Capitulo 55

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  Pero Justin tampoco se lo había pedido. Nunca le había dado ninguna señal de que pensara en ella en aquellos términos. No actuaba como si estuviera preparado para asentarse y formar una familia.

Entonces, le acarició la cadera.

- ¿En qué estás pensando?

_____ decidió una verdad a medias.

- Que es una pena que me vaya a Nueva York a finales de agosto.

El la apretó más.

- ¿Porque esto es divertido, quieres decir?

- Sí.

Más que divertido; se había unido a él con alma y cuerpo, pero no se atrevía a decírselo.

- Sí, es divertido, pero casi es mejor que tengamos un límite de tiempo. No podríamos mantener el secreto si durara mucho más.

- Cierto.

Quizá él estuviera contento con aquel secreto para poder mantener la amistad intacta con sus hermanos. La única forma en que consentirían que _____ y Justin tuvieran relaciones sexuales sería si estuvieran casados, y no parecía que Justin quisiera el matrimonio de momento.

- ¿Lista para bañarnos desnudos?

_____ se dio la vuelta hacia él.

- ¿Seguro?

Justin le dio un rápido beso.

- Claro. Estamos calientes y pegajosos y nos sentará bien. Además, es parte de tu educación.

- Justin, no creo que podamos hacer el amor en medio del río.

- ¿Por qué no? ¿Porque no viene en tu libro?

- Porque no tendremos ningún bolsillo donde guardar un preservativo.

- Vamos, no es la única forma. Verás lo que pasa cuando estés desnuda hasta la altura de los muslos. Ya improvisaremos.

Le había despertado la sensualidad de tal manera que la convenció con facilidad de que aceptara al río como amante. Manteniéndola sujeta, sumando sus propias caricias a las del río, dejó que la corriente la acariciara de forma íntima llevándola a un crescendo de sensaciones. En el momento del alivio, _____ no pudo decir si era el agua burbujeante o las manos de Justin lo que la había llevado al límite. La excitación la asaltó. Aquello era otra de las cosas que le encantaban de Justin. Cada vez que ella sugería algo nuevo, él usaba también su imaginación para sorprenderla.

Y eso fue lo que hicieron, improvisar aunque chapotearon, se salpicaron y rieron hasta que él la tuvo en la posición deseada. Entonces, Justin la tomó en brazos antes de que terminaran los estertores de placer y le hizo el amor de nuevo en la manta con los cuerpos todavía mojados. _____ nunca había sentido una libertad tan triunfal. Se sentía ligera, sutil y capaz de todo. Se retorcieron en la manta y alternaron las diferentes posiciones para conseguir el placer más increíble.

_____ estaba segura de que Justin estaba disfrutando. Sus murmullos así se lo indicaban y, cuando su tono se hizo ronco, supo que estaba al borde del límite. Cuando por fin él se rindió a la pasión, lo abrazó con fuerza y absorbió los fuertes temblores de su cuerno. No podía imaginarse vivir sin aquello, vivir sin él. Quizá si lo amara lo suficientemente bien durante el resto del verano, Justin comprendería que tampoco podía vivir sin ella.

El verano pasó con demasiada rapidez para el gusto de _____. Por cada forma creativa de hacer el amor que a ella se le ocurría, Justin aparecía con una propia. _____ sugirió pasar un día en Phoenix donde nadie los conocía y se pasaron el día entero en la cama de un motel. La siguiente vez, Justin la llevó en la avioneta a Flagstaff, donde siguieron el arroyo de una montaña e hicieron el amor en un campo lleno de margaritas bajo el brillante cielo azul.

Las intensas horas que pasaba con Justin parecían pintadas de brillantes colores mientras que el resto de sus actividades rutinarias se le hacía gris. Ni siquiera los planes de la fiesta de sus padres le parecían muy reales porque no podía contarles a sus seres queridos lo más importante y significativo que le había pasado ese verano, que se había enamorado perdidamente de Justin.

Y deseaba contárselo al mundo entero. Sobre todo se moría por confiar en su madre y poder hablar de Justin delante de sus cuñadas como ellas hablaban de sus maridos.

Justin parecía tan involucrado con ella como ella con él, pero ni una palabra de compromiso había salido de su boca. Durante los ardientes días estivales compartieron todo, menos un futuro. Y aunque compartir el secreto con Justin le había parecido esencial al principio, ahora estaba harta. Pero a menos que él aceptara, no podía contárselo a nadie. Y eso le dolía en el alma.


CONTINUARA...  

Mi Dulce Tentación - (Justin Biber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora