John.
-¡Mamá, baja de una vez! -grité abriendo la puerta de casa.
Nat y Logan llegaban muy arreglados y con un par de bolsas en las manos.
-Hola - dijeron a unísono.
-Hola -respondí metiendo las manos en los bolsillos.
-¿Tu madre? -Preguntó Nat.
-Arriba.
-Gracias -sonrió.
Dio un paso, subiendo el primer escalón, pero la frené. Logan continuó su camino hacia la planta de arriba pero antes miro a su amiga por encima del hombro.
-Nat...-dije sujetando su muñeca.
-Suéltame, me haces daño.
Suspiré y la solté -Perdóname, por favor. Ya no se que mas decirte, fue un jodido beso sin importancia, te lo juro.
Se cruzó de brazos y frunció el ceño -Dejemos las cosas como están, hoy no me apetece discutir.
-Fue un error, eres la única mujer en mi vida.
-Una pena, John, tu no eres el único hombre en mi vida.
Me miró fijamente unos segundos hasta que se marchó.
Hacía tres meses que habíamos cortado. Una noche salí con Max, empezamos a beber sin control y me emborraché tanto, que no sabía lo que hacía. Al final acabé besándome con Sami, la hermana de un amigo. Nat se enteró y me dejó delante de todos. Me sentí como un estúpido pero me lo tenía merecido.
Venía a mi casa de vez en cuando como siempre, pero ya nada era igual, porque mi chica lo había pasado mal y yo había sido un capullo.
Mi madre se enteró de todo y estuvo un mes entero sin hablarme, después claramente de haberme dado una de las charlas más largas de mi vida.
Era domingo. Habían pasado tres años desde que mi hermana tomó la decisión de irse. Y tampoco se había dejado ver mucho por aquí aunque hablábamos por video llamada casi todos los días.
Que yo recuerde, solo vino para unas navidades y porque mi madre había insistido, pero mi padre cumplía 50 en dos días, y hablamos con ella para que pasara el verano con nosotros, y aunque pensábamos que no iba a aceptar la invitación, no había dudado a pesar de que no le gustara mucho venir a Seattle.
Se la veía bastante bien. Aunque había estado largos meses liada con el tema de Aron, ahora parecía que ya había pasado pagina de verdad y era una chica completamente distinta.
Su relación con Bruno era envidiable, su carrera como actriz estaba despegando y cuando estaba libre, se la pasaba viajando con mi abuelo.
Estaba bastante nervioso porque hacía muchos tiempo que no la abrazaba. Esta última vez había sido la más larga porque no había manera de que le dieran vacaciones y echaba de menos tenerla por casa. Casi dos años y medio sin verla en persona.
Perdió muchísimo más peso a raíz de su obsesión con mi mejor amigo, pero fue a psicólogos y acabó pudiendo con el tema. Bruno iba a venir con ella porque siempre la apoyó en todo a pesar de enterarse del problema de Megan con otro chico. Sabía lo que significó Aron para mi hermana y luchó para que esto no acabara con su relación, por eso estuvo con ella en todo momento. Lo de mi hermana no era sano y que tarde o temprano lo superaría.
Respecto a Aron, seguía con Mara. Eran la pareja "más envidiada" de nuestro entorno, pero en realidad yo no veía a Aron para nada bien. Conozco a mi amigo desde que éramos dos críos y sé cuando no está interesado en alguien, y aunque llevaba bastante tiempo con Mara, él no la quería.
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VAS A QUEDARTE. Terminada (Editando)
Roman pour Adolescents"Tuve miedo porque nunca pude reemplazarte, por eso supe que a nuestra historia le hacía falta una segunda parte" El tiempo fue el único que sanó el corazón de Megan, un corazón que tras el rechazo de Aron, quedó destrozado. La distancia marcó sus...