Capitulo 9

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  Pero ahora no quería ni pensar en Mitch o Randy cerca de ella.

Pero si no la ayudaba, lo haría ella sola. Recordaba la vez en que su proyecto de verano había sido aprender a patinar con patines de ruedas en hilera y se había hecho un esguince y raspado las dos rodillas, pero había aprendido.

Justin apartó el taburete frente al de ella e intentó aparentar que todo era igual que las otras veces que habían cenado en el Nugget.

- ¿Tienes hambre?

- Puedes apostarlo -mintió él.

Se preguntó si podría tragar un bocado. Nunca podría mirarla de la misma forma que antes, comprendió desesperado. Pasara lo que pasara, su amistad había cambiado para siempre. Había dado el salto mental de considerarla una mujer deseable, más deseable de lo que nunca hubiera imaginado. Apenas podía creer haber conseguido mantener tantos años la barrera ante aquella sexualidad femenina.

- ¿Has pensado en... lo que hemos hablado?

- Algo. Bueno, mucho.

- ¿Alguna idea?

"Sí, y todas pornográficas."

Janice se acercó entonces a su mesa con el bloc en la mano.

- ¡Eh, ustedes dos!

_____ alzó la mirada con una sonrisa.

- Hola, Janice. ¿Cómo está tu nieta?

La camarera se metió la mano en el bolsillo superior del mandil y sacó una fotografía.

- Mírala.

- ¡Es preciosa, Janice!

- ¿Verdad que sí?

- Muy guapa -dijo Justin aunque estaba más interesado en la expresión de ternura de _____.

Quizá ni ella misma supiera cuánto deseaba tener un bebé. Maldición, aquella era otra cosa que nunca hubiera relacionado con _____, aunque no dudaba que sería una gran madre. Toda la idea le deprimió.

- Bueno, chicos, ¿toman el rollo de carne ?

- Sí -contestaron los dos a la vez.

- ¿El aliño de siempre para la ensalada?

Los dos asintieron al mismo tiempo.

- ¿Y té helado?

Justin pensó en cómo iba a extrañar _____ a los camareros que supieran que tomaba café caliente en invierno y té helado en verano. Y también tendría que comer sola en los restaurantes o lo que era peor, con algún tipo que la miraría con las mismas ideas que él estaba teniendo en ese momento.

- Les traeré las ensaladas y el té en un instante -dijo Janice antes de volver a la cocina.

Justin miró a _____, sin saber qué decir por primera vez en toda su vida.

Ella se inclinó hacia adelante y la perla se ocultó bajo el escote de su vestido.

- ¿Recuerdas la vez que pusimos peniques en los raíles del tren?

Él miró la zona donde la perla había desaparecido antes de desviar la vista sabiendo que no debería mirarla allí en un sitio público.

- Sí, me acuerdo.

- Nunca se lo he dicho a nadie.

- No yo tampoco.

- Eso fue hace veinte años, Justin. Tú y yo hemos mantenido ese tonto secreto durante veinte años porque los dos tenemos el mismo sentido del honor. Por eso es por lo que te he pedido ayuda a ti. Sé que guardarás el secreto.

CONTINUARA...  

Mi Dulce Tentación - (Justin Biber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora