano por su pelo- Descansa.

-lo miré- John, espera un segundo.

Mi hermano se giró y levantó una ceja.

-Tengo que contaros algo a los tres, y necesito que sea ahora.

-¿Qué pasa?

-Me han echado de la academia y han cancelado mi obra.

No dudé un segundo en explicar todo con pelos y señales. Al principio pensaron que era una broma, que por mucho que Bruno se comportara como lo hizo, no era capaz de hacer eso, pero cuando vieron que  realmente hablaba enserio, la rabia se apoderó de ellos, sobre todo de mi padre y John, que estaban como locos buscando la manera de arruinarle la vida a mi ex novio. Mi madre por otro lado optó por callarse. No habló en todo el rato desde que conté lo sucedido. Estaba con la cabeza gacha y una mano en la cabeza, seguro que intentado asimilar como Bruno podía ser tan sumamente capullo.

-¿Papá estás seguro que no puedes hablar con tus conocidos y que le jodan el negocio?

-No, John. A ellos les conviene ese negocio –suspiró- ¿Megan, no piensas hacer nada?

-¿Qué queréis que haga?

-¿Como se puede ser tan tonta, Megan?

-John, no le hables así a tu hermana –respondió mi madre-

-¿Es que no os dais cuenta que no va a mover ni un puto pelo por desenmascarar a Bruno? ¿Por ir allí y plantarle cara al director o a quien sea para recuperar su trabajo y su vida? –suspiró-¿Piensas quedarte aquí con un trabajo de mierda que no te llena y arruinar todo lo que has conseguido estos años?

VAS A QUEDARTE. Terminada (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora